Cabra de Guerra de Heists
Basic Information
Anatomía
Genética y reproducción
Ecología y hábitat
Necesidades y hábitos alimenticios
Ciclo biológico
Criadas para la guerra
Hace más de 200 luxantes, las incontables tribus bárbaras del territorio de Heists han domesticado y usado estas cabras tanto para subsistir como para ser elegidas como fieles monturas en la batalla, superando por mucho a los caballos en el roquedo. Su técnica se a ido perfeccionando con el paso del tiempo, haciendo uso del estomago de hierro de las hembras que hacen parte fundamental del ejército.
La raíz conocida por los barbaros como “sudor de gigante”, es administrada a las hembras desde el segundo luxante de edad, este exótico tubérculo que según se sabe, solo crece en esta parte del mundo, les otorga un aumento en todos sus atributos físicos, haciéndolas crecer por encima de los machos salvajes convirtiéndolas en los especímenes mas fuertes y resistentes de toda la raza. Por desgracia para los machos y debido a su inferioridad digestiva, esta raíz solo ha logrado dejarlos estériles si es consumida por ellos, logrando el efecto contrario, desarrollando cuernos pequeños y pezuñas frágiles, aparte de un temperamento no apto para el combate.
Gracias a los sabios de las tribus que se han dedicado a estudiar el sudor de gigante y sus efectos en las cabras de Heists, han logrado desarrollar una técnica, para que tanto machos como hembras puedan ser montados, y es que con el pasar de las generaciones, los chivos que eran alimentados con la leche de las cabras dominadas “enraizadas”, aumentaban sus atributos, aunque no en igual medida que las hembras.
Como era de esperarse, todo tiene un precio, y es que el consumo de esta raíz también tiene connotaciones negativas para las hembras, su carne se endurece y su leche toma un sabor amargo haciéndola imposible de consumir para los paladares humanoides, aunque gozan de una juventud de lo mas vigorosa, su esperanza de vida se ve reducida, siendo aprovechadas solo los primeros diez luxantes como monturas, y dedicadas a criar y a amamantar hasta el final de sus ciclos. Por suerte para los machos, aunque inferiores, al recibir cantidades diluidas de la raíz por medio de la leche, gozan de vidas más largas y su temperamento natural, salvaje y dominante se ve reducido facilitando la domesticación.
La vida en la serranía es compleja y los recursos no pueden ser desperdiciados tan a la ligera, por ello, el sudor de gigante solo es suministrado a las hembras después del segundo luxante, cuando su cornamenta ha crecido y cumple con los estándares para combatir, aquellas que carecen de una corona tan pronunciada, dedican parte de su vida a alimentar los hogares de las tribus con su leche para luego ser sacrificadas, mismo destino que sufren todos los machos al terminar sus servicios.
Algunos barbaros consumen la leche de las cabras enraizadas, pues creen que si la toman su fuerza y tamaño también aumentara siendo este nada mas que un mito y logrando solamente el mismo efecto que el frio en los hombres, aunque con una buena manipulación y años de experiencia, han logrado transformar la leche de estos animales en una amarga bebida alcohólica que se toma caliente y espumosa.
Domesticadas: 45 luxantes
4' los machos
3' 3'' las hembras
8' 3'' 5' los machos
10' 6' las hembras
6' 8'' los machos
5' las hembras
8' 3'' los machos
10' las hembras
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