Sesión 109: Infiltración en la bodega
Los Buscadores se reunieron en la taberna para discutir sobre el estado de Syleneth, que se estaba deteriorando, y Thorin no podía contener la situación. De repente, un grupo de guardias de la ciudad entró en la taberna, pidiendo a los aventureros que los siguieran, ya que el Consejo de Crystalcross deseaba verlos. Aunque nerviosos por la ausencia de Krik, el grupo los siguió con gusto. Para su sorpresa, al llegar a la sala del consejo, encontraron a Krik sentado en uno de los asientos, quien les reveló que ahora era parte del consejo.
Confundidos, Los Buscadores se sorprendieron aún más cuando una mujer entró, acompañada por Iggwilv, Sigismund y Thalindra. Krik confesó que no era realmente miembro del consejo, pero quería ver la reacción de sus compañeros. La mujer resultó ser Talia Moonsong, quien había sido nombrada Pretor. En Crystalcross, durante períodos de crisis, el consejo designa a un pretor para abordar situaciones de emergencia. Talia explicó que Dorian estaba planeando algo siniestro y que, en las últimas semanas, habían encontrado engendros vampíricos y espías de Dorian en la ciudad, con su número aumentando cada día. Incluso habían intentado matar a Talia en dos ocasiones, y estaban seguros de que habría una tercera.
Cuando apareció la niebla, Iggwilv llegó a Crystalcross para explicar la naturaleza del hechizo pues ella lo había utilizado en Prismalia para prevenir la entrada o salida de personas. Dorian había modificado el hechizo para permitir la entrada, pero no la salida, lo que desconcertaba a ambas. Ignoraban los planes exactos de Dorian, pues su ejército había estado acampando fuera de la ciudad durante semanas y podría haber atacado en cualquier momento. Además, no sabían cómo Dorian estaba introduciendo los engendros vampíricos, ya que no permitían la entrada de nadie.
La situación se complicaba aún más con la desaparición de los peces y el problema de algunos ciudadanos convirtiéndose en necrofagos. Krik informó que creía que la causa de esto era el vino, pero el consejo carecía de suficientes hombres para investigar la bodega, por lo que deseaban enviar a Los Buscadores a buscar la solución. Aceptaron la misión, y Sigismund y Thalindra les mencionaron que tenían otra tarea que atender y se reunirían con ellos en el Faro esa noche.
Antes de partir, Talia pidió a Iggwilv que informara sobre La Corona De Las Mentiras. Iggwilv habló de este poderoso objeto mágico que había utilizado en muchos de sus planes, incluido el intento de hacerse con Prismalia. La corona tiene la capacidad de transformarte y hacerte parecer como cualquier criatura que hubieras visto al menos una vez, con un tamaño no mayor que uno más grande o más pequeño que el tuyo. La nueva forma imitaba exactamente la apariencia de la criatura elegida, incluida su voz. Durante esta transformación, la corona se fusionaba con el portador y era indetectable.
Iggwilv advirtió al grupo que tengan cuidado y no confíen en nadie, ya que la corona había sido robada cuando comenzó la niebla, y sospechaban que Dorian estaba detrás del robo. Syleneth se comprometió a ayudar a Nauplia en lo que pudiera, lo cual fue agradecido por Talia . Antes de separarse, Talia les entregó un salvoconducto que les permitiría entrar a la ciudad cuando lo necesiten.
Con todo claro, Los Buscadores se dirigieron al viñedo, decididos a descubrir qué estaba ocurriendo. En su camino, notaron que la naturaleza se marchitaba y moría a medida que se acercaban al viñedo, como si un veneno estuviera causando su destrucción. Al llegar, encontraron que todo estaba muerto; donde antes había vides, ahora solo había zarzas llenas de espinas.
Al acercarse a la entrada, dos árboles que parecían muertos comenzaron a moverse, revelando ojos amarillos en sus nudos, y se lanzaron al combate, proclamando: "¡La semilla ha dado fruto amargo!" Mientras uno añadía: "¡Nosotros somos ese fruto!". Durante la batalla, uno de los árboles dejó fuera de combate a Arsen, pero el grupo logró derrotarlos y curar sus heridas. Al morir el último árbol, exclamó: "Teníamos hilos, pero los han cortado...".
Al percatarse de que las plantas podrían ser un problema, Syleneth y Malkian decidieron infiltrarse en el viñedo y acercarse a la bodega en sigilo, lo cual fue aceptado por el resto del grupo. Al llegar, encontraron a un druida cargando barriles de vino y cajas con botellas en un carro. Syleneth escuchó a dos personas conversando en la planta de arriba, pero estaban demasiado lejos para entender su diálogo, así que le indicó a Malkian que tenían que subir. Ambos demostraron sus habilidades de infiltración y lograron llegar al primer piso sin ser detectados, encontrando la sala donde se llevaba a cabo la conversación.
