Ardurser
Una peculiar gnoma que avanza al ritmo de un tintineo propio de una danza, pero mientras la ejecuta a lomos de su caballo, ayudada por cascabeles y sus dotes de juglar.
Historia
Ardurser nació en el 2157 CH de la época octava, en Irdeluc, una pueblo en el pais de Mercari, hija de una prostituta y vete Lerman a saber quién más. Desde que era una pequeña Gnoma que apenas podía caminar, se le veía inseparable a su madre quien trabajaba en una taberna en el centro de la ciudad, para desdicha o fortuna, encontrar hijos de Feberraltir que prestarán estos servicios en una ciudad como Irdeluc no era tan común, lo que le permitía gozar de una economía medianamente cómoda a cambio de largas jornadas de trabajo en las que Ardurser se entretenía escuchando a los bardos y aprendiendo sus canciones mientras las acompañaba al compás de unos pequeños cascabeles regalo de nacimiento del regente de “la serendipia”, lugar de trabajo de su progenitora.
Los luxantes le sentaron bien a la pequeña gnoma, que desde muy joven comenzó a ayudar a su madre económicamente declamando poesía y entonando hermosas cantilenas decoradas por los sonidos de múltiples cascabeles amarrados por su cuerpo que hacía sonar a medida que bailaba libremente por medio de todo el público, un novedoso espectáculo que se salía de la típica lira y laúd ya bastante frecuentada por los juglares que encontraban ya oídos agotados en una audiencia que conocía de memoria todo su repertorio. La peculiaridad siempre fue su marca personal y allí por donde Ardurser pasaba con sus pies peludos envueltos por esclavas repletas de cascabeles, corría el cobre y la cerveza hasta el punto que su madre pudo darse el lujo de descansar hasta sus últimos ciclos disfrutando del renombre de su hija que no tardó en ganarse el honor de participar en la velada de inauguración del evento más grande de la ciudad: el gran torneo de Irdeluc.
Fue durante esta gala que la barda de caderas anchas conoció a Fredchar Za’bar, un joven noble del reino de Meikos que llegaba a la ciudad por primera vez en representación de su familia, sus ojos de un color marrón profundo no pudieron despegarse ni un segundo de la pequeña que danzaba a las anchas con una naturalidad tan extrema, que su padre hubiese considerado una falta de respeto a la nobleza al estar desprovista de todo protocolo formal. Cautivado por su espectáculo y conmovido por su historia, el joven burócrata no titubeó en ofrecerle un puesto en su guardia personal convirtiendo así a la hija de una prostituta en la signifer de la casa Za’bar.
Al principio adaptarse a la ciudad de Meikos y a su nueva labor fue tedioso, pasar de las tabernas de espíritu libre y jovial, a las caravanas seniles y opacas fue un duro golpe amortiguado únicamente por el considerable incremento salarial, pero aun ganando diez veces mas de lo que podía conseguir en cualquier espectáculo y recorriendo ahora las calles del palacio portando un estandarte en lugar de una cerveza en tabernas de mala muerte, su carisma no pudo ser contenido por las clases modales o los entrenamientos de cuadrilla. Danzar en un espacio de a lo sumo 20 pies cuadrados y alentar a un público en su inmensa mayoría borracho era mucho mas facil que mantener alegre a un grupo de soldados que marchaban durante ciclos enteros desde Meikos hasta Masce o mucho más allá del Cinturón del Gigante, con sus pies ya ampollados y negada a usar botas bajo ninguna circunstancia recibió Ardurser un regalo del Lord Fredchar para consolar a la gnoma.
Este hermoso pony de larga melena y cascos peludos fue de los unicos compañeros que tuvo la gnoma despues de la muerte de su madre a manos de un grupo de Afilantes que arrasaron con el pueblo de Irdeluc , su personalidad y la del animal congenio tan a la perfección que no dudo en ponerle el mismo nombre por el que conocían a su madre en el trabajo, “Alebrilla”, carismático e inteligente este corcel presento la solución a las largas caminatas aburridas e incesantes que estaban acabando con su entusiasmo aventurero.
Los cascabeles que alguna vez abrazaron tobillos, ahora rodeaban pezuñas, la diadema contonéate que cubría la frente ahora servía de reposo a una hermosa crin café y un vestido lleno de sonajeros se convirtió en una hermosa barda plateada que protegía el cuerpo de Alebrilla. Un luxante entero le tomó a Ardurser domar su nueva montura para que fuese ella la que con su movimiento generara los sonidos que en antaño surgían de una hermosa danza, pero esto no bastó para honrar la memoria de su madre, negada a su muerte y arrepentida por no haberla llevado a Meikos cuando tuvo la oportunidad, Ardurser decidió dejar la guardia personal de la casa Za’bar para vivir la vida de aventuras que su madre siempre deseó, con una intención adicional, traer de vuelta a su madre de las garras de la Aulladora
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