Falantia 07: El verdadero reflejo detrás del espejo
General Summary
El despejado cielo nocturno del Sur, lleno de estrellas ahora está coronado por una nueva luz celeste. Las fogatas arden ropas y pelos mientras se reparan las ruedas de la diligencia que fue atropellada por la milicia de darss'okarthel en conjunto con los aventureros. Korinn forma a sus subordinados y no repara en reprimir e impartir sus órdenes, principalmente a los lagartijos por sus excesos.
La vuelta es atestiguada por la mañana que ilumina el cielo y provoca el despertar de los pájaros. El retorno de las carretas se realiza por el camino principal pero luego de un desvío ingresan por donde el arroyo atraviesa el campo de refugiados, llegando a una abertura trasera del cuartel de la milicia de ocupación. La niebla aún no deja el paso del sol amaneciente cuando los aventureros son llamados a la carpa del triunvirato.
Naesha los espera, conforme con la tarea cumplida y les ofrece comenzar a planificar el asedio de Zátiva pero nota en los aventureros desinterés por la tarea que solicitaron cumplir. Naesha al ver la indecisión de sus invitados llama a su tercer miembro del triunvirato, que no había sido presentado hasta ese momento.
Al escuchar las voz gruesa y rasposa de Thrag, mientras el enano salia detrás de su silla en el centro de la carpa principal, los ojos de Augusto se llenan de lágrimas y sale corriendo (por momentos en 4 patas) a darle un abrazo fraterno. Los demás aventureros no se toman el encuentro tan alegremente. Al ver que el tabernero de Zátiva no los reconoce, le preguntan desde hace cuanto está en el campamento y se horrorizan con su respuesta.
El Thrag que conocen no fue él sino un impostor, al que engañados completamente, ayudaron a escapar al malhechor llevando consigo a los refugiados que quedaban en la ciudad. Al sentirse cómplices de una posible matanza, Dendri y Leban salen de la carpa agitados visiblemente. Gastón se alegra de la reunión de Augusto con su amigo, pero pide hablar con él, apartados de la reunión llevada a cabo en la alfombra principal de la carpa. El grandulón se preocupa por lo que pueda pasar en Falantia y pide a Augusto quedarse en el campo de refugiados, a lo cual este responde que su destino es estar al lado y que ahora es su turno protegerlo, seguido de un beso apasionado.
Muth, Devlin y Jurian continúan charlando ahora con el triunvirato completo y le comentan las intenciones de en su lugar ir a Falantia y poder resolver el problema de Gastón, que está en la necesidad de un cuerpo que ocupar. Naesha, después de asentir en silencio con sus co-mandatarios, accede a este pedido alegando que las tropas estarán entrenando para la invasión a Zátiva y que en 48 días se encontrarán de nuevo en el campo de refugiados. Además el triunvirato ofrece la ayuda de alguien más:
En la carpa la lona se agita con vientos y hojas de otoño,
Un ser de gracia etérea, hace su entrada.
Su andar sereno flota como hojas en el aire,
Su cuerpo delgado y armonioso, cual poema encantado.
Extremidades esbeltas, como ramas esculpidas,
Una danza en cada paso, encanto en sus movimientos.
Viste colores cálidos, ocre, amarillo y rojo,
Su cabello ámbar, cascada de hojas doradas al viento.
En sus ojos, reflejo de un lago sereno,
Secretos del tiempo y la naturaleza en su mirada.
Las hojas crujen a su paso, suaves melodías,
El viento juega con su vestido, un ballet de encanto y alegría.
Naylin con una reverencia ofrece sus servicios y al salir anuncia que hará sus preparativos para el viaje y se reunirá con el grupo antes de salir.
