Styx
Trasfondo:
-Cuando era muy pequeño solía vivir en una aldea semi-aislada en el área de Franka. Por lo poco que aún recuerdo no vivimos del todo mal, teníamos cierta libertad al estar alejados de la capital. No solíamos tener demasiadas visitas por lo que la seguridad no era muy alta pese a vivir en el mundo en el que estamos, por lo que cuando ocurrió el ataque la gente no estaba preparada.
-Nos atacó un grupo bastante grande de apocalípticos, usando explosivos de no demasiada potencia pero lo justo para derribar muros y causar conmoción. Entre todo el humo empezaron a aparecer mas y mas personas, robando, destrozando cosas, llevándose a algunas personas y matando a la mayoría. Yo fui uno de los que se llevaron, supongo que tuve algo de “suerte”.
-Después de unos días de viaje, del cual no todos los que se llevaron aguantaron, llegamos al asentamiento de nuestros atacantes. Allí nos empezaron a separar por grupos, unos iban a convertirse en esclavos, a otros los ponían a hacer trabajos como construir o trabajar el campo, y a otros como a mi nos limpiaron y llevaron a una tienda bastante grande. Allí nos recibió una mujer muy hermosa pero que tenía un aire de peligro al mismo tiempo. Básicamente iban a entrenarnos para trabajar de cortesanas/os en varios lugares. Tendríamos que satisfacer a los clientes al mismo tiempo que hacíamos otros trabajos, como recaudar y sonsacar información, ser intermediarios para cosas como pasar información u objetos y trabajos parecidos de ese nivel.
-Al principio odiaba trabajar para ellos, pero a la larga acabé acostumbrándome, era eso o vivir solo, y no duraría de esa manera. Así que acabe confiando en ellos, al fin y al cabo ahora eran “familia”.
-Pasaron unos cuantos años, en los que mejore mucho en mi oficio. Aprendí cómo sacar información a cualquiera, ya fuera mujer u hombre; a sustraer pequeños objetos sin que nadie se diera cuenta; a convencer fácilmente a las personas con pocas palabras para conseguir lo que quisiera; y más importante aún, a evadir la atención de los jueces o escaparme de una posible captura desviando sus ojos a otros sitios.
-Todo iba bien hasta que pasó algo que no me esperaba. Un día entro al local un juez con un pequeño grupo de 4 hombres y lo siguiente que sé es que tuve que salir corriendo por la ventana y tener que esconderme de ellos después de huir durante casi todo un día. Cuando se calmó la tormenta, fui como pude hasta uno de los informadores de confianza que tenía a intentar averiguar qué había ocurrido. Me sorprendí bastante al descubrir que había dado información falsa sobre ciertos trabajos que presuntamente hice yo. Pero lo mejor fue enterarme de que la persona que lo hizo fue mi jefa.
-Después de aquello viaje en dirección hacia la que había sido nuestra base en un comienzo, para intentar averiguar el porqué de traicionarme sin razón cuando yo había hecho siempre bien mi trabajo. Pude infiltrarme sin muchos problemas y después de dos días pude hacerme con la información deseada. Al parecer los jueces habían ido atando cabos sobre ciertos incidentes bastantes serios que mi jefa había hecho, y esta al enterarse pudo desviar por no mucho, todo hacia mi. Simplemente fui desechado sin razón alguna, cosa que me enfado muchísimo mas que si hubiera sido por alguna razón.
-Con todo aquel odio que empecé a sentir hacia los que creía amigos y familia, decidí hacer algo para vengarme. Fui a la ciudad más cercana y empecé a soltar pequeños rumores sobre crímenes y personas de lo que antaño creí hogar. Todo esto llegó a oídos de los jueces, que al parecer habían recibido noticias de otra mujer sobre aquel grupo. Mandaron a un grupo enorme de limpieza a eliminar a todos los que estaban en el lugar y liberar a los que tenían allí retenidos.
-Dejando ya todo lo sucedido atrás, me dediqué a ir de lugar en lugar viviendo cada día como me diese la gana, disfrutando de los placeres y sobreviviendo como pudiera. Para algo tenía este cuerpo y la capacidad de conseguir cualquier cosas con 4 palabras bien dichas.
-Pase un tiempo en una pequeña ciudad de Pollen, trabajando en uno de los locales del barrio rojo. Un día conocí a una chica de muy buen ver y decidí tomarme unas copas con ella. Se llamaba Sarai, y me pareció bastante divertida. Pasado el rato empezamos a contarnos algunas historias que nos habían ocurrido, hasta que dimos con una bastante especial. Al parecer ella fue la mujer que había informado también a los jueces, por distintas razones a las mías. Al final del día eramos 2 apocalípticos sin una bandada a la que pertenecer, así que sin mucho más que perder, decidimos juntarnos para echarnos un cable de vez en cuando, aunque claramente no con mi total confianza al menos por el momento.
Comentarios