Desierto de Sham

El Desierto de Sham debe su nombre a Sham, el dios de la luz, el sol y el fuego.

En el vasto y desafiante Desierto de Sham, donde el sol abrasador y las dunas interminables dominan el horizonte, se encuentra un paisaje árido y hostil que desafía toda forma de vida. Sin embargo, en este entorno implacable, un río serpenteante emerge como un oasis líquido que divide la región desértica en dos, formando una pequeña isla entre sus caudalosas corrientes. Posteriormente, estos ríos convergen, trazando una ruta crucial que une los dos océanos distantes. También una estructura escondida asombra a todo aquel capaz de encontrarse con ella, el templo de Sham y sus hijas, llena de tesoros y estatuas de oro, que se hacen muy tentador de saquear.

En este paisaje de aridez y extremos climáticos, el Reino de Welbech ha logrado establecerse estratégicamente en el centro de este río vital. La presencia de este cuerpo de agua no solo desafía las probabilidades impuestas por el ardiente dominio del dios del sol, Sham, sino que también ha proporcionado una base crucial para la subsistencia en esta región inhóspita.

La ubicación estratégica en este río ha permitido al Reino de Welbech aprovechar su flujo para el comercio, la seguridad y la expansión de su poder. Esta presencia en un entorno desértico desafiante refleja la resiliencia y la audacia del reino, así como su capacidad para adaptarse a los límites impuestos por la naturaleza del desierto de Sham.

Geografía

Extensión sin Fin de Arena y Dunas: El desierto se extiende hasta donde alcanza la vista, con vastas extensiones de arena dorada y dunas ondulantes bajo un sol abrasador.

Temperaturas Extremas: Durante el día, el calor es abrasador, alcanzando temperaturas extremadamente altas, mientras que por la noche, el frío puede ser igualmente intenso.