Lector de mareas
En la antigua sociedad de Los Kermeos, existía una labor muy importante que consistía en predecir eventos cercanos importantes para esta sociedad, leyendo el comportamiento de las mareas de los mares cercanos, a esta persona se le conocía como el lector de mareas.
Muchos lectores de marea eran, a su vez, marineros, pues no siempre podían vaticinar lo que acontecería con la marea de la costa, por lo que debían navegar mar adentro.
Usos del arte
Navegación
Los marineros debían poder sortear los peligros de su profesión, ya fuese para llevar alimento a sus casas o para descubrir nuevos mares, los lectores de marea podían ayudar indicándo si se acercaba una tormenta, si las corrientes serían provechosas o si encontrarían algún peligro en el viaje.
Procreación
Los Kermeos creían firmemente que la posición de los objetos del cielo determinaban el éxito o fracasao en la vida de uno de sus miembros al momento de nacer, como no existían aún los cosmólogos, y el conocimiento de las estrellas era asociado a los marineros, nadie mejor que un lector de mareas para indicar el momento propicio para un nacimiento. Como estas predicciones no podían hacerse con tanta anticipación como para planear el encamamiento, los que querían asegurar un futuro próspero a sus hijos, intentaban acelerar el parto por diferentes métodos, desde el uso de ungüentos en el útero de la mujer, hasta la realización de bailes rituales a la luna.
Cosechas
A pesar de que el mar no bañaba las cosechas, se creía que sus mareas predecían las buenas lluvias y las crecidas de los ríos, por lo que un lector de mareas podía indicar si era buen momento para sembrar y qué tipo de semilla, si por el contrario, no era buen tiempo para una cosecha, los agricultores se apresuraban a vender el grano que tenían guardado, buscando comprar lo que fuese a escasear.
Desuso
En la última dinastía de Los Kermeos, llamada los Misoimus se sabe que varios títulos y profesiones fueron eliminadas por considerarsen inútiles o al detectarse que quienes las llevaban a cabo, no eran más que charlatanes que engañaban a los demás, sin poseer poderes especiales. El último lector de mareas del que se tiene conocimiento, le ataron a un pie una caja de madera y metal, fue arrojado a orillas de un mar cercano, de forma que solo sobresalía su cabeza, y murió ahogado al subir la marea.
Comentarios