En las fauces del León
Juntos agazapados en el resplandor de las antorchas de la húmeda mazmorra, los aventureros se juntan alrededor de la joven halfling
Merla Brownback que despliega un mapa de las alcantarillas de la ciudad. En él se muestra lo que los espías recolectaron en sus intentos de mapear el laberinto de túneles que se encuentra debajo de
Windcliff Landing
Al describir lo que conoce de
La Furia , habla de una banda de criaturas que han logrado una estructura de escalafones a raíz de matarse unos a otros y que está gobernada por un goblin que se hace llamar el
Rey Fisgón. Su supervivencia se basa en capturar esclavos y producir gladiadores para El Coliseo de la ciudad, ubicado en Punta Estrella.
Entre el grupo de aventureros, el draconiano
Thomson Irik al sentir el nombre La Furia, ingratos recuerdos de su vida anterior, apelando a sus instintos más básicos y deshaciendo todo lo que quiso construir desde que se alejó de su pueblo, La tribu Yarjerit, comienzan a habitar en su mente, y preocupado por su misión, solicita a la resistencia un cambio de vestuario para lo que está por venir.
Preparados (o no), para enfrentar a La Furia deciden cruzar el canal Neutral para acercarse a uno de los guardias
Hobgoblin que custodian el territorio en ese mugroso alcantarillado. Después de parlamentar el capitán de La Furia los lleva a las entrañas de sus dominios mostrándoles las brutalidades que han ocurrido entre esas húmedas paredes. Al final del pasillo una gran recamara circular sugiere un pozo de desagüe que es utilizado como arena de pelea, los ruidos que provienen de él son desgarradores y el olor a muerte, sangre y sudor pestilente salen de esa boca infernal. Al acercarse una voz estridente y burlona grita "Matalo! jijiji"
Después de un abrumador sonido de espada y hueso, los hacen pasar a un sillón que ven al costado del pozo. Abajo del abismo, un
Gnoll extrae su cimitarra del cráneo partido del último de 6 contrincantes que apilan sus cadáveres en el centro del domo invertido. En el trono, una silla ornamental humana, se encuentra un goblin de piel verde pálida, que entre bebida y ademanes, grita obscenidades hacia sus sirvientes mientras comienzan a evacuar a los restos sin vida que ya no más que comida para las bestias que pelearán luego.
"Es mi momento de brillar" piensa el arlequín de crianza
Calum Faedan qiuén se presenta con mucha pompa y le promete a el gobernante diminuto, la "oportunidad" de ayudar en una batalla gloriosa, recobrando las superficie de las manos de la tiranía. Una inquietante carcajada sale del monarca de las alcantarillas. "¿Qué uso tengo yo para la gloria? El gobierno este me paga muy bien al mantener los juegos del Coliseo abiertos y llevarles sangre a la plebe".
Calum les ofrece ser dueños absolutos y exclusivos del Coliseo al terminar el gobierno del actual
Ifekund y restaurar el orden en la antiguamente próspera ciudad. El goblin, no entendiendo de política, habla en su único idioma y fuerza a los aventureros arrojandolos al pozo mortal, a la voz de "Vamos a ver si pueden defender esas palabras en la Arena!!!" todos menos Merla son arrojados, y la mediana es tomada presa y atada en una columna.
La ferocidad se adueña del bueno y el malo
Luces, fuegos y gritos de guerra pasan por la mente del ahora bardo, príncipe Thomson. Sus compañeros lo ven más convertido en un lagarto que en un ser consciente.
Varis Themoria pierde la paciencia también, sacando su daga y gritando improperios como pocos escucharon salir palabra de su boca. El arlequín toca el hombro de dos de sus compañeros quienes comienzan a moverse como si no pesaran, al unísono 4 criaturas invaden el gran pozo y comenzan a rodearlos. El enano
Frugg Hengeborn se envuelve de la llama de
Fafnir y ayudado por el hechizo de su compañero, sale corriendo hacia una de las criaturas a quien destruye con dos golpes de su martillo
No pasó mucho tiempo para encontrar a Thomson bañado en la sangre de las hienas, con su rapier en mano, estaba poseído. El Rey FIsgón les lanzó dos guerreros bugbears que sólo alimentaron la furia desenfrenada de dragonborn y el enano, Varis había recibido algunas heridas y se ocultaba en una columna mientras disparaba ayudando a sus compañeros.
