Poblado Mino'ke
Nada como un tranquilo día de pesca para subir el ánimo. Bajar la vela, adentrarse al Mar Espejo, lanzar las redes y recoger el alimento que nos brinda la Madre Ikra... esta es vida, si es que puedo decirlo. Los niños corren tranquilos por el pueblo, jugando hasta el cansancio. No hay más preocupaciones que recoger comida, traer leña para pasar el frío y explorar nuestra espiritualidad. Este poblado de minotauros es feliz así; no necesitamos al sur y sus constantes batallas. Y es mejor así... de haber guerra, nadie podría pararnos.
[Jefe Tau'ka Cuernos de Bronce, líder del Poblado Mino'ke]
El Pueblo Oculto entre las Montañas
Escondido en la costa que marca el límite entre la Cordillera del Cielo y el Mar Espejo, el Poblado Mino'ke suele ser uno de los poblados más tranquilos del continente. Alejado de la realidad del resto del continente, el poblado se erige como el hogar y origen de todos los minotauros de Lov. Es en este humilde poblado donde pasan la mayor parte de los reclusivos minotauros sus vidas, alejándose del conflicto y explorando su interior. A través de sus calmadas rutinas de recolección de comida y leña, rituales chamanísticos de comunión con la naturaleza y los dioses y largas sesiones de meditación, los minotauros viven buscando superarse mental, emocional y espiritualmente y ser las mejores versiones de sí mismos. Sin embargo, su naturaleza no siempre ha sido tan serena. En los inicios de la Primera Era, los minotauros eran considerados como la raza mortal más violenta y brutal de Lov. Con más fuerza que los orcos, tan antiguos como los enanos y elfos y un mayor sentido de comunidad que los humanos, pocos eran los que osaban anteponerse ante la furia de un minotauro. Sin embargo, un sabio ancestro de la raza reunió a su gente para llevarlos por otro camino. Los cuentos dicen que, inspirado por Donera, Diosa de la Compasión e Ikra, Diosa de los Elementos, este sabio líder guiaría a los minotauros desde todos los rincones del mundo hacia un pequeño y oculto valle en la Cordillera del Cielo. Lejos de la guerra y el conflicto, les enseñaría no sólo el arte de la navegación y la pesca, sino también los caminos de la espiritualidad y la paz, alejándolos de su camino destructivo. Así, los minotauros harían del Poblado Mino'ke su nuevo hogar. Con madera adquirida a lo largo del nevado valle harían sus cabañas y refugios, simples y humildes construcciones para cobijarse de las bajas temperaturas nocturnas. Una estructura principal, más grande que las cabañas circundantes, serviría de centro del poblado, punto de reunión para ocasiones importantes y para la discusión de asuntos que concernieras a todo el poblado. Hoy, el poblado se mantiene aislado, coexistiendo únicamente con la naturaleza. Con un único líder a cargo de la protección y organización del poblado, los minotauros buscan enfrentar las dificultades de la vida unidos. Un consejo de sabios, aquellos y aquellas que han llegado al último trecho de su vida brindan apoyo espiritual a los más jóvenes. Además, las chamanes del poblado rutinariamente ofrecen rituales hacia los dioses, buscando mantener su conexión espiritual con aquellos que les salvaron de un destino violento. En sus decoradas chozas repletas de recursos obtenidos de la naturaleza, las chamanes entregan consejo y apoyo a todos los miembros que lo requieran, sirviendo de guías espirituales y encargadas de guiar a la raza por el camino que Donera les había encomendado. Con tanto hombres como mujeres preocupándose de labores de recolección y guardia, el Poblado Mino'ke no distingue entre géneros: todos pueden aportar en el progreso y desarrollo de la comunidad.Buscados por el Infierno
Desgraciadamente, los minotauros ya se habían hecho fama en Lov como guerreros inbatibles. Muchos reyes y señores buscaron minotauros para anexarlos a sus filas, ansiosos de aprovechar su potencial para la batalla. Lentamente, los minotauros fueron desapareciendo, utilizados como simples herramientas para la guerra. Con el paso del tiempo, se harían cada vez más raros hasta el punto en que la gran mayoría de los mortales no veía uno durante toda su vida. De esta manera, el Poblado Mino'ke se convirtió en un santuario para la raza, donde aquellos que querían volverse hacia las enseñanzas de los ancestros podían ejercer su nuevo estilo de vida con tranquilidad. Sin embargo, la fortuna no estaría del lado de este pueblo en búsqueda de redención, puesto que habían atraido la atención de seres más allá del plano terrenal. Dicen las leyendas, transmitidas de generación en generación, que hace siglos hubo un poderoso líder que defendió contra todo peligro al Poblado Mino'ke por décadas. Fue este poderío, sumado a la mítica fama de la fuerza de la raza de los minotauros, la que habría llevado a un general de los Nueve Infiernos a atacar el poblado, en búsqueda de anexarlos a su ejército. Tras una batalla que duraría tres días y tres noches, el poderoso jefe del poblado caería ante este archidiablo, dando inicio a la Era de Guerra para los minotauros. Cada cierto tiempo, incursiones de diablos vendrían al Poblado Mino'ke, dispuestos a llevarse a la fuerza a aquellos minotauros que pudieran resultar útiles para su señor. Esta situación daría formación eventualmente a la Guardia de la Paz, un conjunto de aquellos miembros del poblado cuya fuerza y voluntad sobresaliera entre sus pares. Sacrificando su propia paz espiritual y retomando la furia que tanto les caracterizaba épocas atrás, la Guardia de la Paz se convertiría en la principal fuerza protectora del poblado. Defendiendo a todos los minotauros de las fuerzas infernales, darían su vida y su libertad (en caso de ser capturados) para asegurar que el resto de la raza pudiera seguir disfrutando la paz y serenidad que el profeta había hace tantos años profesado, y por la cual el antiguo líder había luchado hasta la derrota. En los siglos que siguieron y hasta la actualidad, una parte importante de la tribu decidió retomar sus viejas costumbres para defender al poblado. Tras constantes batallas contra escuadras infernales enviadas para capturar más minotauros y unirlos a su ejercito, la Guardia de la Paz ha aumentado su tamaño en la búsqueda de eventualmente acabar con esta violencia. Con más miembros llegando a diario desde todos los rincones del mundo y encabezados hoy por el actual líder del Poblado Mino'ke, Bak'hu el Indomable, un sereno minotauro de férrea voluntad para proteger a su gente, los minotauros buscan conservar la tranquilidad del único santuario para su raza en Lov, esforzándose para que el miedo de los Nueve Infiernos no afecte la tranquila vida de su gente.
Tipo
Village
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