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Sesión 07: Maldita Daga

Cindy se quita la capucha y se presenta. Se ve pálida y cansada, pero responde las preguntas del grupo respecto a los asesinatos en Callidyrr. Les dice que comenzaron hace dos años, precisamente el día en que le declaró su amor a un joven tiefling, el mejor de los hombres de su padre, Rinan.
  Esa noche el tiefling desapareció de su casa. El lugar mostraba las consecuencias de un ataque violento. Rinan fue la primera víctima. Cindy les asegura que su padre era el único que conocía la situación además del soldado. Buscando un patrón, el grupo inquiere sobre el resto de las víctimas: todos son hombres excepto por la panadera del pueblo. Cansada del rumbo de la conversación, Cindy les aconseja hablar con la Sacerdotisa una vez más para que les de más detalles.
  A pesar de que la noche había caído varias horas atrás, Wrenn no pierde tiempo en dirigirse al templo, sin respuesta. Sin embargo, el ruido logra despertar al cuidador del lugar, Odgar el enano. Con la teoría de que la maldición ataca a todo aquel que se relacione con Cindy, Wrenn le dice al enano que está interesado en ella y planean casarse. Odgar abre inmediatamente el templo para compartir las noticias con Irna, pero no encuentra a nadie en el interior. Yardis percibe los últimos trazos de las oraciones de la mujer y nota que los ecos divinos están dirigidos a algunas de las personas de la ciudad, pero excluyen a otras.
Antes de irse a dormir, Odgar invita al grupo a visitar la gruta del templo, una de las atracciones turísticas de Callidyrr.
  Una vez en el interior, se retira para que recen y dejen una ofrenda a sus dioses, mencionando que Irna insiste que el templo es un lugar abierto a cualquier fe. Los cinco aprovechan el momento de soledad para investigar la cascada de la gruta. Una corriente de agua que parece no tener un desemboque visible. Las sospechas de Esaltazión no disminuyen cuando percibe un olor inquietante que se extiende por uno de los muros.
  Odgar regresa cansado para anunciarles el fin de la visita. Es tarde y quiere regresar a su casa a descansar. Oz y Harisa lo siguen sin que se percate, mientras que Yardis, Esaltazión y Wrenn terminan de examinar la pequeña cascada. El Dragonborn escucha gritos que parecen venir del fondo y sin miramientos, salta a investigar.
  Mientras tanto en la casa de Odgar, Oz y Harisa se infiltran en el interior una vez que el cuidador se duerme y encuentran lo que parece ser la puerta de un calabozo. Un paso en falso al intentar abrirla, causa un alboroto que deja al enano despierto y accidentalmente cubierto de salsa de tomate. Oz reacciona y utiliza *charm* para convencerlo de que les abra la puerta y vuelva a dormir. Ambos se encuentran con una puerta más que los separa de Wrenn. El Dragonborn menciona que ambos casters se quedaron en la gruta, por lo que el bardo corre a buscarlos.
  Los cinco se sumergen en el agua y reaparecen en lo que parece ser un sistema de acueductos recientemente ocupados por alguien que ha estado documentando sus preocupaciones:  
Por más que ella me ha ayudado, no he logrado encontrar ningún otro maldito caso similar al mío, donde la víctima no pueda volver a su forma, ni siquiera durante el día.
  El resto de las páginas del libro que contiene el escrito, están plagadas de imágenes y dibujos de hombres y criaturas que sufren de transformaciones. La party se mantiene junta para investigar el resto del túnel. Su siguiente descubrimiento es una habitación bloqueada, el piso cubierto de papeles que consiguen poner en orden:
   
