Reino: Falantia
Descendiendo por el ancho y bien cuidado camino de grava blanca desde Zátiva, una ciudad menor, se despliega ante ti el imponente reino de Falantia. Las murallas de piedra de canteros, de un color arena grisáceo, rodean el reino con una perfección casi inmaculada. Su textura lisa y pulida refleja la luz del sol, otorgándole un aire majestuoso.
Al acercarte a las puertas de acceso, te encuentras con dos estatuas de piedra que infunden respeto y admiración. Representan a dos imponentes hombres felinos vestidos con armaduras de soldados de Falantia, portando escudos y lanzas. Sus rostros tallados exhiben una expresión de enérgica determinación mientras protegen las puertas del reino.
Una vez dentro, te encuentras con el pintoresco pueblo de Falantia. Sus casas bajas, de no más de dos pisos, tienen techos de tejas de arcilla naranjas, creando una armoniosa combinación de colores con el entorno. Las calles se entrelazan de manera ordenada, guiándote hacia una encantadora plaza adornada con una fuente. En el centro de la plaza, un viejo portal en ruinas ha sido transformado en un arco decorativo, añadiendo un toque de historia y encanto al lugar.
Más allá de la plaza, las imponentes puertas de la muralla del castillo se alzan majestuosas. El castillo en sí, montado sobre altas columnas de 20 metros de altura, se eleva más de 100 metros sobre el resto de las estructuras. Da la impresión de estar suspendido en el aire, como si flotara sobre el reino. Sus ventanas, en forma de arcos abiertos, no están cubiertas por vidrios, permitiendo que la brisa fresca y los sonidos de la ciudad entren libremente.
En lo alto de los altos pasillos que recorren el castillo, grandes cortinas de tela roja y plateada cuelgan como lienzos revoloteando al viento. Los vivos colores de las cortinas contrastan con la piedra gris del castillo, agregando una nota de elegancia y esplendor.
La muralla que rodea la ciudad y el castillo, aunque simple en su diseño, es difícil de pasar por alto. Sin torres de vigilancia ni almenas, su imponente presencia enmarca el reino de Falantia y sirve como una barrera protectora que simboliza la fortaleza y el poderío de este lugar épico y medieval.
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