Allí, descubrieron que un hombre y una mujer estaban hablando sobre los planes de Dorian. Dorian había ordenado que contaminaran el vino, pero solo una décima parte de todos los envíos. También discutieron sobre la criatura que Dorian había capturado, que, a pesar de tener cortadas las piernas y los brazos, seguía viva y resistiéndose. La mujer preguntó por la semilla, y el hombre respondió que, gracias al corazón que Dorian les había conseguido, estaba creciendo fuerte como él había ordenado, y que el profeta se estaba encargando de ello.
El hombre inquirió si podían ayudar con el pescado, pero la mujer le dijo que Dorian ya se había encargado de eso. Cuando el hombre preguntó hasta cuándo debían seguir con esto, la mujer le respondió que mañana Crystalcross caería y que solo tenían que aguantar hasta entonces. El hombre agregó que, gracias al bastón, las zarzas protegerían el viñedo hasta entonces. La mujer preguntó por el bastón, y el hombre contestó que estaba bajo el edificio.
Syleneth y Malkian decidieron que debían conseguir ese bastón y se infiltraron hasta la planta baja sin ser descubiertos. Sin embargo, por el camino encontraron a la criatura a la que se referían en la conversación anterior y vieron a un demonio sin brazos ni piernas amordazado, colgado del techo sobre uno de los grandes toneles de vino, cuya sangre se mezclaba con el vino que los druidas recolectaban. Solo una parte del cargamento estaba contaminada.
Continuaron descendiendo y encontraron una puerta secreta que conducía a una cueva, donde en el centro se erguía el bastón, rodeado de zarzas que se enterraban en la tierra. Ambos intentaron destruir el bastón, pero les costó más de lo esperado, lo que alertó a las zarzas de todo el viñedo, que comenzaron a moverse en dirección al edificio.
El resto del grupo, al ver esto, salió corriendo hacia la bodega, suponiendo que Malkian y Syleneth estaban en problemas, y comenzaron un combate contra los druidas presentes. Syleneth y Malkian lograron romper el bastón y, utilizando el hechizo Puerta Dimensional, salieron de la bodega al mismo lugar donde estaban sus compañeros, solo para descubrir que ya no estaban allí.
Al usar la piedra de mensaje, se enteraron de que estaban luchando en la bodega para rescatarlos. Malkian y Syleneth, aprovechando que las zarzas habían muerto tras romper el bastón, corrieron de nuevo hacia la bodega. En ese momento, apareció una mujer para unirse a la batalla, resultando ser Mariska, una de las novias de Dorian, quien les advirtió que, aunque Dorian prefería dejarlos con vida, no le importaría que se comiera a uno o dos de ellos.
La batalla se complicaba, ya que los druidas utilizaban sus habilidades para atrapar a Los Buscadores con sus raíces y Mariska era muy peligrosa. Sin embargo, Arsen logró lanzar su lanza psíquica para aturdir a Mariska, mientras que Tharcon la desintegró con un rayo lunar. Sin Mariska, el combate fue mucho más favorable para Los Buscadores, quienes dejaron a dos druidas vivos para interrogarlos.
Confundidos, Los Buscadores se sorprendieron aún más cuando una mujer entró, acompañada por Iggwilv, Sigismund y Thalindra. Krik confesó que no era realmente miembro del consejo, pero quería ver la reacción de sus compañeros. La mujer resultó ser Talia Moonsong, quien había sido nombrada Pretor. En Crystalcross, durante períodos de crisis, el consejo designa a un pretor para abordar situaciones de emergencia. Talia explicó que Dorian estaba planeando algo siniestro y que, en las últimas semanas, habían encontrado engendros vampíricos y espías de Dorian en la ciudad, con su número aumentando cada día. Incluso habían intentado matar a Talia en dos ocasiones, y estaban seguros de que habría una tercera.
Cuando apareció la niebla, Iggwilv llegó a Crystalcross para explicar la naturaleza del hechizo pues ella lo había utilizado en Prismalia para prevenir la entrada o salida de personas. Dorian había modificado el hechizo para permitir la entrada, pero no la salida, lo que desconcertaba a ambas. Ignoraban los planes exactos de Dorian, pues su ejército había estado acampando fuera de la ciudad durante semanas y podría haber atacado en cualquier momento. Además, no sabían cómo Dorian estaba introduciendo los engendros vampíricos, ya que no permitían la entrada de nadie.
La situación se complicaba aún más con la desaparición de los peces y el problema de algunos ciudadanos convirtiéndose en necrofagos. Krik informó que creía que la causa de esto era el vino, pero el consejo carecía de suficientes hombres para investigar la bodega, por lo que deseaban enviar a Los Buscadores a buscar la solución. Aceptaron la misión, y Sigismund y Thalindra les mencionaron que tenían otra tarea que atender y se reunirían con ellos en el Faro esa noche.
Antes de partir, Talia pidió a Iggwilv que informara sobre La Corona De Las Mentiras. Iggwilv habló de este poderoso objeto mágico que había utilizado en muchos de sus planes, incluido el intento de hacerse con Prismalia. La corona tiene la capacidad de transformarte y hacerte parecer como cualquier criatura que hubieras visto al menos una vez, con un tamaño no mayor que uno más grande o más pequeño que el tuyo. La nueva forma imitaba exactamente la apariencia de la criatura elegida, incluida su voz. Durante esta transformación, la corona se fusionaba con el portador y era indetectable.
