Ser recibido con miradas y susurros, sufrir violencia e insultos en la calle, ver desconfianza y miedo en todos los ojos: esta es la suerte del tiefling. Y para retorcer el cuchillo, los tiefling saben que esto se debe a que un pacto alcanzado hace generaciones infundió la esencia de Asmodeus, señor supremo de los Nueve Infiernos, en su linaje. Su apariencia y su naturaleza no son su culpa sino el resultado de un antiguo pecado, por el cual ellos y sus hijos y los hijos de sus hijos siempre serán responsables.
Línea de sangre infernal
Los tiefling se derivan de linajes humanos y, en el sentido más amplio posible, todavía parecen humanos. Sin embargo, su herencia infernal ha dejado una clara huella en su apariencia. Los tiefling tienen cuernos grandes que toman cualquiera de una variedad de formas: algunos tienen cuernos enroscados como un carnero, otros tienen cuernos rectos y altos como los de una gacela, y algunos en espiral hacia arriba como los cuernos de un antílope. Tienen colas gruesas, de cuatro a cinco pies de largo, que azotan o se enrollan alrededor de sus piernas cuando están molestos o nerviosos. Sus dientes caninos son puntiagudos y sus ojos son de colores sólidos (negro, rojo, blanco, plateado u dorado) sin esclerótica ni pupila visibles. Sus tonos de piel cubren toda la gama de coloración humana, pero también incluyen varios tonos de rojo. Su cabello, que cae en cascada desde detrás de sus cuernos, suele ser oscuro, de negro o marrón a rojo oscuro, azul o púrpura.
Autosuficiente y sospechoso
Los tiefling subsisten en pequeñas minorías que se encuentran principalmente en ciudades o pueblos humanos, a menudo en los barrios más rudos de esos lugares, donde crecen para convertirse en estafadores, ladrones o señores del crimen. A veces viven entre otras poblaciones minoritarias en enclaves donde son tratados con más respeto.
Al carecer de una patria, los tiefling saben que tienen que abrirse camino en el mundo y que tienen que ser fuertes para sobrevivir. No se apresuran a confiar en nadie que dice ser un amigo, pero cuando los compañeros de un tiefling demuestran que confían en él o ella, el tiefling aprende a brindarles la misma confianza. Y una vez que un tiefling le da lealtad a alguien, el tiefling es un firme amigo o aliado de por vida.