Skogenheim

El mundo surgió de la voluntad del padre tiempo, el vacio del universo era oscuro, así fue que le encomendó llenar esos vacíos a su primogenito, el Gigante: Groven el Aesir (Ættir), quién con ayuda de los Monumentales Vetustos, hijos menores del padre Tiempo, impregnaron el mundo. Groven, el gigante trazó los mares y la tierra con su andar y de su cuerpo se despendre "El Gran Bosque", ocupando el continente más extenso de la tierra al que los primeros hijos llamaron "Skogenheim".   Era en verdad la voluntad del padre tiempo que los Monumentales Vetustos y el Gigante crearan un mundo en el cuál los hijos del Ættir pudieran percibir su mágnanimo paso por la eternidad. Pero el padre tiempo había decidido que sólo Groven tendría hijos, esta era realmente su voluntad. Pero un Vetusto, celoso de la belleza que era capaz de crear el Gigante, ambicionó tener hijos también, Cur-Cäntir, el creador del fuego, desobedeció la decisión del padre Tiempo y trajo al mundo a las Brujas, seres mágicos, el Gigante no pasó por alto esta traición y desmembró a Cur-Cäntir en 3 cuerpos incapaces de volver a unirse. La Manticora y la Harpía continuaron con el trabajo del creador del fuego, insultando las creaciones del gigante y despreciando a sus primeros hijos: Los Gigantes. Crearon a las Hadas, seres de mágia y gran codicia, frutos del odio, la furia y la venganza. El Ættir perdonaría a las Brujas y les regalaría un lugar en el mundo.   El primer conflicto se libró antes de que a los más amados hijos del gigante se les regalara la tierra para habitarla y percibir y participar en la historia que el padre Tiempo quería para sí. Dicha guerra causó el desmembramiento de Cur-Cäntir, la creación de las Catacumbas y el encierro de los Vetustos que apoyaron al creador del fuego, pero la más grande ofensa la causaron la Harpía y la Manticora al dividir la sustancia de sus hijas y fusionandolas con la sustancia de las creaciones del Ættir, haciendolas invulnerables a la muerte. Muy pocos hombres saben como matar hadas.   El reino del Bosque una vez fue el hogar del Hombre: los hijos más amados del Gigante, pero no se sabe porque se fueron al norte y abandonaron la arboleda que quedó en las manos de las Hadas, quienes expulsaron a las Brujas del Santuario.