En el kalh de hoy existen aún muchas religiones y cultos, sobre todo según que tanto nos alejemos de las grandes urbes. Por ejemplo, a medida que nos alejamos de Arganois, hacia las penínsulas exteriores del sur, es mas común encontrar cultos a los dioses antiguos en diversas formas y usos. Como sea, la mayoría de los teólogos coincidimos en señalar cuatro corrientes más influyentes: la Iglesia de Crig Han, el Panteón tradicional, el Culto a los Dioses Antiguos y el Animismo.
Panteón tradicional
La religión con más adherentes en Kalh. Es un panteón abierto, lo que convierte a sus seguidores en politeístas. Sus dioses son universales, siendo los mismos en todo el continente, y presentan rasgos mortales. Esto último quiere decir que estos dioses se presenten como seres sintientes, con ambiciones, metas y capaces de sentir odio, amor, tristeza y, en rigor, cualquier emoción de las que experimentamos nosotros como mortales. Eso mismo ha sido la base de su existo, desplazando a los Dioses Antiguos. Desde su advenimiento, en el lejano origen de la Segunda Edad, estos nuevos dioses se mostraron cercanos, preocupados por la suerte de los khaleses e incluso interviniendo en los eventos del mundo. Hoy, un seguidor del Panteón tradicional puede sentir afinidad por un dios en particular, pero si ha de hacerse a la mar ofrendará a Skysia, si es una madre dando a luz se encomendará a Uline, o si se está jugando un puñado de cobre en una taberna besará los dados en honor a Ilea.
Iglesia de Crig Han
La iglesia de Crig Han, religión oficial y única reconocida por el Imperio, sigue al dios del mismo nombre siendo la segunda religión en cantidad de seguidores. Es una religión monoteísta que entrega a Crig Han cada ámbito divino, en una dualidad eterna. Crig Han es la luz y la oscuridad, el principio y el fin, el bien y el mal. Sus seguidores reconocen todos sus ámbitos, aunque normalmente abrazan sólo los aspectos con los que sienten más cómodos. La Iglesia de Crig Han no reconoce otros dioses, aunque si, de forma parcial, su existencia. Los ve como entidades fuertes, que se arrogan la categoría de dioses, y los entienden como enemigos. La Iglesia de Crig Han ha crecido fuertemente, principalmente por dos factores: cuenta con el respaldo de toda la fuerza del Imperio, y el resto de las otras religiones son abiertas, y asumen que cada dios, sea o no de su panteón existe y tiene un lugar en el mundo.
Culto a los Dioses Antiguos
También un panteón abierto, el Culto Antiguo es, sin embargo, más difícil de definir. Tercero en cantidad de seguidores, sus deidades son más misteriosas y maleables, ya que corresponden más a ideas o conceptos que a una entidad personalizada con características mortales, como los es el Panteón tradicional. Se asume que los Dioses Antiguos, vestigio de una edad perdida en las anales de la historia, poco o nada comprenden del mundo actual pues su entendimiento se asocia con la Esencia y ese Kalh antiguo y primigenio del que hablan los bardos. Los Dioses Antiguos varían de una región a otra en nombres, representaciones, ideales o formas de rendirles culto... aunque continúan siendo los mismos y con un concepto a fin. Por ejemplo, la Dama Pálida de los clanes leifisk es también el Jinete Blanco, espectral y sin rostro, para los elfos; y también el Farolero, un fuego fatuo que guía a las almas, para algunas comunidades costeras. Es también el Dios Silente de los manni, el Viajero del éter de los kalsen; e incluso los enanos tienen un concepto para él, y lo llaman el Ayer.
Animismo
El animismo es la cuarta creencia en importancia, aunque muy por detrás de las otras tres que hemos estudiado anteriormente. Su cosmovisión no se preocupa por la existencia de deidades, si no que se se basa en la idea de que cada cosa en el mundo natural tiene un espíritu formado de Esencia. Montañas, arroyos, bosques, una pequeña piedra... y cada cosa viva, tiene Esencia en su interior, digna de ser venerada. Un animista puede ofrecer oraciones y ofrendas todos los días a los espíritus ancestrales y a los espíritus de su casa, peticiones regulares a espíritus importantes como las Siete Fortunas de la Buena Suerte, de vez en cuando sacrificios de inciensos a los espíritus locales, como el espíritu de un bosque, y también una oración de agradecimiento al espíritu de la presa que acaba de abatir.
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