Calum Faedan entonces grita: "Hemos derrotado a tus campeones, ahora debes escucharnos!" a lo que el goblin le respondió con una carcajada. "Aún no han visto a mi mejor guerrero!" y esto enfureció a Thomson. El dracónido lleno de ciega rabia desafió al monarca de ese pútrido lugar a lo que respondió arrojándose a la fosa.
¿Cómo un goblin gobierna a otras razas?
La pequeña criatura salta de su silla sobredimensionada y lo que cae al pozo es algo totalmente diferente. Elevándose a 3 metros de altura una piel azulada y con garras de uñas largas y negras, unos ojos encendidos con luz blanca y unas encías negras mostraban dientes afilados. Las zarpas empiezan a desgarrar las chapas y la piel de los aventureros, quienes responden con sus golpes y misma rabia de destrucción.
Calum decide tratar de convencer al jefe en vez de atacarlo, pero sus compañeros no entienden de razones. Es entonces que con un chasquido de sus dedos, el hechizo desaparece aletargando a los enrojecidos luchadores quienes caen de rodillas por el peso de sus cuerpos. El Oni, atraído por las palabras del arlequín regresa a su trono mientras su cuerpo se reestructura y se reensambla en el pequeÑo monarca del desagüe.
"Tus palabras han salvado a tus compañeros" anuncia el
Rey Fisgón , mientras Merla interrumpe diciendo que tiene algo en su bolsillo. Calum se apresura y se teletransporta al lado de la halfling, sacando el el anillo que fue entregado por
Phantom Rene. El goblin se lo arrebató sorprendido por lo que estaba viendo. "Dile a tu jefe que estamos a mano, ahora váyanse de mi pozo". El arlequín les dice que tienen que subir por el gran declive al día siguiente. El plan es ayudar por el flanco Este al ataque contra el canciller
Belor que estaría investigando algo bajo la trompeta en la superficie.
Un retorno esclarecedor
AL ser acompañados por los secuaces de La Furia, pasan dificultosamente el canal neutral y se desploman en el suelo protegidos por los guardias del
Gremio de Ladinos. Merla agradece a los aventureros, Calum expresa sus sentimientos hacia ella. Aún enfurecido Thomson, su naturaleza tribal no puede dar lugar a la cordura, contestando mala sus compañeros también, esto enfurece al arlequín quién lo busca para conversar cara a cara.
Al encontrarse solos Calum sujeta contra la pared al reptil. Lentamente su respiración vuelve a la normalidad y el arlequín pregunta cómo se siente. "Para la Mierda" responde el trovador dracónico, y hace referencia a su pasado en la tribu. "Escúchame bien, yo también estoy muy enojado por lo que le hicieron a Merla, pero no puedo contar contigo si te descontrolas así" dice mientras se saca la máscara revelando a su cara escamosa con 4 heridas que atraviesan su cara y le blanquearon un ojo.
Calum comienza a hablar de sus sentimientos para con Merla, lo que enternece el corazón del trovador, el mismo le confieza que siente la misma devoción por
Altalas y que nunca se sintió tan avocado a una causa como en ese momento. La beata aparece casualmente por la puerta opuesta y pregunta cómo están. Thomson nervioso desvía el tema y la lleva a ver a los demás.
Al llegar a la entrada del territorio del gremio de ladinos, encuentran a
Frugg sanando en nombre de su dios y a Varis haciendo lo posible con unas vendas y agua del desagüe de la alcantarilla. Altalas corre hacia el semielfo y lo cura con una oración a
Boheia los recibe con una merecida cena, su perro Fang corre a jugar con el dracónido quien se termina de tranquilizar después de un día desenfrenado.
Doblando la esquina del refugio una sombra alta oculta a un dormido
Thorn quién se había perdido toda la acción. "Me perdí de algo?"....
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