Sesión 98: Las noches ya no son seguras en Nauplia
Mientras Erdan hacía guardia, rodeado por la densa niebla, sus pensamientos vagaban hacia los días de entrenamiento en Lithleran junto a su mentor Aelar y su "compañera" Thalindra. Sin embargo, algo lo sacó abruptamente de sus recuerdos: el bosque se había quedado en completo silencio, incluso el crepitar del fuego había cesado. Inmediatamente, Erdan se puso en posición de combate y miró en todas direcciones, tratando de identificar la causa de este inquietante silencio. Sin embargo, la niebla era tan espesa que no pudo ver a su atacante hasta que este se abalanzó sobre él, propinándole un golpe directo. Afortunadamente, sus reflejos y su entrenamiento le permitieron bloquear el segundo ataque.
El atacante era un humano albino con el cabello muy corto y el iris de sus ojos blanco. Portaba una máscara que le cubría la nariz y la boca, vestía ropas ligeras completamente negras, dejando sus brazos cubiertos de cicatrices expuestos para ganar movilidad. Su arma era una espada hecha de sombra. No estaba solo; cuatro lobos de sombra lo acompañaban. Uno de ellos mordió a Erdan, llevándose parte de su energía vital, aunque logró bloquear el segundo ataque. Los otros tres lobos se quedaron junto a los Buscadores, que seguían durmiendo ajenos a todo lo que sucedía gracias al hechizo de silencio lanzado por el atacante, que suprimía completamente los sonidos del combate.
Erdan logró despertar a Malkian de una patada, y Engranajes despertó a Keothi. Ambos se lanzaron a ayudar a Erdan. En clara desventaja numérica, Erdan se alejó lo suficiente del combate hasta salir del radio de silencio y lanzó un proyectil mágico contra sus compañeros que los despertó. El atacante, frustrado, intentó lanzar un hechizo de oscuridad, pero Arsen lo contrarrestó con contrahechizo. El albino, viendo a Arsen como una amenaza, ordenó a sus lobos atacarlo y apagó la hoguera. Los lobos se lanzaron sobre Arsen, quien, en un intento desesperado, se lanzó una bola de fuego sobre si mismo para acabar con los lobos, pero por desgracia estos sobrevivieron. Los lobos drenaron su esencia vital, acabando con su vida.
Finalmente, los Buscadores lograron derrotar a los lobos, pero el albino escapó con vida. Rápidamente, Thorin utilizó un hechizo de revivir para devolver a Arsen a la vida antes de que pasara un minuto. Tras este incidente, el grupo decidió que ya no era seguro que una sola persona hiciera la guardia, por lo que planearon realizarla de dos en dos en adelante.
Al día siguiente, el grupo llegó al enclave de unos druidas de las estrellas, conocido como El Círculo del Eclipse, donde se encontraba Derwyth que parecía ser su lider. Allí, Derwyth les explicó que llevaban semanas intentando deshacerse de la niebla sin éxito y que desconocían su origen, aunque sabían que no era natural. Los Buscadores le entregaron el bestiario y le contaron que pertenecía a Shalfey, ella les dijo que era un mago que trabajaba en la Torre del Cielo, en la costa de Nauplia entre Emberstrand y Cristalcross, y que tambien era un viejo amigo suyo pero que llevaban decadas sin verse.
Derwyth se mostró preocupada por la niebla, pues había enviado a sus hombres a explorar el resto del territorio de Nauplia para descubrir el origin de este fenomeno y muchos no regresaron. Informó que las criaturas en la niebla acabaron con varios de ellos. Aquellos que lograron regresar, contaron que en Emberstrand y Cristalcross habían desaparecido objetos antiguos de la época de la fundación del reino de Nauplia, y también algunas mujeres.
Recientemente, los druidas habían decidido buscar la ubicación de una estrella caída con la esperanza de que podría ayudarles a disipar la niebla, aunque no le habían dado mucha importancia ya que no estaban dispuestos a abandonar su recinto. Derwith pidió a los Buscadores que comieran mientras los druidas realizaban un ritual para localizar el punto exacto donde había caído la estrella.
