Artículo de información actual (Publicado el 06/09/2022 | ⭐)
Con fuentes y transcripciones exactas
Introducción
La primera (y última hasta casi 26 siglos más tarde) vez que encontramos alguna referencia a Las Islas de Las Nueces es en el Libro de Luciano de Samósata “Relatos Fantásticos” (También llamada Relatos Verídicos o Historia Verdadera) obra de la que más tarde sacaremos toda nuestra información. Desafortunadamente, Luciano tan solo le dedica unas 5 a 10 líneas de su obra a estas islas, y tampoco son mencionadas de nuevo en toda la obra; e incluso en algunas ediciones esa parte de la historia ni siquiera aparece. El autor nos habla sobre las Islas de las Nueces y los Nueznautas para explicar la rivalidad entre estos y los Calabazopiratas, habitantes de las Islas de las Calabazas que son rivales de los nueznautas. Por lo que sabemos hasta ahora no hubo ninguna referencia a Las Islas de Las Nueces hasta que en septiembre de 1994 Alberto Manguel y Gianni Guadalupi publican en Alianza Editorial la Guía de Lugares Imaginarios. Esta obra, aunque muy entretenida y la que inspiró como inspiración para crear el CEIIN no proporciona más información que las Historias Verdaderas lo hace. También se ha mencionado a las Islas de las Nueces en la página web lucianofsamosata.info.
Se proporcionarán a continuación transcripciones de las páginas, físicas y web en las que son mencionadas las islas en el caso de que algún lector nos pueda ayudar a interpretar esa información o quizás incluso proporcionar nueva información que hayamos pasado por alto accidentalmente. Se ha preferido transcribir a poner las imágenes para poder asegurar que la información es legible. Todo ha sido copiado tal y como estaba.
Las Historias Verdaderas
DE SAMÓSATA, Luciano. Relatos Fantásticos. Madrid: Alianza Editorial, 1998. ISBN: 8420636630
37. Luego nos retiramos a nuestra nave allí cerca, en la orilla, dormimos esa noche. Al alba zarpamos; rápidamente nos llevaba el viento. En fin, sufrimos tempestades durante dos días y al tercero fuimos a topar con los calabazopiratas122. Éstos son los individuos salvajes de islas cercanas que asaltan a los que navegan por allá. Sus barcos son enormes calabazas de un ancho de setenta codos. Pues dejan secar la calabaza, la vacían de la pulpa y después de extraer lo de dentro navegan en las cortezas, sirviéndose de cañas como remos y de las hojas de la calabaza como velas.Nos atacaron, pues desde dos barcazas, y entablamos batalla e hirieron a muchos disparando en vez de piedras, pepitas de calabaza.El combate naval de prolongaba indeciso cuando, al mediodía, vimos que por detrás de los calabazopiratas venían navegando los nueznautas. Eran enemigos unos de otros, según demostraron. Pues apenas advirtieron que se les acercaban aquéllos, se desentendieron de nosotros y virando les plantaron batalla.38. Nosotros entre tanto izamos velas y huimos dejándoles combatir, pero era evidente que vencerían los nueznautas porque eran más numerosos —pues tenían cinco embarcaciones— y peleaban desde naves más fuertes. Porque sus barcos son cáscaras de nuez cortadas por la mitad, vacías, y el tamaño de cada media nuez era de unas quince brazas de largo.122. Los Kolokynthopeirataí, como los Karyonautai, son invención de Luciano. La descripción de la batalla recuerda algunas de Tucídides (IV, 134; VII, 71, 4).
DE SAMÓSATA, Luciano. Historias Verdaderas. Barcelona: GREDOS, 2022. ISBN: 9788424939984
A la aurora zarpamos, al aumentar la fuerza del viento. Bajo la tempestad por dos días, al tercero vinimos a dar con los calabazapiratas49. Son, estos, salvajes de las islas vecinas que apresan a cuantos navegan por allí. Tienen grandes naves, hechas de calabazas, de unos sesenta codos de eslora; pues después de secar la calabaza la vacían, eliminando la parte interior, y navegan en ella, utilizando mástiles de caña, y por vela la hoja de calabaza. Nos atacaron dos tripulaciones, lucharon con nosotros y nos hirieron a muchos, disparándonos, en vez de piedras, semillas de calabaza. Luego de luchar mucho tiempo equilibradamente, a mediodía vimos, tras los calabazapiratas, aproximándose a los nueznautas50; eran enemigos entre sí, como lo demostraron, pues, tan pronto aquellos se apercibieron de su proximidad, se desentendieron de nosotros, viraron y se plantaron combate.Nosotros, al tiempo, enarbolamos nuestro velamen y huimos, dejándoles a ellos en plena lucha; y era evidente que iban a vencer los nueznautas, ya que eran más numerosos —tenían cinco tripulaciones— y luchaban desde naves más robustas: seis embarcaciones eran medias cáscaras de nueces vacías, y el tamaño de cada mitad equivalía, en longitud, a quince brazas51. Una vez que les perdimos de vista, curamos a los heridos, y a partir de entonces solíamos permanecer armados, aguardando siempre algún ataque. Y no fue en vano.49. Griego Kolokynthopeirataí.50. Griego Karyonaútai.51. Una orgyiá o «braza» tiene 1,776 m.
