Rito de Convergencia
El Rito de Convergencia es una práctica espiritual que realizan los Elfos, basada en la meditación, para poder comunicarse con la diosa Simja. Pese a ser bastante lógicos y pragmáticos, los Elfos siempre han buscado la paz que su carente capacidad de sentir amor les impide obtener.
Si bien los humanos solemos asociar a Simja con el amor, la pasión, la alegría y el optimismo, sentimientos que los elfos ven como contraproducentes a largo plazo, la paz es la única emoción que he visto que ellos envidian de nosotros. La única forma de romper su ciclo de miedo-rabia-disgusto-tristeza-sorpresa, es mediante la paz que Simja les puede otorgar.
Hubo varios intentos de acercamiento por ambas partes durante la Guerra de los Mil Años, comenzando a entendernos poco a poco. Al principio confundíamos su cautela con arrogancia, su excitación con interés, su apatía con aceptación. Pero poco a pocos comenzamos a comprender sus ciclos: miedo, luego rabia y al final sorpresa es su ciclo positivo, mientras que disgusto, luego tristeza y al final miedo son su ciclo negativo. Normal que Simja sea venerada con tanta vehemencia por ellos, ella les otorga la única escapatoria a ciclos eternos que se elongan en una vida prácticamente eterna.
Gran parte del ritual parece ser inalcanzable para un humano, ya que el primer paso consiste en comprender una vida sin amor, algo que los elfos hacen de forma innata. El segundo es aún más complicado, rodearse de seres simbiontes. Estos seres son aquellos con los que a través del Éter uno es capaz de sintonizar con sus distintos Manás, algo que ningún ser humano es capaz de hacer.
Una vez se genera una harmonía entre todos los seres, hay que "abrirse y esperar". Dejar que las emociones continúen sus ciclos mientras los seres simbiontes se aseguran de que la harmonía no se descomponga. "Eventualmente, Simja llegará y te otorgará el milagro de la paz", como suelen decir algunos elfos. Entendemos que esto es lo más parecido a lo que significa la felicidad para algunos humanos.
Si bien los humanos solemos asociar a Simja con el amor, la pasión, la alegría y el optimismo, sentimientos que los elfos ven como contraproducentes a largo plazo, la paz es la única emoción que he visto que ellos envidian de nosotros. La única forma de romper su ciclo de miedo-rabia-disgusto-tristeza-sorpresa, es mediante la paz que Simja les puede otorgar.
Hubo varios intentos de acercamiento por ambas partes durante la Guerra de los Mil Años, comenzando a entendernos poco a poco. Al principio confundíamos su cautela con arrogancia, su excitación con interés, su apatía con aceptación. Pero poco a pocos comenzamos a comprender sus ciclos: miedo, luego rabia y al final sorpresa es su ciclo positivo, mientras que disgusto, luego tristeza y al final miedo son su ciclo negativo. Normal que Simja sea venerada con tanta vehemencia por ellos, ella les otorga la única escapatoria a ciclos eternos que se elongan en una vida prácticamente eterna.
Práctica
Gran parte del ritual parece ser inalcanzable para un humano, ya que el primer paso consiste en comprender una vida sin amor, algo que los elfos hacen de forma innata. El segundo es aún más complicado, rodearse de seres simbiontes. Estos seres son aquellos con los que a través del Éter uno es capaz de sintonizar con sus distintos Manás, algo que ningún ser humano es capaz de hacer.
Una vez se genera una harmonía entre todos los seres, hay que "abrirse y esperar". Dejar que las emociones continúen sus ciclos mientras los seres simbiontes se aseguran de que la harmonía no se descomponga. "Eventualmente, Simja llegará y te otorgará el milagro de la paz", como suelen decir algunos elfos. Entendemos que esto es lo más parecido a lo que significa la felicidad para algunos humanos.
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