Tras el ritual, Derwyth les informó que la estrella había caído en El Paso de Therno, una pequeña región en las Montañas Tegefed habitada por aberraciones llamadas derro. A pesar de las advertencias de Derwyth sobre los numerosos no-muertos que plagaban el área desde la llegada de la niebla, los Buscadores decidieron seguir adelante con su plan de encontrar la estrella caída. Reconociendo su determinación, Derwyth les entregó tres pociones de curación para ayudarles en su misión.
Antes de continuar con su búsqueda, el grupo decidió investigar el misterioso libro titulado "La Venganza" de William Dilaurentis, sospechando que podría ser el causante de los extraños sucesos. Malkian convenció a Derwyth para que les proporcionara una zona segura, explicándole el peligro potencial de abrir el libro. Derwyth reunió a sus druidas, quienes formaron un círculo alrededor de los Buscadores, preparados para atacar cualquier cosa que emergiera del libro.
Cuando el grupo abrió el libro, no encontraron lo que esperaban. En lugar de respuestas, las páginas contenían una única palabra repetida cientos de veces: "Syleneth". Krik, al recordar la caligrafía de William Dilaurentis, confirmó que era su letra. Analizando la información proporcionada por el árbol con el que Tharcon había hablado en el campamento de los guardias de la frontera, junto con sus propias investigaciones, dedujeron que el hombre que escribió el libro había aparecido poco después de que Syleneth sacara la carta del No Muerto de la baraja de muchas cosas. Esta carta aparentemente resucitó a alguien que buscaba venganza contra Syleneth, en este caso, William Dilaurentis.
Tras esta revelación, el grupo decidió seguir adelante con su misión para encontrar la estrella caída. Volvieron a acampar a la intemperie, pero esa misma noche recibieron otro ataque. Esta vez se trataba de Argos, el caballero de la Orden de la Rosa que habían creído muerto. Argos llegó diciendo que por fin había encontrado a alguien digno para usar su maza en combate, Nightbringuer, y que estaba deseando volver a pelear con ellos. Informó que no podía morir de forma permanente y les dejó prepararse para el combate.
El enfrentamiento con Argos fue duro, pero finalmente, los Buscadores lograron vencerle una vez más. La amenaza constante de enemigos y los misterios que se desvelaban a su paso mantenían al grupo en alerta, conscientes de que su misión se volvía cada vez más peligrosa y crucial para desentrañar los secretos que envolvían la niebla y la estrella caída.
El atacante era un humano albino con el cabello muy corto y el iris de sus ojos blanco. Portaba una máscara que le cubría la nariz y la boca, vestía ropas ligeras completamente negras, dejando sus brazos cubiertos de cicatrices expuestos para ganar movilidad. Su arma era una espada hecha de sombra. No estaba solo; cuatro lobos de sombra lo acompañaban. Uno de ellos mordió a Erdan, llevándose parte de su energía vital, aunque logró bloquear el segundo ataque. Los otros tres lobos se quedaron junto a los Buscadores, que seguían durmiendo ajenos a todo lo que sucedía gracias al hechizo de silencio lanzado por el atacante, que suprimía completamente los sonidos del combate.
Erdan logró despertar a Malkian de una patada, y Engranajes despertó a Keothi. Ambos se lanzaron a ayudar a Erdan. En clara desventaja numérica, Erdan se alejó lo suficiente del combate hasta salir del radio de silencio y lanzó un proyectil mágico contra sus compañeros que los despertó. El atacante, frustrado, intentó lanzar un hechizo de oscuridad, pero Arsen lo contrarrestó con contrahechizo. El albino, viendo a Arsen como una amenaza, ordenó a sus lobos atacarlo y apagó la hoguera. Los lobos se lanzaron sobre Arsen, quien, en un intento desesperado, se lanzó una bola de fuego sobre si mismo para acabar con los lobos, pero por desgracia estos sobrevivieron. Los lobos drenaron su esencia vital, acabando con su vida.
