Relatos de Arvid Stig. 01
El inicio de los Héroes de Kislev
Esta noche os voy a hablar del misterioso grupo del que todo el mundo habla.
He recorrido todo el imperio recabando información sobre este peculiar grupo que tanto ha desestabilizado a las fuerzas del caos.
Parece que el grupo se formó por pura casualidad, o tal vez fueran por voluntad de los dioses… Pero la primera constancia que se tiene de este grupo, y lo se de muy buena tinta porque quien me ha dado esta información es el hijo del hermano mayor de mi madre y os daré nombres para que los comprobéis si no me creéis, fue justo antes de la lluvia de meteoritos.
Recordaréis que Kislev contrataba a todas las espadas mercenarias que podían encontrar.
Pues ahí empezó esta escabrosa aventura…
En ese batallón dirigido por el mismísimo Makarov en persona estaba mi primo. Aparte de un nutrido grupo de valientes guerreros kislevitas había varios mercenarios pintorescos… sacerdotes, cazadores de brujas, enanos, hasta un bretoniano con su lustrosa armadura.
Pues cuando preparaban el campamento en los bosques cercanos al río… La locura se desató de repente. A demás fue a mi primo al que le pasó, el pobre lo cuenta horrorizado… Cuando talaba un árbol le salió de dentro de este nada menos que un ELFO SILVANO, sí, esos de los que hablan los bretonianos, se que no me creéis, pero mi primo no ha vuelto a talar uno por si acaso.
Tampoco tiene claro si salió para castigarle o ayudarle, porque justo en ese momento una jauría de mastines del caos les emboscó. Mastines por todas partes, era una auténtica locura. Los enanos juntaron sus escudos y protegieron al grupo. Una ardiente maga de fuego hizo explotar a unos cuantos en llamas que derritieron la nieve en decenas de metros a su alrededor, el bretoniano no dudó en manchar su brillante armadura de la sangre de esas bestias, el cazador de brujas inspiraba a las tropas que luchaban con fervor contra la herejía.
Entonces el cielo brilló de color verde y todos sabemos que pasó a continuación…
La devastadora lluvia de meteoritos.
El grupo se movilizó pues uno de ellos había caído cerca de su posición. El bretoniano haciendo gala de la generosidad de su casta le cedió un equipo a un mendigo de Morr que los acompañaba. Aparentemente se fue a las nieves de Kislev con nada más que una túnica roñosa y un cuchillo… y fue capaz de matar a un mastín él sólo. De este Morrita os hablaré más adelante, pues su historia es digna de contar…
Pues Makarov dirigió al escuadrón al cráter en mitad de la nada para proteger el meteorito de los enemigos del bien. No tardaron mucho en ser rodeados por el ejército bárbaro. Cuando la tensión estaba al máximo y empezaron todos a sudar pese al frío estival…
El caballero bretoniano se adelantó frente al ejército enemigo y desafió a un duelo al jefe bárbaro.
Y es verdad lo que os cuento, o mal rayo me parta aquí mismo, que el jefe aceptó el duelo.
El bretoniano se bajó de su caballo para luchar en las mismas condiciones que el enemigo. Tal cual os lo estoy contando.
Empezó el duelo mientras todo el mundo lo miraba desde la distancia, el bretoniano fue capaz de desarmar al jefe bárbaro y en vez de rematarle en ese momento esperó a que el desdichado recuperara su hacha. En serio, yo tampoco podía creérmelo, pregunté a otros de los presentes y todos cuentan la misma historia, es increíble.
El duelo continuó y el bretoniano, como debía pasar, venció en duelo singular al jefe.
Esto provocó que esos bárbaros atacaran sin ningún tipo de orden ni control, y facilitó el combate. También ayudaron los magos pues invocaron sus conjuros masacrando las líneas enemigas y salvaron a muchos de los nuestros. Pero nada es gratis ni oro todo lo que reluce, y como pasa con los magos cuando están cerca de la piedrabruja… la maga ardiente perdió el control de sus vientos y provocó una explosión a su alrededor, saliendo gravemente herida del encuentro.
Al final consiguieron asegurar la piedra hasta que llegaron refuerzos para poder trasladarla, a un coste muy alto, aunque no tanto como si se hubieran llevado la piedra. Mi primo perdió el ojo izquierdo y fue de los que mejor terminaron.
Escoltaron la piedra hasta Kislev no sin faltos de peligros por el camino.
Y al poco tiempo de eso ya sabéis la historia de la maldición del distrito noble de la capital…
Pues también fueron ellos mismos los que entraron a ayudar, el primer grupo que consiguió salir, aunque tristemente no lo hicieron todos…
La vida no es un cuento y a veces se cobra la vida de los héroes.
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