Adeia Bela (aˈðei̯a ˈβela)
El pobre hombre, con la boca rajada de la resequedad, los ojos hundidos y rojos por el sol de secmón logró atisbar por el rabillo del ojo algo flotando en el agua. Con un rápido movimiento de cabeza, pudo ver maravillado que era la cara de un risco, ¡había encontrado tierra firme!
Casi de inmediato olvidó sus dolores, el hambre y los deseos de suicidarse, los cuales había abandonado por falta de fuerzas. Una vez su balsa estuvo lo suficientemente cerca como para percibir los detalles de la roca, pudo ver que parecía ser roca desnuda, interrumpida en sus grietas por las flores más bellas que había visto, intensos colores azules y púrpura se notaban en todas partes del gran muro que se erigía frente a él.
En la cima, pudo ver una figura humanoide, estaba muy lejos en lo alto, pero parecía que abría los brazos para recibir el viento y miraba hacia el cielo, casi parecía un recibimiento. Cuan feliz estaba, tanto que quiso gritar, pero su garganta estaba tan seca que el intento de grito quedó en un dolor terrible. Poco importaba, pronto llegaría a la orilla y encontraría la manera de escalar la pared, hallaría comida y bebida, estaría salvado, hasta compañía tendría, ¡por fin luego de 14 largos ciclos a la deriva!
Estaba a pocos pies de una saliente de roca bañada por las bellas flores cuando observó que la criatura en la cima se lanzó al vacío, golpeó varias veces la pared de roca antes de estrellarse contra el mar, tan fuerte como si fuese un muro, pronto su cuerpo estuvo rodeado de agua que fue tornándose poco a poco cada vez más rojiza.
Adeia bela es el nombre dado por herbarios a una planta muy rara que crece en zonas costeras, cerca a la roca desnuda expuesta a altas concentraciones de sal marina. Es extremadamente venenosa, y sus flores son muy llamativas y florecen con abundante sol, investigadores han atinado a llamarla el toque de Iyaki por lo terrible de sus efectos.
Descripción
La planta es un arbusto de entre 1 a 3 pies de alto, sus hojas son pequeñas y de un verde intenso, su tallo es de color ocre tostado. Su flor es del tamaño de una palma humana, con largos pétalos azules y púrpuras en forma de estrella que rodean un grupo de espigas de un verdes o amarillas. Tanto las espigas como los tallos están cubiertos de unos vellos diminutos que poseen una poderosa toxina al contacto.
Las superficies donde crecen pueden llegar a ser cubiertas por completo por las flores de la planta.
Toxicidad
El roce con la planta produce una leve picazón, los vellos se desprenden y quedan adheridos a la piel, si no son extraídos, se absorben y comienzan a liberar la toxina. A los pocos minutos del contacto, la piel se entumece y se torna pálida. Los primeros ciclos se experimentan mareos, vómitos y desorientación. El siguiente síntoma son calores focalizados en la piel y ardores en las zonas inicialmente afectadas. El último síntoma conocido es un dolor intenso al contacto, cualquier rozamiento, inclusivo el propio al moverse, se convierte en un terrible dolor, esto puede durar meses o luxantes enteros.
En cualquier momento luego del contacto, la criatura puede morir, sin embargo, muchos de los que tienen el infortunio de tocar una, se suicidan debido al dolor.
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