El Ajhen, también llamado El Otro Lado, o Tierras de los Fae, es un lugar de contrastes. Sombras y luces, maravillas y muerte. Y para entenderlo, hay que entender como se formó nuestro mundo. Kalhastor. En un principio, en el tiempo del no tiempo, sólo existía un caos confuso de Esencia, una consciencia que hoy llamamos Yn. Esta Esencia se derramó sobre sí misma, formando un estado físico primigenio de nuestro mundo, un lugar de caos y locura. Luego Yn se separó para formar a sus hijos: Aldunaï e Ilferï, y estos se enfrentaron en una guerra para volver a ser una sola unidad. Pero esa es otra historia. Lo que importa es que una porción de Yn no permaneció con sus creaciones, si no que se derramó libre sobre el recién creado mundo, mezclándose e, incluso, despertando la Esencia presente en la creación física de Yn. Y esa Esencia, incompleta, casi como una consciencia febril, formó el Ajhen, un reflejo del Kalhastor físico que se solapa con nuestro mundo y, en algunas ocasiones, lo traspasa.
El Ajhen
Es un plano de Esencia, un reflejo retorcido de nuestro mundo. Las luces de los Fae brillan allá donde hay remansos de paz, en arboledas y campos, con un sol que nunca termina de ponerse, pero que tampoco brilla como el nuestro. Permanece estacionario, oscuro y bajo en el horizonte. Lejos de estos pocos refugios poblados gobernados por la Corte del Verano de los Valdar, la tierra es una maraña oscura de zarzas de dientes afilados y pantanos engañosos, donde los Ewnkhyer cazan a los incautos y rondan esperando al próximo Duc que los lidere en su cruzada contra el mundo real.
El paisaje del Ajhen refleja nuestro propio mundo, pero retorcido. Donde en el Kalh físico existe un volcán, una montaña coronada con cristales del tamaños colosales puede verse en el Ajhen. Un río ancho y fangoso en el podría resonar como un arroyo claro y sinuoso de gran belleza. Un pantano podría reflejarse como una gran ciénaga negra de carácter siniestro. Y llegar al Ajhen desde viejas ruinas en Kalh podría poner al viajero en la puerta del castillo de un Gran Señor de los Fae. O en las fauces de los Ewnkhyer.
Pasaje de los Fae
Los Pasajes de los Fae son lugares de leyenda, misteriosos y de gran belleza en Kalhastor que tienen un espejo casi perfecto en el Ajhen, creando un portal donde los dos planos se tocan. Un viajero pasa por un Pasaje de los Fae entrando en un claro, vadeando un estanque, entrando en un círculo de hongos o arrastrándose bajo el tronco de un árbol. Para el viajero, pareciese que él simplemente ha entrado en el Ajhen con un paso. Para quien lo observa, el viajero estaba allí en un momento y al siguiente ya se ha ido.
Al igual que otros portales entre planos, la mayoría de los Pasajes Fae se abren con poca frecuencia. Un Pasaje puede abrirse solo durante la luna llena, al amanecer de un día en particular o para alguien que lleve cierto tipo de artículo. Un Pasaje Fae se puede cerrar de forma permanente si la tierra a uno de sus lados se altera drásticamente, por ejemplo, si se construye un castillo sobre el claro en el Plano Material. Estos pasajes son celosamente guardados por la Corte del Verano.
La Niebla de los Valdar
Las viejas canciones hablan de la niebla de los Valdar. Antaño, algunos Pasajes Fae eran conocidos por una minoría de khaleses pero con el paso del tiempo, y a medida que la misma magia va retrocediendo, esos Pasajes (y otros que nunca llegamos a conocer), se han perdido entre las Nieblas y ya no se puede acceder a ellos. Quizá sea que los Valdar van perdiendo terreno ante los Ewnkhyer, o que se están retirando del Kalh físico. Eso sólo entra en el terreno de la especulación, pero lo cierto es que la Corte del Verano es hoy una leyenda de una leyenda.
Fracturas del Ajhen
A diferencia de los Pasajes Fae, las fracturas son rupturas forzadas en el Velo. Lugares donde los Ewnkhyer han empujado lo suficiente para poder dejar el Ajhen y campar sobre Kalhastor, generalmente liderados por un Duc. También nosotros podemos crear esas fracturas, khaleses incautos, curiosos o, por que no, corrompidos por el poder, que trastean más allá de lo que llevan y liberan la ruina sobre nuestra tierra, como sucedió en el reciente Ajhen de Barhyst. Estos eventos son también conocidos como Azotes del Ajhen, o Ruinas.
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