Relatos de Arvid Stig. 04
Traición en Petragrad
Bien, Bien, parece que la voz está empezando a correrse…
La historia que os voy a contar hoy es una que muchos ya habréis oído, la caída de Petragrad, aunque lo más probable que sin tanto detalle… A no ser que me hayáis oído en otra taberna, jajaja.
Pues la historia de hoy es más bien breve…
Aunque es de mucha importancia. Pues es la primera aparición como héroes, en este momento la gente empezó a ponerles nombre, pero ninguno cuajaba del todo…
Eran como una leyenda. Pues, ¿Quién se creía las historias que contaban? Se miraba a estos refugiados como si fueran locos o la guerra les hubiera trastornado. Seguramente a alguno lo hizo, pues las cosas que se ven cuando ataca el caos desde luego son para perder la cabeza. Pero cuando son muchos los que cuentan la misma historia…
Todo empieza a cuadrar.
Algo encontraron tras interrogar a los cultistas y revisar la casa de la traidora de Ursa… Pues al poco tiempo fue cuando atacaron la ciudad amurallada.
Solamente hay una razón creíble para que una ciudad de ese estilo caiga en un solo día, y ya la sabéis.
Traidores.
Y no cualquier tipo de traidores…
Alguien congeló el río y ya sabéis que solamente las hechiceras más poderosas de la Zharina podrían llevar a cabo una gesta de ese calibre.
Por esta traición no tuvieron tiempo de preparar las defensas, las puertas no tardaron en caer y la ciudad en ser inundada por las fuerzas del caos.
Y aquí es donde aparecen nuestros héroes.
La gente dice que con un estruendo se abrieron las puertas del templo de Morr y apareció un gran caballero ataviado con su lustrosa armadura negra. Le seguían un grupo con guerreros enanos, magos y elfos.
Lucharon contra el caos como solo se ve en las leyendas, se introdujeron en las casas, levantaron escombros y dirigieron a los supervivientes a los carros, los agruparon por decenas.
Donde la guardia de la ciudad no pudo hacer nada ellos fueron el foco de esperanza.
Cuando se dirigían a una de las salidas el muro entero estalló en mil pedazos. Dicen que el elfo creó una cúpula protectora que evitó que ningún cascote dañara ninguno de los carros ni a aquellos que iban dentro.
De la nube de polvo apareció un terrorífico y elegido del dios de la sangre, pero el recién ungido caballero negro se lanzó contra él sin dudar. El combate fue cruento y las armas del caballero reventaron con las embestidas del elegido, pero henchido de valor y la protección de su dios se abalanzó contra el elegido ganándole en un combate de fuerza pura y levantándole del suelo.
Tal fue la proeza del caballero negro que la maga roja pudo invocar un rayo de fuego de tal intensidad y precisión que pudo destruir en su totalidad la armadura, dejándole indefenso a los ataques de los enanos y los disparos de la fusilera.
Salieron de la ciudad llevando consigo a un grupo enorme de supervivientes que se fue dispersando en los pueblos cercanos, para avisar del avance de las fuerzas del caos y de las proezas de nuestros héroes.
¿Qué hicieron después?
Después partieron de Kislev hacia el norte.
¿A dónde? Si queréis saberlo…
Volved mañana.
Un placer, caballeros.
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