El escorpión marino
El crepúsculo indicaba que no llegarían más barcos por la falta de luz, todos en el muelle se disponían a celebrar el último ciclo de pentamón, antes de abrigarse en sus casas para pasar la larga noche. Del mar cercano comenzó a emerger una ola gigante que fue creciendo a medida que se acercaba a la costa, parecía como si una ballena fuese a salir del mar.
Lo primero en aparecer fue un escorpión de bronce apuntando al cielo, bajo él continuaba un gran mástil, y luego toda la arboladura de una nave de carga, parado sobre el mascarón de proa, se iba descubriendo a un viejo que reía a carcajadas al ver a los presenten atónitos.
-¡Deberían verse a sí mismos, nunca me cansaré de atracar cerca de incautos!
Más conocido en el sur de los muelles de Abjanel, más allá de cualquier astillero y lugar de atraque, el escorpión marino es una mito para muchos marineros, pues muy pocos han podido verlo en persona.
El barco es famoso porque al momento de levar anclas y adentrarse al mar, el agua sube por el casco, bordeando la nave y formando una gigantesca burbuja que lo encierra por completo, a medida que ésta va descendiendo hasta perderse en las olas.
Apariencia
El barco no parece diferente a un barco de carga mediano, de los que pueden verse en cualquier muelle cerca a las ciudades principales y capitales. Cuenta con un mástil principal, coronado por un escorpión de bronce, y un palo inclinado que hace las veces de trinquete, su mascarón está conformado por un par de escorpiones que parecen combatir.
El barco cuenta con dos niveles bajo cubierta, el primero donde está la cocina, los camarotes y los insumos del viaje y el segundo para llevar mercancías principalmente. En cubierta está la habitación del capitán y una pequeña sala de reuniones.
Propulsión
Aunque el barco está construído de forma que bien podría navegar sobre el mar aprovechando el viento, su principal característica le permite moverse por medios mágicos bajo el agua, sin necesidad de velas ni remos, los cuales no posee. No se sabe cómo cambia su dirección, pero se cree que el capitán lo dirige mentalmente, de la misma forma que debe usar para poder orientarse y no perderse en las profundidades marinas.
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