Finalmente, los Buscadores lograron derrotar a los lobos, pero el albino escapó con vida. Rápidamente, Thorin utilizó un hechizo de revivir para devolver a Arsen a la vida antes de que pasara un minuto. Tras este incidente, el grupo decidió que ya no era seguro que una sola persona hiciera la guardia, por lo que planearon realizarla de dos en dos en adelante.
Al día siguiente, el grupo llegó al enclave de unos druidas de las estrellas, conocido como El Círculo del Eclipse, donde se encontraba Derwyth que parecía ser su lider. Allí, Derwyth les explicó que llevaban semanas intentando deshacerse de la niebla sin éxito y que desconocían su origen, aunque sabían que no era natural. Los Buscadores le entregaron el bestiario y le contaron que pertenecía a Shalfey, ella les dijo que era un mago que trabajaba en la Torre del Cielo, en la costa de Nauplia entre Emberstrand y Cristalcross, y que tambien era un viejo amigo suyo pero que llevaban decadas sin verse.
Derwyth se mostró preocupada por la niebla, pues había enviado a sus hombres a explorar el resto del territorio de Nauplia para descubrir el origin de este fenomeno y muchos no regresaron. Informó que las criaturas en la niebla acabaron con varios de ellos. Aquellos que lograron regresar, contaron que en Emberstrand y Cristalcross habían desaparecido objetos antiguos de la época de la fundación del reino de Nauplia, y también algunas mujeres.
Recientemente, los druidas habían decidido buscar la ubicación de una estrella caída con la esperanza de que podría ayudarles a disipar la niebla, aunque no le habían dado mucha importancia ya que no estaban dispuestos a abandonar su recinto. Derwith pidió a los Buscadores que comieran mientras los druidas realizaban un ritual para localizar el punto exacto donde había caído la estrella.
Tras el ritual, Derwyth les informó que la estrella había caído en El Paso de Therno, una pequeña región en las Montañas Tegefed habitada por aberraciones llamadas derro. A pesar de las advertencias de Derwyth sobre los numerosos no-muertos que plagaban el área desde la llegada de la niebla, los Buscadores decidieron seguir adelante con su plan de encontrar la estrella caída. Reconociendo su determinación, Derwyth les entregó tres pociones de curación para ayudarles en su misión.
Antes de continuar con su búsqueda, el grupo decidió investigar el misterioso libro titulado "La Venganza" de William Dilaurentis, sospechando que podría ser el causante de los extraños sucesos. Malkian convenció a Derwyth para que les proporcionara una zona segura, explicándole el peligro potencial de abrir el libro. Derwyth reunió a sus druidas, quienes formaron un círculo alrededor de los Buscadores, preparados para atacar cualquier cosa que emergiera del libro.
Cuando el grupo abrió el libro, no encontraron lo que esperaban. En lugar de respuestas, las páginas contenían una única palabra repetida cientos de veces: "Syleneth". Krik, al recordar la caligrafía de William Dilaurentis, confirmó que era su letra. Analizando la información proporcionada por el árbol con el que Tharcon había hablado en el campamento de los guardias de la frontera, junto con sus propias investigaciones, dedujeron que el hombre que escribió el libro había aparecido poco después de que Syleneth sacara la carta del No Muerto de la baraja de muchas cosas. Esta carta aparentemente resucitó a alguien que buscaba venganza contra Syleneth, en este caso, William Dilaurentis.
Tras esta revelación, el grupo decidió seguir adelante con su misión para encontrar la estrella caída. Volvieron a acampar a la intemperie, pero esa misma noche recibieron otro ataque. Esta vez se trataba de Argos, el caballero de la Orden de la Rosa que habían creído muerto. Argos llegó diciendo que por fin había encontrado a alguien digno para usar su maza en combate, Nightbringuer, y que estaba deseando volver a pelear con ellos. Informó que no podía morir de forma permanente y les dejó prepararse para el combate.
El enfrentamiento con Argos fue duro, pero finalmente, los Buscadores lograron vencerle una vez más. La amenaza constante de enemigos y los misterios que se desvelaban a su paso mantenían al grupo en alerta, conscientes de que su misión se volvía cada vez más peligrosa y crucial para desentrañar los secretos que envolvían la niebla y la estrella caída.