La Divergencia

Pocos registros quedan de la terrible guerra que devastó Andoria y la cambio por completo. La mayoría de lo que conocemos es a través de cuentos que se han transmitido mayoritariamente de forma oral y que tratan de grandes campeones a los que los dioses bendijeron con su poder. Algunos dioses crearon guerreros propios a partir de su poder sagrado. La mayoría de deidades imbuyeron fragmentos de su poder en objetos ahora llamados vestigios de la divergencia. Otros aún otorgaron bendiciones a los mortales y los llamaron campeones. Una historia incluso cuenta de campeones bendecidos por varios de los dioses en sus momentos de mayor necesidad.   La magnitud de las energías liberadas en este conflicto derramo una oleada de destrucción, trayendo prácticamente la extinción total de la vida. Algunas ruinas bien conservadas de las civilizaciones que habitaron este mundo descansan todavía sobre la superficie de Andoria, como La Ciudad de los Nombres Perdidos, pero en su mayor parte todas las huellas de ese mundo fueron borradas.   La pérdida de vidas durante la guerra fue tan grande que incluso las estimaciones más generosas sugieren que no más de un tercio de la población de Andoria la sobrevivió. Tras la larga guerra, los dioses leales se alzaron con la victoria y volvieron a desterrar a sus hermanos traidores. Tras esto, el mundo paso a un largo periodo de recuperación.   Cuentan las leyendas que fue Bahamut quien viajo por el mundo convenciendo a sus hermanos de que debían crear una armadura que protegiera al mundo de una guerra como la que habían vivido. Para ello, los dioses llegaron a la conclusión de que debían crear una barrera mágica que impidiera entrar en el mundo a cualquier dios, incluidos ellos mismos. Así pues, los dioses protegieron Andoria con su propio sacrificio y fueron exiliados del mundo. Al hechizo que crearon los dioses combinados se le conoce como La Barrera Divina.   Mucho tiempo ha pasado desde entonces, y el mundo ha renacido una vez más. Los dioses todavía exhiben su influencia y guía desde más allá de La Barrera Divina, otorgando su conocimiento y poder a sus adoradores más devotos, pero el camino de los mortales es ahora solo suyo. Nuevas ciudades, reinos y culturas han retomado el mundo, construyendo sobre las cenizas de lo antiguo. Nuevas canciones llenan el aire, y la esperanza de un futuro más brillante impulsa a la gente día tras día, mientras que las ruinas enterradas y los objetos olvidados recuerdan a todas las personas de un tiempo más oscuro y de errores que nunca deberían repetirse.