Gozreh
Los marineros suelen decir que Gozreh habita en el horizonte, donde el mar se encuentra con el cielo. Nacido de la furia del oceáno y la ira del viento, Gozreh es una deidad voluble, el/ella es la gran ola que vuelca los barcos, la suave corriente que deposita a los marineros en costas seguras, y las mareas predecibles; y aquellos que dependen de las aguas o las lluvias lo saben mejor que nadie, aplacando y honrando a Gozreh siempre que estos ciclos le son favorables.
En el arte, a Gozreh se le representa de dos formas. Sobre el agua o en el mar, es una mujer de salvaje y ondulante pelo verde cuyo cuerpo se transforma en interminables olas. Sin embargo, cuando es representado en el cielo o en la tierra, Gozreh es caracterizado como un anciano con una larga barba blanca que emerge de una poderosa tormenta, es por eso por lo que algunos seguidores de Gozreh (en especial los clérigos) suelen llevar una tupida barba y vestir atuendos verdes y holgados. Antes de la siembra de la primavera, muchos se acercan a los clérigos de Gozreh pidiendo que bendigan sus tierras, y los himnos a Gozreh son frecuentes, llamados «himnos al viento y las olas», y pronunciados por aquellos que desean respetar la naturaleza.
Los signos de favor de Gozreh suelen ser una repentina y suave brisa cálida que trae consigo un fuerte aroma a flores, o un sonido a priori inexplicado de ondas que se estrellan en una playa distante, así como sueños con animales específicos (lobos blancos, lagartos con ojos brillantes etc). Sus signos de disgusto son la aparición repentina de lluvias torrenciales, el avistamiento de bestias salvajes y sonidos de aves chillando, así como la sensación de un sabor a sangre en la boca.
Sus adoradores comprenden marineros, comerciantes navales y agricultores. Los bárbaros marítimos le piden velocidad para atrapar a sus presas, los pescadores oran por corrientes favorables que les permitan generosas capturas, los molineros solicitan vientos constantes para alimentar sus molinos y las bombas de sus pozos, y los viajeros buscan buen tiempo en sus viajes. Los generales sensatos piden la bendición de Gozreh antes de transportar soldados por mar, y los más sabios incluso recurren a sacerdotes para solicitar una bendición formal. La mayoría de los sacerdotes activos en la iglesia de Gozreh son clérigos, aunque un décimo son druidas, y unos pocos son exploradores (llamados «cazadores del clima») y adeptos.
Los templos de Gozreh están siempre a cielo abierto y a menudo contienen una especie de piscina o laguna en el centro. Los templos costeros son generalmente construidos con madera de deriva, y con frecuencia sólo constan de una pared de madera con cobertizos en el borde exterior. Algunos templos incorporan ruedas de agua, molinos de viento, faros u otras estructuras que aprovechan el viento y las olas o son esenciales para una comunidad que se basa en el cielo y el mar para sobrevivir.
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