La mente de Leban se nubla, viaja y revisa todo lo que pasó para llegar a donde está ahora. Lo que sufrió al ingresar como refugiado, el estado de su gente que llegando de Tursh recibe violencia y engaño. Engaño del que él mismo fue parte, permitiendo que el mal triunfe en sus propias narices. El continente que muchos admiran en prosperidad está corrompido y no merece ser visitado por un explorador, merece ser limpiado por la fuerza. Con estos pensamientos la armadura de Leban cae de su cuerpo y comienza a trabajar en ella.
Dendri no puede creer lo que escuchó. Su maestro estuvo en frente en todo momento. Las almas de las que habla en su carta, el Cithara volando con los refugiados y el mal mismo en el timón. Las frases cínicas de agradecimiento de nocrux resuenan en la cabeza del tiefling. Tal vez si vuelve a la ciudad y habla con él podría lograr que deje en paz a sus amigos, aun si esto implica sacrificarse. Comienza a caminar hacia la entrada del pueblo, allí se encuentra con Lawless a quien dice que les envíe un mensaje a los demás. Continuar sin el tiefling a costa de sus vidas, esa era la única salida.
El grupo se reúne en la puerta de la carpa. Jurian y Devlin se sorprenden al ver a Leban completamente transformado. Tu torso está desprotegido pero mostrando sus cicatrices. Su casco transformado para aparentar la forma de un perro y el resto de su armadura fue usada para construir un acompañante canino que se sienta a su lado mientras él anuncia que ha cambiado su denominación a Nafiri.
Muth pide hablar con Naesha con el objetivo de pedir de nuevo el acceso al libro de crónicas de su madre. Al no haberlo leído por completo y no pasar mucho tiempo con él, desea llevárselo. Naesha le reitera que no puede llevárselo del campamento pero que podría encontrar una copia en la biblioteca de Falantia. La sacerdotisa pregunta sobre los guerreros Geth'Dartak y a Muth le suena una canción de cuna que hablaba su madre:
Duerme, mi pequeño, bajo el cielo estrellado, mientras los guerreros sin rostro te han custodiado. Atravesaron un portal hacia un fuego despiadado, y vencieron al terror, con valor desbordado. Duerme, mi pequeño, en sueños de paz y encanto, los guerreros velarán tu descanso en cada canto. Que la leyenda de valientes te acompañe por siempre, mientras el terror caen en el olvido y la simiente. Dulces sueños, mi pequeño, en la noche estrellada, los guerreros sin rostro protegen tu morada. Que el canto de cuna te guíe hacia un sueño profundo, mientras el legado de héroes te envuelve en su mundo.De paso le encarga que sí sabe algo de los guerreros, que se lo haga saber cuando se reúnan en poco más de un mes. No encuentran a Dendri en el pueblo. Devlin lanza la flecha y con su vista de águila divisa un individuo corriendo hacia el noreste casi llegando al camino de grava. El perro de Nafiri activa sus mecanismos y sale en aquella dirección seguido por su amo. Gastón mira a su pulsera y con una mirada de susto hacia Augusto comienza a correr hasta el bosque más allá de la puerta de darss'okarthel. Muth al ver a todos correr, saliendo de la carpa acelera su paso para alcanzar a todos los que participan de la corrida. Dendri observa un destello brillante en el cielo y distingue a Jurien en persecución. Corre hacia unos árboles que están lejos en el costado del camino, con la esperanza de poder ocultarse allí. Gastón comienza a dar brincos cada vez más altos hasta que deja a todos atrás menos al dispositivo mecánico de cuatro patas. El tiefling pensando rápido crea un campo de oscuridad para poder ocultarse y que no lo encuentren entre los pastos altos. Pero una mano gruesa y forzuda sale del otro lado de la oscuridad tomando por la muñeca a Dendri y donde sus pulseras se encuentran señalándose a si mismas. El abrazo es firme y cálido. A medida que los demás van llegando observan en los ojos vidriosos de Dendri el amor que les tiene y la sonrisa tranquila de Gastón al saber que está ahí para su amigo. El les cuenta sus intenciones de separarse del grupo para no agravar las atrocidades de su maestro. El grupo insiste que lo primero es mantenerse juntos. Todos expresan que Dendri es un valor fundamental y un miembro irremplazable de la compañía de aventureros. El llanto es un recurso para sobrellevar la situación tan grave que en la mente de Dendri hacía volver a vivir esa catástrofe que lo dejó sin sus primeros amigos. La vuelta al refugio está llena de emoción y en la puerta del mismo está lista para salir la elfa eladrin que de alguna manera convirtió a su tienda en una especie de mochila que como si fuera una casa de hornero, se nota como protuberancia en su espalda. El camino a Falantia es tranquilo entre praderas y pequeñas arboledas. La tarde se deja caer cuando el viento comienza a silbar una melodía como de una flauta.