REDMOND, Frank. True History Decrypted. En: Lucian of Samosata Project [en línea]; 08/07/2019; https://bit.ly/3E4BUwH; [Consultado el 09/04/2022]
Section 37Leaving her, we went on board, and spent the night at anchor just off shore; in the morning we started with a stiff breeze, which grew to a gale lasting two days; on the third day we fell in with the Pumpkin-pirates [1]. These are savages of the neighboring islands who prey upon passing ships. They use large boats made of pumpkins ninety feet long. The pumpkin is dried and hollowed out by removal of the pulp, and the boat is completed by the addition of cane masts and pumpkin-leaf sails. Two boatfuls of them engaged us, and we had many casualties from their pumpkin-seed missiles. The fight was long and well matched; but about noon we saw a squadron of Nut-tars [2] coming up in rear of the enemy. It turned out that the two parties were at war; for as soon as our assailants observed the others, they left us alone and turned to engage them.[1] Pumpkin-pirates (Gr. Kolokyntho-peiratai.)
[2] Nut-tars Sailors (Gr. Karyonautai.)
Section 38
Meanwhile we hoisted sail and made the best of our way off, leaving them to fight it out. It was clear that the Nut-tars must win, as they had both superior numbers — there were five sail of them — and stronger vessels. These were made of nutshells, halved and emptied, measuring ninety feet from stem to stern. As soon as they were hull down, we attended to our wounded; and from that time we made a practice of keeping on our armor, to be in instant readiness for an attack — no vain precaution either.
CHURCH, Alfred John. The Greek Gulliver: Stories From Lucian. Michigan: 1891, Seeley. ISBN: 978-1518681769
CHAPTER XVI.LUCIAN SEES THE PUMPKIN-PIRATES AND OTHER STRANGE CREATURES AND THINGS.The next morning early we set sail, but the wind beginning shortly to blow with much vehemence, we were driven before the storm for two days. On the third we fell with the Pumpkin-Pirates. These are savages, who are wont to sally forth from the islands that lie in the seas hereabouts, and plunder them that sail by. For ships they have pumpkins, the biggest that I ever saw, being not less than ninety feet in length. These pumpkins they dry, and afterwards dig out all the inner part of them till they are quite hollow, and so sail on them. For masts they have reeds, and for sails, in the place of canvas, pumpkin-leaves. These savages engaged with us two ships, or, I should rather say, two pumpkins’ crews, and wounded many of our company. For stones they used pumpkin-seeds, which were, I should say, of about the bigness of an apple of the larger size. We fought for some space of time without any considerable gain either to us or them; but about noon we saw coming toward us, in the rear of the Pumpkin-Pirates, the Nut-shell-Sailors. These two tribes were at war with each other, as we had soon reason to know. For so soon as the Pumpkin-Pirates had knowledge that the others were approaching, they left off fighting with us, and prepared to give battle to them. Which we perceiving, immediately set our sails and departed with all speed, leaving the other fighting. But looking back we could see that the Nut-shell-Sailors had the best of the battle, being superior in number (as having five crews against two), and also because their ships were stronger. As for their ships, they had shells of nuts, which had been split into two, each half being of the measure of fifteen fathoms or thereabouts.
La guía de lugares imaginarios
MANGUEL, Alberto y GUADALUPI, Gianni. Guía de lugares imaginarios. Madrid: 1980, Alianza Editorial. ISBN: 9788420696393
NUECES, ISLAS DE LAS. Islas del mar océano Atlántico, próximas al MAR BOSCOSO. Se llaman así porque en ellas crecen unos árboles que dan unas nueces enormes, de más de cuatro metros y medio de longitud. Los indígenas del lugar, los “nueznautas, las utilizan como embarcaciones.(Luciano de Samósata, Relatos verídicos, s. II)
MANGUEL, Alberto y GUADALUPI, Gianni. The Dictionary of Imaginary Places: The Newly Updated and Expanded Classic. Boston: 200, Mariner Books. ISBN: 9780156008723
NUT ISLANDS. in the Atlantic Ocean, not far from the VEGETABLE SEA, so called because certain trees that grow here produce enormous nuts over fifteen feet long. The inhabitants, the Nutnauts, use them as ships.(Lucian of Samosata, True History, 2nd cen. AD)
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