Edunedain Settlement in Rel | World Anvil
BUILD YOUR OWN WORLD Like what you see? Become the Master of your own Universe!

Remove these ads. Join the Worldbuilders Guild

Edunedain

La Ciudad de las Nueve Torres

La gran ciudad de las Nueve Torres, como siempre le llamaron, es el único asentamiento en todo el Shadoowfell. Esta ciudad milenaria se irgue por encima de todas las demás, pues es sin duda la más vieja. A aguantado por más de setenta mil años bajo crueles y metódicas reinas, buscando preservar sus valores y siempre proteger lo que la Dama de la Muerte les encomendó.   La tradición Faldar, claro, implica que la hija debe matar a la madre, preferiblemente cuando esta es de edad (a los 100 años) y tome su lugar. Si es incapaz, pues será una reina incapaz. La sociedad matriarcal por la que ser rigieron desde siempre los elfos grises viene de su diosa, única en su grandeza: la Reina de los Cuervos, pues es quien los creó.   Se cuentan leyendas de la gran raza de los Faldar, pero ninguna es más famosa y repetida que los Reflejos en el Vidrio. Este mito cuenta de como un grupo de Faldar cayó frente a la guarida de Ungoliant, la terrible araña, nacida de la mismísima Lolth, luego de una expedición. Perdidos, caminaron sin rumbo dentro de la cueva oscura, donde la gran criatura los esperaba.   Se dice que la Voraz, como le decían a Ungoliant, era la más grande, la más terrible. También poseía el apetito más grande. Sin embargo, poseía peculiarmente un agudo intelecto, que le permitió comprender que quizá era mejor, en vez de devorar a aquellos visitantes, de convertirlos, de mostrarles la verdadera luz de Lolth.   Así fue como esa expedición de elfos grises se convirtió en los primeros elfos oscuros, o Drow. Mucho tiempo después, emergieron de la caverna de Ungoliant, y se dirigieron nuevamente a Edunedain, donde, con la ayuda de la Gran Araña, intentaron terminar con la gran dinastía Cú Cuthain. Fallaron, por supuesto, gracias a la fuerza de los grandes Solares, pero los Reflejos en el Vidrio es como se llamó desde entonces aquella sangrienta guerra civil.   Los Drow escaparon por la Puerta Dimensional a Rel, donde se refugiaron en las profundidades de la tierra, cerca de su diosa, temiendo la terrible venganza de la Reina Vizima Cú Cuthain. Esta gran mujer, mayor que todas las demás matriarcas de los Faldar, reinó por casi cinco mil años, pues se negaba a tener hijos, hasta que, por los giros que da la vida, se encontró embarazada.   Esto no fue más que una farsa, sin embargo, pues Vizima fue reemplazada, al fin y al cabo, por un Homúnculo. Un hombre, lo cual era nunca antes visto en la estructura concreta y tradicional de los elfos grises, pero, además, un poderoso Rey, que cambió la ciudad para siempre.   Pero de eso nos estamos adelantando, pues hay una persona que todavía no fue nombrada, y que siempre fue querida en la Ciudad de las Nueve Torres. Scathach, la Sentinela, nacida de Paelor y de Asmodeus, fue enviada al Shadowfell para guardar la Lanza Maldita, Gae Bolg. Además de ello, sin embargo, por su odio al caos, tomó la tarea de proteger el portal de las influencias demoníacas, por lo que los Faldar la apreciaron mucho.   No tardó la bella Scathach en atraer la atención de la Reina de los Cuervos, tanto como de las matriarcas de Edunedain, que, por más que cada miles de años iban cambiando, no hubo nunca ni una sola que no le prestara tributo tanto como respeto a la musa pelirroja, siempre vigilando. A esto le llega la inevitable visita de Xoth, el Arcano, quien pasó setecientos años en el Shadowfell, aprendiendo de la Gran Scathach, y haciéndose muy amigo de los Faldar, tanto como de su reina, Vizima.   Partió a la Guardia de Scathach a conocer a la portadora de la Lanza, y con ella moró más de seiscientos años. Cuando volvió, sin embargo, volvió afligido. En sus manos, cargaba con Gae Bolg: había matado a la Dama de la Noche. Esta revelación enfureció a los Faldar, que, por más que él pidiese perdón, y no les toque un pelo, le atacaron con todas sus fuerzas. Los Solar se estrellaron contra él, sin efecto. Las armadas de los Elfos Grises no pudieron con él.   Luego de eso partió, pero dejando, en secreto, al homúnculo creado de él y de Scathach, para que aquellos años perdidos en el tiempo se mantengan para siempre protegiendo la Tierra de los Muertos. Vesper, le llamaron. El pueblo Faldar nunca comprendió que quien tomó el lugar de Vizima no era su hijo, pero no importó, pues Vesper se volvió indudablemente el mejor de todos los monarcas. Cruel, sí, pero sabio, y confidente. Determinado, a decir verdad. Determinado por su madre a defender de todo riesgo su hogar.   Scathach, pues, luego de miles y miles de años de ser la Sentinela del Portal; de ser la Dama de la Noche para el dios que la desee, de ser el objeto de fascinación de tantos… Quizá habrá sido las incontables vidas de demonios que ella, por su mano, terminó. Quizá habrá sido el hecho de ser ella misma una creación, completamente artificial, de la sangre de Paelor y Asmodeus… Quizá habrá sido la parte de Bane que le susurró, desde el arma, durante miles y miles de años. Algo la rompió. Algo la hizo temblar, caer de rodillas, y llorar.   