Lehodimong le leholo, kganya ka kganya; "Lejoe la Linaleli", la khanya ea boholo-holo. Re u bitsa Silme, le motjekong oa hau oa leholimo, lemo tse sekete tsa diphiri tse iponahatsang pelong ya hao. Lefifing la bosiu, kganya ya hao e a kganya; Silme e emisitsoe ka nako, e fetoleloa tšōmong. Polelo e hlolohetswe, ha o wela fatshe; E tla senola liphiri, bohlale boo e bo fupereng.El artífice repara en la melodía que Naylin está cantando a la estrella que cae y no se mueve. Esa lengua no fue usada en muchos miles de años y solo la usaban unas pocas razas, que si su información es correcta, recita:
En el vasto firmamento, brilla con esplendor, "Piedra de Estrellas", de antiguo resplandor. Te llamamos Silme, y en su danza celeste, mil años de secretos que en tu núcleo se manifiesten. En la oscuridad de la noche, tu brillo reluce, Silme suspendida en el tiempo, en leyenda se traduce. Un oráculo se anhela, cuando caigas a la tierra, Revelará misterios, sabiduría que encierra.Nafiri pregunta a la cantante sobre el origen de esas estrofas. Esta le contesta que es una vieja leyenda que fue pasada por miles de años en las generaciones imperecederas, y que ella aprendió en cantos, que es como su pueblo transmite el conocimiento. Luego de que el camino rodee una arboleda, la muralla enorme de la ciudad de Falantia, capital del reino, aparece majestuosa. Muth y Nafiri deciden separarse del grupo, ya que no serán bien vistos en la ciudad que promulga la Orden de Protección, ellos acamparán en las afueras. El artífice antes de que se separen, entrega a cada uno de los aventureros una piedra que tiene una boca, unos labios tallados, alegando que podrán utilizar esas piedras para hablar entre sí. La tarde está terminando y el sol se oculta mientras el grupo se acerca a la puerta de la ciudad. La fila de unas 10 carretas hace entender que un control estricto espera en la entrada. Con unos entusiastas saltitos, Augusto se adelanta al grupo no sin antes agarrar la mano de Gastón y besarla, pero al darse vuelta su cara cambia por completo, altivo y soberbio, comienza a caminar adelantándose a la fila y colocándose firme ante los guardias como si estos ya debieran conocerlo. Al ver que los guardias no entendieron la indirecta, un anillo refleja la luz de las antorchas cuando el noble extiende la mano. Las puertas se abren y con una reverencia de la guardia, el grupo entra en la ciudad de Falantia. Al llegar al palacio de la tumultuosa ciudad, llena de mercaderes y donde las luminarias estan siendo encendidas conforme la tarde da paso a la noche. Augusto aun con su pompa y su gracia es rechazado en las puertas del palacio, por la hora y por lo ocupado de la agenda del monarca. El grupo termina reunido en una taberna al frente de la plaza que encara la puerta del palacio. Haciendo preguntas sobre las bibliotecas que tiene la ciudad. En la posada La espina ensangrentada, pasarían la noche...que aún no ha terminado.
Fecha del informe
11 Jan 2024
Localización secundaria
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