Noto que la hija del jefe me mira todos los días, pero no me interesa.   Si mi padre viera que me tuve que quitar los cuernos y hacerme pasar por elfo, estaría avergonzado.   Cindy me pidió matrimonio. Me rompió el corazón decirle que no, pero no me siento atraído por las humanas. Su padre vio lo sucedido, pero no me dijo nada.   maldita daga MaldItA DAgA MALDITA DAGA M̶A̴L̷D̸I̷T̴A̴ ̴D̴A̵G̷A̴ M̵͙͂͑A̷̙͘L̸͍͇̂D̵͈̂ͅI̵̠̯͂T̷̨̥͝Ạ̸̲͛̑ ̴̝͚͝D̷̝̂ͅÃ̴̲͎̽G̶͓̿Å̴͖̰̅
      Tras presenciar la transcripción en papel del deterioro del hombre, se dan cuenta que una enorme criatura los está observando a la distancia. Corren detrás de él, pero desaparece rápidamente en uno de sus escondrijos dentro de otra habitación. El piso de este lugar está cubierto de huesos, pero no hay ninguna calavera. Faltan las cabezas. En una de las murallas, cuelga una lista de nombres. Son todas las víctimas de los asesinatos en Callidyrr. Todas, incluyendo al herrero muerto hace tres días. Todas excepto por Rinan.
  La estancia se abre hacia un nuevo pasillo ventilado por una sutil corriente de aire. La banda sigue su origen hacia el norte, donde encuentran los últimos escritos, hablando de la panadera:
   
Me costó mucho tiempo tratar de ver la lógica detrás de su pensamiento.   Quiero agradecer a Irna que me dio un propósito. Aunque lo hago solo para no enloquecer.   ¿Qué clase de padre o madre golpea así a sus hijos? Solo ha pasado una vez, podría ser un accidente, pero si se repite tendré que actuar.    No es normal que una madre le queme las manos a su hijo de 5 años. No es normal que al otro lo patee y le bote la comida.
    El último tramo de túneles los lleva a una alcoba con el piso cubierto de agua. Dentro pueden distinguir a un enorme licántropo. Oz, Wrenn y Harisa se acercan. La criatura se resiste, pero luego de unos momentos de insistencia, accede a hablar. Confirma que se trata del que alguna vez fue llamado Rinan, y les dice que solo busca un propósito que alguien más le despojó. Irna está de su lado, le está ayudando a descubrir quién fue capaz de convertirlo en lo que es ahora, lo que ocurrió cuando le enterraron una extraña daga negra. La conversación se ve interrumpida por una lluvia de flechas. Rubbenz della Forte y un puñado de soldados bloquean la salida, haciendo que Rinan huya.
  El Senescal se acerca con aires de salvador, pero el grupo tiene poca paciencia y lo encaran para que diga la verdad. Rubbenz confiesa: él fue quien apuñaló a Rinan con la daga negra después de ver a su hija con el corazón roto. Pero, les asegura que la consiguió de un elfo que le dijo que solo iba a lograr que Rinan se fuera de Callidyrr. Jamás se imaginó que lo estaba condenando a una vida como licántopo.
  La party no está convencida y Della Forte puede escuchar a la bestia escapando por los túneles, así que encarga la batalla a sus soldados y sale en persecución, seguido de cerca por Yardis. El resto reduce rápidamente a los hombres y se unen a la caza. Salen a la superficie en lo alto de una pequeña isla separada de la ciudad. Rubbenz y Rinan se encuentran en pleno enfrentamiento frente a ellos. Los cinco suben para intervenir, pero el senescal se da a la fuga nuevamente. Yardis una vez más va tras sus pasos, decidido a averiguar el paradero de la daga negra.
  Mientras tanto, el resto intenta dialogar con un furioso licántropo. Cuando las palabras parecen inútiles y Oz se ve obligado a salvar a Harisa, a quien Rinan suelta por el borde de un barranco, Wrenn logra asestar un golpe, pero ve frustrado como la herida desaparece. Esaltazión desesperada por su falta de sentido común, le insiste en que no se deje manipular y finalmente logra que la bestia se calme.
  Por su parte, Yardis logra capturar a Della Forte y sacarle el lugar en donde esconde la daga.

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