La verdadera historia es aún más complicada. Pues fue Xoth, buscando aprender en su camino para convertirse en el profetizado Rey de Reyes quien la hizo cambiar de parecer. Fue él, fue su honesto amor y respeto lo que por primera vez hicieron que la Centinela, la Guardiana Eterna, se rinda en su misión. ¿Por qué no lo haría, al fin y al cabo? ¿Quiénes eran los dioses para decidir lo que ella debía ser?   Luego de cientos de años de práctica, finalmente, Xoth la venció en un duelo. Eso le permitió dejar su Lanza, y juntos, con la ayuda de la mismísima Reina de los Cuervos, crearon al homúnculo. El Rey. Su hijo, pues la Lancera de Rojo era infértil. No tenían otra opción, Luego de eso, Scathach tomó su propia vida, rompiendo para siempre el círculo vicioso de la venganza, aquella maldición de Gae Bolg. Con tal de que nadie, nunca jamás vuelva a tocarla…   Pero Xoth no pudo contenerse. Tomó el artefacto, y dejó a Vesper con los Elfos Grises, para que le críen. Se volvería entonces el monarca más capaz jamás concebido, rigiendo sobre Edunedain hasta su terrible destrucción. Pues sí, hace poco pasó. Slaanesh mismo se presentó en el Shadowfell, luchando con la Reina, mientras sus armadas se estrellaban contra Edunedain hasta hacer caer las torres blancas. Nadie sabe el verdadero destino de la Tierra de las Sombras desde que los Pibes destruyeron el la Puerta Dimensional.   Más específicamente hablando de la ciudad en sí, siempre estuvo dividida en nueve niveles, grandes plataformas voladoras, una debajo de la otra, en espiral, hasta el Palacio de Mitril. Las primeras tres son dedicadas al titánico ejército de los Faldar, ya que son una cultura guerrera, en constante conflicto con los demonios desde la muerte de Scathach.   Los siguientes, desde el cuarto hasta el sexto, están repletos de todo lo que uno puede imaginarse en una ciudad normal. Excepto que cada platillo es una entera. Son tres enormes asentamientos, en donde uno puede encontrar desde encantamientos, hasta artífices, pasando por magos y bibliotecas, sin olvidar escuelas y universidades.   Es apenas en el séptimo que comienza la verdadera nobleza, pues allí, solo la aristocracia y las matriarcas tienen permitido vivir. El platillo es una representación de ello, con sus opulentas y atenciosas plazas, enormes edificios y carísimas tabernas. El octavo nivel, en cambio, es el hogar de la mayor biblioteca del multiverso (sin contar la Biblioteca de Babel): el Archivo de Edunedain.   Por último, como una corona sobre el asentamiento, se rige el Palacio de Mitril. Desde allí se genera el escudo que permite descansar dentro del Shadowfell para quienes están vivos, además de proteger de los demonios de Slaanesh, otra genialidad que los Faldar le deben a Vesper.   Más importante que cualquier arquitectura o propiedad dentro de Edunedain, es su ejército. Específicamente, los cinco líderes de este. Los Solar, una hermandad de poderosos guerreros con códigos estrictos de honor, balance y honestidad, son la verdadera gema de la Ciudad de las Nueve Torres. No se encontrará mayor hueste que estos soldados, incluso más poderosos que los mismísimos Einherjer de Kord.   De cada uno se cuentan leyendas. Hefestus, el herrero, es quien creó las armaduras que cada cual lleva. Se dice que no hay mejor herrero en todo el Uroboros, con la excepción quizá de Kord y de Vulcan, su Maestro de Forjas. Luego, Venus, la asesina, vuela a la velocidad misma del relámpago, y corta más profundo que cualquier espada. Imperius, el dorado, es el mejor soldado de entre ellos, y es el líder de los anteriores. Su lanza siempre encuentra al objetivo.   Luego, tenemos a Kalista, una mortal, recogida y protegida por quienes se volvieron sus hermanos, entrenada para ser una solar tan capaz como cualquiera de ellos. Es finalmente al hablar del quinto que uno debe realmente preguntarse: ¿qué haría alguien como él defendiendo Edunedain, cuando podría estar desafiando dioses?   De Nero, el Solar Blanco, se habla poco, pues su grandeza es incomparable. Tan solo unos pocos individuos podrían soñar ser una pizca de lo que él es. Como padre de los Solar, algunos dicen que es incluso más poderoso que el Rey mismo. Es un sirviente leal, sin duda, pero podría… quizá podría ser aún mayor. No debería impresionar a nadie. Es tan fuerte como su hermano, que alguna vez fue Thanatos, el campeón de la Reina de los Cuervos, antes de perecer frente a Xoth.   La Gran Edunedain, sin embargo, se apaga. La última invasión demoníaca quizá fue la última, pues los escudos que siempre la protegieron fueron destruidos por los Pibes y sus acompañantes previo al ataque. Quizá, ya no existe la ciudad de las Nueve Torres.

