Sesión 03: Little Gigio VI

Si bien los eventos del último día parecieron tomar una eternidad, aún es de noche cuando el grupo decide conmemorar el sacrificio de Abazhador con un funeral en alta mar, depositando su cuerpo en un pequeño bote hecho a la usanza enana por los gemelos y dejándolo a la merced de la corriente, envuelto en llamas.

No mucho después, una fuerte corriente obliga a la party a encallar en una isla deshabitada. Mientras descansan, Yardis descubre que la isla tiene un encantamiento que mantiene una corriente constante que les hace imposible salir de allí, por lo que el grupo se adentra junto a Barti y Shotto al bosque que rodea la playa. Tras un par de kilómetros de una travesía poblada de trampas, que fuerzan a los enanos a  volver al campamento, escuchan a dos osos intentando alcanzar a una criatura, que grita despavorida sobre un árbol. Con unos cuantos ataques certeros, y para el lamento de Harisa, los animales se ven abatidos y los aventureros se acercan al pie del árbol, para ayudar a bajar a un pequeño conjurador que parece ser una mezcla entre un gnomo y un goblin que asegura llamarse Little Gigio VI. Como muestra de agradecimiento, el ser ofrece llevarlos al lugar donde se dirige, poniendo especial énfasis en que viaja solo a un lugar donde no vive con su ama.

Con Gigio como guía para evadir las trampas, llegan a la orilla de un río, ante el cual el pequeño deja al grupo por su cuenta, asegurando que no recuerda cómo cruzarlo. El primer instinto de Harisa es saltar  de un lado al otro, pero a medio camino un elemental de agua la envía de vuelta. Yardis demuestra sus habilidades para evadir peligros, coordinando la construcción improvisada de una represa con la magia de hielo de Esaltazión. Como resultado, los seis consiguen cruzar el río sin heridas mayores. Luego de un descanso rápido y con la guía de Little Gigio VI, la party llega a un pantano plagado de ranas gigantes y un cocodrilo que parece observarlos desde lejos. Una de las ranas estira su lengua y se traga al pequeño Gigio, que sin perder tiempo empieza a gritar. Ya tomando la costumbre de trabajar en equipo, los viajeros consiguen acabar con los enemigos, un tanto sorprendidos por el frenesí en el que Wrenn entró durante el encuentro, pero que les permite salvar tanto a Gigio como a Harisa, quien también terminó dentro de uno de los  anfibios.

Tras la victoria, el cocodrilo que hasta entonces parecía esperar algo, toma la forma de una mujer a quien el gnomogoblin se refiere como su ama.