Sesión: El pueblo perturbado
General Summary
La tarde anterior . . .
Esa misma tarde, al salir de charlar con Dasyra Luncan, Velaq Lorenz esperaba que su amigo consiguiera una tina para bañarse y le llamó la atención. Con ladrillos dorados y dos grandes ventanales a los costados, el Magic Peregrimm se alza despampanante casi eclipsando a la gala que se llevaba a cabo agasajando a la reina. Tímido, ingresa a la tienda y es algo nuevo para el. Habiendo recorrido solo pueblos chicos, nunca había visto un local de la reconocida cadena. La disposición curiosa de los items y la majestuosidad de los mismos. Temiendo no poder adquirir tales reliquias, habiendo oído de algunas de ellas de boca de su amigo Mironwe, el elfo bibliotecario se dirige hacia el escritorio del fondo donde un gnomo se para a recibirlo... Sin mediar mucha negociación el bibliotecario se hace con el Distintivo de Abjurador que fue un prototipo propuesto en una escuela de mágia en Windcliff Landing pero nunca llegó a implementarse debido al Sonar de TrompetasUn escape heróico
Los pasos apresurados retumban en el pequeño valle costero de Sokeby . Algunos alaridos monstruosos y la tierra que tiembla sigue entre la neblina nocturna a los perseguidos. Al tomar el muelle donde se amarraba al barco aéreo el fortachón Blanco despliega de una patada la plancha de ascenso. Las nubes se cierran como si toda la naturaleza formara parte de la persecución. De golpe, un rayo ilumina una criatura enorme y gris que se alza cerca de los últimos árboles, casi de su tamaño, al comenzar la línea de la playa. Los fugitivos suben al barco a tiempo y la ágil ingeniera acelera al motor híbrido del barco. La capitana del Condado de Tsedoria se dirige visiblemente enfadada hacia el timonel.Sirio, sin descuidar el timón, tratando de sobrellevar los vientos costeros que se estaban incrementando e intentando elevar el barco, responde:Así que ahora liberas prisioneros de buena fé?
Sirio: - Mi señora, estaba preocupado por vosotros, y hubiese sido peor si dejara en descuido al barco que ahora los está salvando. Tiao: - Espero ser informada de cada una de estas decisiones, de antemano si es posible! Sirio: - Y así será, mi señora, de aquí en adelante. Si Ud. lo desea ahora mismo hago apresar a la criatura! Tiao: - No será necesario, ha demostrado querer ayudarnos, o algo por el estilo. Podría haberse ido a cualquier lado. Sugiero a todos igual que no se descuiden. Sirio: - No os lo haremos. Sujétese!Algo frena al Cithara, los globos del zeppelin se agitan violentamente, Blanco salta con pesadez a las cuerdas que los conectan al barco. Los refucilos permiten ver poco por la borda. Algo los atascó.... El barco se inclina sensiblemente hacia la proa hundiendo su punta casi en el agua. La lluvia, refucilos y vientos agitan y estallan en el barco aéreo convirtiendo la situación en algo abrumador. Todos atinan a afirmarse pero Velaq y Larissa caen al suelo por la sacudida. La reina elegida, Eyalín Themoria, se incorpora con ayuda de Varis. La tiefling acude a asistir a la reina de Sokeby mientras la lluvia se vuelve muy pesada y el viento la hace entrar de costado. La paladín ordena a su nueva servidora, Larissa a que la lleve al camarote de la proa, mientras que su tripulación desliza cuerdas por la borda de popa para ver lo que está trabando el barco. Con mucho pavor, Blanco sube avisando lo peor, una criatura enorme y gris está sujetando el barco y no lo deja huir. La comandante toma una de las ballestas para tratar de asestar a la monstruosidad que frena el vuelo del vehículo. Inspirada por la Tiefling, Tiao Kain efectua su disparo y suelta, aunque no del todo, el barco que se abalanza hacia babor. La tormenta no cede y entre viento, relámpagos y una lluvia que no distingue si viene de abajo o de arriba, y en los flashes de luz los tripulantes ven que una criatura tapada completamente con unas telas, sale corriendo desde la puerta de acceso a las cubiertas interiores, con grandes zancadas la criatura emite un rugido bestial y salta por la borda. La encorvada criatura salta desde la borda y provoca un ruido estremecedor en la costa de Sokeby y con ese alarido el barco se suelta y toma altitud.
Una última voluntad
Varis y Calum bajan a la cubierta galería e investigan la escena. La criatura que haya estado allí tenía garras en los pies y salió corriendo tan rápido que dejó marcas en la madera del suelo. Temiendo lo peor el semielfo corrió al camarote principal, aquellas barracas que habían servido de descanso y carcajadas por el último mes, ahora era escena de una imagen desoladora. El simpático, pegajoso e irreverente bardo que había pasado las últimas 24hs durmiendo la resaca de su juerga la noche anterior, había desaparecido, dejando tras de sí el único objeto del que no se desprendía jamás, su gaita. Varis y Calum se acercan despacio hasta su cama, y abren el papel mojado de una nota que solo reza:Entreguen esto a mi padre...