Iggwilv advirtió al grupo que tengan cuidado y no confíen en nadie, ya que la corona había sido robada cuando comenzó la niebla, y sospechaban que Dorian estaba detrás del robo. Syleneth se comprometió a ayudar a Nauplia en lo que pudiera, lo cual fue agradecido por Talia . Antes de separarse, Talia les entregó un salvoconducto que les permitiría entrar a la ciudad cuando lo necesiten.
Con todo claro, Los Buscadores se dirigieron al viñedo, decididos a descubrir qué estaba ocurriendo. En su camino, notaron que la naturaleza se marchitaba y moría a medida que se acercaban al viñedo, como si un veneno estuviera causando su destrucción. Al llegar, encontraron que todo estaba muerto; donde antes había vides, ahora solo había zarzas llenas de espinas.
Al acercarse a la entrada, dos árboles que parecían muertos comenzaron a moverse, revelando ojos amarillos en sus nudos, y se lanzaron al combate, proclamando: "¡La semilla ha dado fruto amargo!" Mientras uno añadía: "¡Nosotros somos ese fruto!". Durante la batalla, uno de los árboles dejó fuera de combate a Arsen, pero el grupo logró derrotarlos y curar sus heridas. Al morir el último árbol, exclamó: "Teníamos hilos, pero los han cortado...".
Al percatarse de que las plantas podrían ser un problema, Syleneth y Malkian decidieron infiltrarse en el viñedo y acercarse a la bodega en sigilo, lo cual fue aceptado por el resto del grupo. Al llegar, encontraron a un druida cargando barriles de vino y cajas con botellas en un carro. Syleneth escuchó a dos personas conversando en la planta de arriba, pero estaban demasiado lejos para entender su diálogo, así que le indicó a Malkian que tenían que subir. Ambos demostraron sus habilidades de infiltración y lograron llegar al primer piso sin ser detectados, encontrando la sala donde se llevaba a cabo la conversación.
Allí, descubrieron que un hombre y una mujer estaban hablando sobre los planes de Dorian. Dorian había ordenado que contaminaran el vino, pero solo una décima parte de todos los envíos. También discutieron sobre la criatura que Dorian había capturado, que, a pesar de tener cortadas las piernas y los brazos, seguía viva y resistiéndose. La mujer preguntó por la semilla, y el hombre respondió que, gracias al corazón que Dorian les había conseguido, estaba creciendo fuerte como él había ordenado, y que el profeta se estaba encargando de ello.
El hombre inquirió si podían ayudar con el pescado, pero la mujer le dijo que Dorian ya se había encargado de eso. Cuando el hombre preguntó hasta cuándo debían seguir con esto, la mujer le respondió que mañana Crystalcross caería y que solo tenían que aguantar hasta entonces. El hombre agregó que, gracias al bastón, las zarzas protegerían el viñedo hasta entonces. La mujer preguntó por el bastón, y el hombre contestó que estaba bajo el edificio.
Syleneth y Malkian decidieron que debían conseguir ese bastón y se infiltraron hasta la planta baja sin ser descubiertos. Sin embargo, por el camino encontraron a la criatura a la que se referían en la conversación anterior y vieron a un demonio sin brazos ni piernas amordazado, colgado del techo sobre uno de los grandes toneles de vino, cuya sangre se mezclaba con el vino que los druidas recolectaban. Solo una parte del cargamento estaba contaminada.
Continuaron descendiendo y encontraron una puerta secreta que conducía a una cueva, donde en el centro se erguía el bastón, rodeado de zarzas que se enterraban en la tierra. Ambos intentaron destruir el bastón, pero les costó más de lo esperado, lo que alertó a las zarzas de todo el viñedo, que comenzaron a moverse en dirección al edificio.
El resto del grupo, al ver esto, salió corriendo hacia la bodega, suponiendo que Malkian y Syleneth estaban en problemas, y comenzaron un combate contra los druidas presentes. Syleneth y Malkian lograron romper el bastón y, utilizando el hechizo Puerta Dimensional, salieron de la bodega al mismo lugar donde estaban sus compañeros, solo para descubrir que ya no estaban allí.
Al usar la piedra de mensaje, se enteraron de que estaban luchando en la bodega para rescatarlos. Malkian y Syleneth, aprovechando que las zarzas habían muerto tras romper el bastón, corrieron de nuevo hacia la bodega. En ese momento, apareció una mujer para unirse a la batalla, resultando ser Mariska, una de las novias de Dorian, quien les advirtió que, aunque Dorian prefería dejarlos con vida, no le importaría que se comiera a uno o dos de ellos.
La batalla se complicaba, ya que los druidas utilizaban sus habilidades para atrapar a Los Buscadores con sus raíces y Mariska era muy peligrosa. Sin embargo, Arsen logró lanzar su lanza psíquica para aturdir a Mariska, mientras que Tharcon la desintegró con un rayo lunar. Sin Mariska, el combate fue mucho más favorable para Los Buscadores, quienes dejaron a dos druidas vivos para interrogarlos.