Maldición de la Petrificación del Alma

El hechizo más poderoso de Luna Nargael, la reina de Rhaedestus. Luna era una hechicera elementalista de Tierra extremadamente poderosa y creó una gran cantidad de sortilegios.
Su arma final era esta maldición. Su efecto era interactuar directamente el alma del adversario, como si de una absolución se tratara, y alimentarla con poder elemental bruto de Tierra Verdadera. Ésto hacía que el hechizo fuera mucho más difícil de resistir y que las medidas de defensa habituales como armaduras o barreras no sirvieran para detenerlo.
Cuando un alma se llena al 100% de poder elemental de Tierra se puede decir que se convierte en piedra. Una persona con el alma petrificada tiene el cuerpo en perfecto estado, es más, no envejece, no sangra si se le hace una herida y técnicamente puede seguir vivo aunque se le arranque la cabeza o se extraiga el corazón, pero permanecerá completamente inmóvil por toda la eternidad.
Ante el ataque final Trela, Luna lanzó este hechizo sobre todos los ciudadanos de la ciudad, ampliándolo rompiendo un núcleo puro de Rhaedon. Sin embargo, al contrario de lo que haría de forma ofensiva contra un enemigo, donó poder elemental de Tierra a las almas en porcentajes entre el 10 y el 50%.
Los cuerpos, infundidos con almas corrompidas con el elemento Tierra, mutaron para convertirse en criaturas híbridas elementales. El tipo de monstruo en el que se transformó cada uno depende de las características intrínsecas de cada persona y del porcentaje de Tierra elemental.
De este modo un hombre de barro normal corresponde con un ciudadanos estándar con una concentración elemental del 10% en su alma, mientras que el Erradicador de Arena se creó con el cuerpo del Príncipe Icelias y un 45% de corrupción elemental.