El joven pícaro aprieta los ojos y la mano con la que sostiene el papel, para luego tirarla por la ventana y que tenga el mismo destino que su autor. Luego, se quita su propia espada e improvisa un altar, en honor a Thomson Irik quién sacrificó su vida por liberar el barco y proteger a todos, proteger a Altalas...
Un descanso merecido
Al subir, Varis habla con Tiao y sospecha que el dracónido ha sido infectado y que la enfermedad puede estar esparciéndose por el Cithara. Ella le pide que no difunda la noticia para no generar pánico entre los tripulantes. Al reunirse la humana le pide a Larissa que lleve a la reina y al invitado, Velaq al camarote de proa. Altalas Birdiir que recién se levantaba, agradece a Tiao haber cedido su habitación para que descanse la beata. Al ingresar a la improvisada habitación en la cubierta de proa, la tiefling nota que Velaq está herido, y se acerca para ofrecer su ayuda. Mientras el elfo cierra los ojos, la lira suena una suave canción de cuna y de el instrumento una energía vital emerge de las notas producidas y cura las heridas del insano bibliotecario, que comienza a meditar. Un sollozo se siente a sus espaldas y la preocupación se nota en la cara rojiza de Larissa, quien abraza y escucha su suplicar por su familia y su padre enfermo.- Bella niña, tus padres están llenos de amor, criaron a alguien tan sensible como tu. No te preocupes por las decisiones que ellos toman, aquí estás protegida gracias a ellos también.La elfa se queda dormida con esas palabras y la tiefling hace lo mismo al encontrarse a sí misma en la fragilidad de la pequeña reina. Reunidos los demás en la cocina de la nave, deciden mantener vigilado al pueblo y volar en círculos a una distancia prudente.
Una tradición difícil de romper
La mañana siguiente sorprende al Cithara y su tripulación con los primeros copos de una suave nevada. El frío se siente menos en la cubierta por el calor que genera el motor híbrido andando. Varis pide un catalejo y alcanza a ver cómo la gente se agolpa discutiendo en la plaza del pueblo. La mañana parece agitada en la tierra y se nota claramente desde el móvil volador. Conforme a los aventureros se van despertando y la mañana va transcurriendo muchos de los habitantes que estaban en la plaza principal, se movilizan y llegan a la casa/castillo de la alcaldesa quien los recibe desde su balcón y les habla con ademanes de apaciguarlos. De pronto señala al barco que aún circula rodeando la aldea. Para el mediodía ya habían varios jóvenes y adultos persiguiendo a pie o a caballo al Cithara esperando por la oportunidad de que este se acercara a tiro de flecha. Mientras tanto se agolpa el resto de la plebe en las puertas de la granja de Kesiir Themoria y Sanam Yelric. Al pasar de nuevo por el castillo se ve a Dasyra entregando papeles a 4 jinetes quienes distribuyen esos papeles en diferentes dependencias del pueblo y uno de ellos sale cabalgando hacia el Oeste. Larissa curiosamente enojada, trata de cargar una ballesta para disparar a los perseguidores, fallando su tiro pero estableciendo las intenciones del grupo. Velaq por su parte conjura un Búho fantasmal y hace llegar un mensaje a la casa de los Themoria, preguntando la situación desde la casa. La respuesta es escueta." Todos buscan a la reina. Hay precio por sus cabezas "
Después de elaborar una especie de bomba incendiaria y de prender fuego a uno de los perseguidores. Los aventureros deciden entablar comunicaciones mediante el búho mensajero con la alcaldesa. En principio la mandataria quiere que le devuelvan a la reina.
Entrada la tarde el Cithara queda estacionario cerca del castillo, mientras los aventureros ven que se cubre el agua de la costa de una blanca bruma pesada y densa que convierte el agua en una especie de espuma blanca, visto desde lejos.
El último mensaje de la alcaldesa invita a negociar si el barco aéreo se acercara al castillo. Hay un debate a bordo porque podría ser una trampa para lograr abordarlos.
Mientras tanto Larissa se concentra y su visión se presenta en la casa de los Themoria, la tía de Varis asistiendo a su esposo y la turba en las afueras clamando por la reina y por la cercanía de la hora para efectuar el ritual de sacrificio.
Tiao y Sirio piensan que es una trampa y los ahogados amenazan con destruir todo el pueblo si no obtienen su ofrendan. Podría ser todo una trampa, o podría querer negociar legítimamente, la alcaldesa. En respuesta de eso, Varis se ofrece de mediador:
Varis: - Entonces iré solo yo!