Morvakri

Historia Si las mentes de los kalashtar ya se encuentran divididas, la de Morvakri se encuentra tan quebrada como su corazón. Aparenta ser una mujer de unos veinticinco años, sin embargo ronda los cincuenta. Fue testigo y la mente que orquestó el plan de asesinar a los parlamentarios. Puede que para el emperador Tristán Chaucer el mundo sea un tablero de ajedrez, pero todo rey necesita una reina que lo lleve a la victoria. Poco se sabe de Morvakri antes de su meteórico ascenso al poder, pero los rumores cada vez son más y más confusos. Se dice que nació en una humilde familia en alguna ciudad poco desarrollada de Noelzia (hija de un tendero y de una costurera que pasó demasiado tiempo fuera de casa como para poder educar y mimar a su primogénita y única heredera).
  Morvakri poseía un talento sobrenatural a la hora de comunicarse con su quori y desenmarañar los entresijos de las mentes ajenas. Su control de aquel poder le hizo pensar que podría cambiar todas las cosas que estaban mal en el mundo, y definitivamente lo hizo, pero el resultado difería bastante de la idea inicial de su niñez. Alrededor de sus doce o trece años, fue vendida por sus padres a una congregación religiosa afín a los aasimar. Su inconformismo adolescente ocurre que usase su don para escalar rápidamente en aquella sociedad, llegando a ser sacerdotisa suprema de las Hijas de Vecna. Morvakri llamó la atención de esta entidad por su carisma y su férrea voluntad.
  Se hizo pasar por un ángel vengador, cuando en realidad Vecna ​​​​era un rey liche que deseaba convertirse en dios. Sumisas y devotas clérigas fueron poco a poco transformándose en brujas atadas a un pacto con el rey liche, alienadas por la misma Morvakri con el objetivo de lograr un mundo mejor. Tras su pacto con Vecna, Morvakri logró una longevidad antinatural, y se las ingenió para parecer siempre joven y bella mientras mantenga contento a su amo. Las Hijas de Vecna, al estallar la guerra civil, ​​​​​​​​​​​​​​​​se unieron a la lucha en el bando de Tristán Chaucer, y fue en ese momento cuando los futuros gobernadores del Imperio de Noelzia se conocieron.
  Tristán, cautivado por la belleza perenne, el carisma y la férrea voluntad de Morvakri, acabó siendo un títere para la adoradora de Vecna. Durante aquel conflicto, Morvakri tuvo que morir, pero su estrecho vínculo con el rey liche hizo que regresarse a la vida. Ser una retornada tenía un gran costo: jamás podría albergar nuevos recuerdos. Pero aquí entró en juego su quori: él le recordaría lo necesario para seguir manteniéndose cuerda. A partir de ese instante, las Hijas de Vecna ​​llevaron una máscara mortuoria en señal de respeto por su no-muerte. Posteriormente, su relación con Tristán se estrechó, a pesar de que no podía albergar recuerdos con él, el Imperio de Noelzia necesitaba una emperatriz que acompañase al vengador de su pueblo al trono.
  Morvakri se casó con Tristán a pesar de no llegar a sentir nada por él, debido a su mente quebrada. Al ser una gobernante implacable y no mostrar sentimiento alguno, ni siquiera por la persona con la que estaba unida en matrimonio, poco tardó el pueblo en acuñarle el sobrenombre de la Dama de Hierro.
  Descripción física Morvakri pesa 62 kg. y mide 1,78m. Su cuerpo es muy delgado, pero está muy trabajado físicamente. Siempre lleva unas botas largas de cuero con tacón (haciendo alcanzar los 1,83m) que la cubre hasta la mitad del muslo. Lleva un pantalón muy corto de cuero marrón bajo un ajustado vestido de cuero rojo sin mangas, con falda de mayor longitud por la parte trasera que emula las alas de un águila.
  La parte superior del vestido se torna blanca, marcando la zona donde comienza el pecho, con un escote en forma de rombo. Lleva varios aros de oro en las muñecas y brazos, además de una diadema que recoge su frondosa melena azul grisácea, la cual le alcanza hasta la mitad de la espalda. Su rostro es de facciones afiladas, casi viperinas, muy hermoso. Sus ojos son de color gris, profundos y cautivadores. Sus cejas también de color gris, frondosas y perfectamente perfiladas. Y sus labios carnosos esconden una sonrisa que, si bien podría amansar y enamorar a una bestia, ella optaría mas bien por mostrarla de tal forma que la amedrentaría y la sometería sin piedad.
  Descripción psicológica Morvakri tiene serias dificultades para recordar cosas después de haber desaparecido en batalla y vuelto a la vida, por lo que su quori maneja sus sentidos más de lo que a ella le gustaría. También tiene varias dificultades para socializar sin intimidar a sus interlocutores o manipularlos de alguna manera, pero tiene un gran don para hablar cara a cara ya sea con pequeños grupos o grandes multitudes y guiarlos a la peor de las muertes haciéndoles pensar que serán héroes. En ocasiones tiene dificultades para saber si su pueblo realmente la ama, o simplemente la temen tanto que han aprendido que eso es parte de amar a alguien.
  Independientemente de ser antes o después de tu regreso, Morvakri siempre fue una mujer solitaria, y solamente ha profesado una gran y desmedida devoción por Vecna, a quien se entregó en cuerpo y alma en múltiples ocasiones durante su estancia en el convento que más tarde convertiría en la sede de su aquelarre.
  El águila es su animal favorito y el rojo de la sangre su color predilecto. Le encanta el helado de yogur y los paseos en soledad observando el atardecer. Su festividad favorita es el festival de las luces de Siarka, celebrado en la última noche del año. Siempre ha de salir a la calle perfectamente vestida y maquillada, aunque no sea para asuntos oficiales, llegando a tardar más de dos horas hasta que ella misma se considera apta para ser observada públicamente.
  Está firmemente convencida de que los kalashtar son el siguiente paso en la evolución humana y, por lo tanto, los humanos son seres inferiores que deben ser o bien sometidos o bien erradicados. Está obsesionada con la vida eterna y con el poder. Destinó gran parte de los recursos y tropas de Noelzia exclusivamente a la destrucción de la región de Valentis, hoy conocida como Mordumpa, únicamente por el poder que le otorgaría la posesión de los yacimientos de Eterium. Es capaz de entrar en Siarka sin verse afectado por el cambio de velocidad en el tiempo, ya que por ella no pasan los años, ni tiene la necesidad de comer o beber por su pacto con Vecna.
  Posee una amplia colección de herramientas de tortura y disfruta haciendo sufrir a sus víctimas de innumerables formas, tanto físicas como mentales.
  Quizá no sienta amor por su marido, Tristán Chaucer, pero es el ser terrenal con el que se siente más seguro, y no tiene duda de que podría haber llegado a amarlo si su muerte no hubiera sido tan prematura.
  Morvakri no es consciente de que sus acciones podrían ser malignas, no de que su propio patrón lo es. Su narcisismo y su insana devoción por su patrón provocan que, a pesar de que sus intenciones sean buenas, sus acciones podrían no serlo.
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