Ulder Ravengard es la encarnación de la vida militar. Es un hombre directo, meticuloso, que nunca olvida nada y perdona menos todavía. Todo en él está dirigido hacia ser práctico. Sus propios soldados no le aprecian como persona, pero sí lo respetan, son leales y obedecen sus órdenes, y esta es la forma en la que Ravengard prefiere que se hagan las cosas.
 
Algunas personas lo consideran atractivo, si no fuera por su constante ceño fruncido y sus cicatrices. Es el cuarto hijo de un herrero de clase baja de la Baja Ciudad, y dado que no tenía esperanzas de heredar el negocio, decidió unirse al Puño Ardiente. Su disciplina le ayudó a escalar rangos hasta ser la mano derecha del Comandante. Sin embargo, es lento en el habla y en la toma de decisiones, excepto en el campo de batalla, y una vez se decide por un curso de acción, Ravengard es implacable.
 
Incluso pese a su autocontrol, este soldado se llena de ira cuando ve las ansias de los malhechores de controlar a otros, de robar los frutos del trabajo de la gente honesta y de, en general, maltratar a la gente trabajadora.