Brujos vascos

Brujos vascos

Saludadores

Cuando existe peligro de plaga o el ganado enferma, hay gran discusión entre los vecinos de los caseríos sobre si llamar al saludador o al cura, preguntándose cuál será más efectivo... y también más barato. Los saludadores son brujos especializados en curar las enfermedades (y las maldiciones) que sufren los animales (y malas lenguas dicen que también de provocarlas por encargo de algún vecino envidioso) Pocas veces establecen residencia en un mismo lugar, pues les es más saludable llevar una existencia nómada, en parte para librarse de la persecución de los curas cristianos, sus mayores enemigos y en parte también porque los campesinos vascos son muy expeditivos a la hora de hacer "reclamaciones" si alguno de sus remedios no ha funcionado bien.

Conjuradores

Al igual que en Castilla, en la vieja Wasconia proliferan estos hombres, supuestos clérigos, que dicen tener el poder de alejar la tempestad y disolver el pedrisco con sus rezos y rituales, a caballo entre lo religioso y lo pagano. Muchas veces hacen la función de conjuradores sacristanes y ermitaños locales, que tocan las campanas en la creencia de que dicho sonido "corta" el aire, destruyendo la nube. Por este trabajo perciben un pequeño sobresueldo de las gentes del lugar. Pero es una actividad no exenta de riesgos, dado el cariño que les tienen los rayos a las campanas y campanarios.
Entre los "conjuradores profesionales" y los "clérigos aficionados" locales hay, como es lógico, una gran competencia hasta el punto de hacerse desafíos públicos para ver quien es capaz de dirigir las nubes con mayor eficacia...

Aztli

Reciben este nombre los adivinos y agoreros, que a menudo basan sus predicciones en el vuelo de los pájaros. Los campesinos les consultan a menudo sobre el tiempo que va a hacer y ellos se basan en las siguientes premisas. La mayoría de los Aztli son simples charlatanes que, como mucho, se fian de su conocimiento de las aves y de la credulidad de las gentes.
No obstante, algunos Aztli han llegado a ser muy poderosos y realizar grandes prodigios, según creencia popular gracias a esclavizar a un puñado de Mamurak. Claro que no se descarta la posibilidad de que se trate de auténticos magos y brujos, o que hayan pactado con el Diablo...