Demographics

Los Faldar no son un pueblo muy numeroso, cada vez menos por las confrontaciones entre demonios, pero sí son eternos. Todos se conocen, mismo si son tantos, y muchos saben el destino de cada quién. La concepción de un elfo gris es ardua, y no suele ocurrir seguido. Quizá habrán pautas de 1 nacimiento cada cien años (por cada mil habitantes). No hay muchas otras razas, pero sí se encuentran viajeros allí, varados para siempre, ya que el portal estaba controlado por los demonios, y, ahora, está destruido.

Government

El Rey de Edunedain, Vesper Cú Cuthain, es el único hombre que se sentó en el trono de mitril. Una larga linea de Reinas, cada cual más imponente que la anterior, controló el gobierno desde la concepción de la ciudad. La regla de mostrar su valía como reina matando a la anterior se desarrolló en aquella sociedad elitista e indiferente para no solo renovar la sangre, sino también siempre tener un mejor gobernante que el anterior. Todo ello culminó en el Rey.
Cuenta la historia que el Rey una vez lanzó con la punta de su pie una espada de mitril, atravesando a quince demonios en el corazón. Se le llama el Tiro del Monarca, y se volvió un muy prominente deporte, parecido al tiro al blanco, dentro de los rangos de la gran armada. Para cualquier otra raza, quizá, sea una estupidez, pero para los Faldar es una forma de mostrar tu valía frente al mismo Rey de Edunedain.
El Rey Único.jpg
Alternative Name(s)
Tyr Singus; Quër Veredita; La Ciudad de Mitril; La Morada del Rey
Type
Capital
Population
> 50 000
Inhabitant Demonym
Faldar
"Imperius, Líder de los Solar, hijo primero de Nero, a ti se te otorga, además de la Lanza, las alas de oro, para surcar los cielos con Justicia en mano. Harás que tus enemigos tiemblen y tus aliados regocijen. Carga con tu deber al honor y al servicio. Edunedain misma confía en ti."
Imperius.jpg
"Nero, Solar Blanco, hermano de Thanatos. Tu valía y la de tus soldados nos a demostrado nuevamente como, con coraje y disciplina, ningún demonio caótico puede romper nuestras filas. Gracias por tu servicio, que sea recordado para toda la eternidad. Con suerte, podrás gozar de la gloria hasta el fin de los tiempos. Sino, nos veremos de vuelta en el Ragnarok"
Nero, el Padre de los Solar.jpg
"Nunca olviden contra quién luchamos. Nacido del Uroboros, busca sin embargo su destrucción. Sus armas son letales, tanto como sutiles. No confíen en nadie; sus espías y asesinos serán los más efectivos de todo el universo, pero nuestros guerreros son fuertes de mente y bravos de cuerpo. Es contra el mismísimo Slaanesh, Príncipe del Exceso, que nos enfrentamos. Nunca romperá nuestras filas. Nunca comerá nuestras almas. Protegeremos el Shadowfell. Protegeremos Edunedain. Será un Príncipe, pero no es un Rey."
Slaanesh, forma de pesadilla.jpg

Remove these ads. Join the Worldbuilders Guild

Comments

Please Login in order to comment!