Atravesando Mercari
General Summary
Sin percances transcurría la estadía de los aventureros en Meikos, entre cantinas y bibliotecas, los ciclos fluían como el agua de una fuente, nada relevante ocurrió durante este tiempo, a excepción del pequeño “negocio” (que tiene más pinta de soborno) que hicieron Veint y Damalfit.
Con la llegada de secmón, la fortaleza se llenó de actividad, largas listas de nombres y misiones bañaron las calles de la plaza del gran emporio, en las vías iban y venían soldados, artesanos y uno que otro aventurero despistado corriendo por aquí y por allá en busca de alguien que le brindara información alguna. No paso mucho tiempo para que la nueva amiga de helios llegara al punto de encuentro y se integrara al grupo, la pequeña gnoma identificada por el nombre de Ardurser, llego a lomos de una hermosa poni adornada por extraños cosméticos de belleza. Ancha de caderas y con los pies descalzos la pequeña barda de unos 80 cm de altura, se mostraba alegre y extrovertida con el grupo y viceversa (menos con Alaska, según ella Ardurser es una ‘’grilla inmunda”).
Entre el bullicio y la algarabía del lugar, los aventureros percibieron en el aire una voz, "¡el grupo que viaja hacia el oeste!” se escuchó en repetidas ocasiones, claramente era el llamado de los aventureros, era hora de partir.
Luego de recibir alguna información sobre la caravana, el grupo partió con los ánimos recargados, iban acompañados por un grupo conformada por 5 carros y 20 soldados, además de una buena cantidad de aventureros que viajaban en compañía de la caravana.
Luego de caminar un buen rato por una larga llanura polvorienta, la caravana llego hasta un lugar en el cual el paso se dividía en dos, el camino hacia la derecha se dirigía hacia el invadido pueblo de Fateus, y el camino hacia la izquierda iba en camino hacia Naket y posteriormente llegaba al cinturón del gigante, lugar obligado en la ruta de la caravana. La muchedumbre no demoro en llegar hasta el pueblo de Naket, el primero de los tres pueblos que se cruzaría, y curiosamente el más olvidado por los dioses, y no paso mucho tiempo hasta que el grupo se diera cuenta el porqué, Naket es un pueblo que adora a dioses propios, su comercio es bastante pobre, no solo por sus mercancías sino también por su gente, escépticos y temerosos a lo desconocido, algunos de ellos se escondían como ratas al ver pasar a la caravana, otros miraban con desagrado y desconfianza, pero ninguno mostraba un aire de hospitalidad, que Lerman se apiade de ellos.
Continuó pues la caravana con su marcha, Poco a poco en el horizonte se iba dibujando la majestuosa imagen de una enorme cordillera, que cruzaba de sur a norte hasta donde alcanzaba la vista. Poco tiempo después, la cuadrilla llego hasta el pie de la cordillera que se habría por un camino el cual se rumoreaba que se había tardado más de 300 luxantes en ser construido, con unos 20 pies de alto y un espacio suficiente para que dos carros pasaran uno al otro. El frío viento que golpeaba al pie de la cordillera desapareció, convirtiéndose en un fuerte silbido semejante al de los más tétricos gritos que se puedan escuchar en un noxante que viajaba por la parte superior de la montaña.
Ya adentro, la caravana decidió avanzar por la brecha el resto de luz que le quedaba, ahora con la caída de la noche, el exhausto grupo dispuso a descansar y recobrar fuerzas para continuar al día siguiente.
Esa noche iba a ser diferente que las demás, todo transcurría con normalidad, las guardias nocturnas estaban establecidas y entre los soldados encargados, se encontraba helios, nuestro ágil batidor, que junto con el resto de hombres deambulaban de un lado a otro por la enorme brecha. Las primeras horas transcurrían con normalidad, el resto del grupo dormía plácidamente, el único ruido que se escuchaba era el silbido del viento en la cima de la montaña, cuando de repente un leve sonido de un gutural rugido estremeció los oídos de helios que en un intento desesperado por corroborar que tanta cerveza no lo había vuelto loco volteo hacia el resto de centinelas y al parecer uno de ellos también había escuchado el mismo rugido, este sin dudarlo emprendió su viaje en busca del origen de este sonido, que en reiteradas ocasiones había retumbado en el lugar, helios no tardo en comunicárselo al resto de la compañía, que aprovechaba todo el tiempo posible para ponerse las armaduras y acudir a secundar a su compañero, que ahora se encontraba con el resto de centinelas esperando a que el camarada regresara y les brindara información.
El tiempo pasaba y aun no regresaba el soldado, cada minuto intensificaba más la angustia, que aumentaba un más con cada rugido que se percibía en el ambiente, vaya sorpresa se llevaron los centinelas al escuchar el sonido de un cuerno en la misma dirección de donde provenían los rugidos. Inmediatamente helios acompañado por otro saldado, partió en búsqueda del cuerno y fue solo gracias a la habilidad para rastrear de nuestro explorador, que pudieron darse cuenta en donde se encontraba ubicado el hombre. Al parecer este había escalado la pared de 20 pies que se encontraba a la izquierda del camina, seguido a esto e imitando estas acciones, la pareja se dispuso a trepar la gran pared de roca y que asombro el que se llevó el par de hombres, al ver a su compañero escondido detrás de una roca, aferrándose de esta para evitar caer por el inclinado suelo. Inmediatamente la pareja acudió a ayudar al pobre hombre que tenía una herida en uno de sus hombros, no fue difícil de saber que había sido, ya que como un ave de rapiña, un enorme draco arremetió desde los cielos al grupo, que con gran esfuerzo intentaba ayudar a su compañero.
Helios en una ágil maniobra, comenzó a atacar a la gran criatura con su arco, intentando atraer la atención de esta para que su otro compañero pudiera ayudar a su camarada, pero ni siquiera los fieros disparos del explorador pudieron evitar que la criatura atacara una y otra vez a la pareja, que no duro mucho en quedar impune ante los ataques del animal. Para lastima del grupo, a lo lejos se escuchó otro fuerte rugido, similar al emitido por el draco, y efectivamente era otra criatura de la misma especie, inmediatamente las criaturas dejaron de atacar al grupo, y ahora intentaban apresar al soldado herido, que había rodado un par de metros por lo empinada pendiente, y así fue luego de un par de intentos, como las aladas criaturas lograron agarrar al pobre soldado que rápidamente se perdió en la negrura de la noche, atrapado por las endemoniadas garras de un draco.
Con el corazón encogido por la pérdida de un colega, helios y su compañero bajaron por la ladera para informar del ataque al resto del grupo, que a pesar de lamentar profundamente está perdida, estaba de acuerdo con que no podían detener con el viaje, y que entre antes emprendieran nuevamente la marcha mejor.
Con inmensa precaución y con los ojos bien abiertos, la caravana continúo con su camino traspasando el cinturón. Aproximadamente dos ciclos se tardó el grupo en salir de la cordillera, para luego entrar en el novedoso pueblo de Masce, un pueblo adornado por hermosos balcones y en lugar de murallas, sus defensas estaban conformados por grandes arcos de piedra, en los cuales se encontraba asentado un grupo de guardia.
Más bella aún era el magnífico pueblo de Iridal, decorado por grandes estatuas de piedra con significados muy representativos para la ciudad, entre todas las estatuas que habían en la ciudad, la que más resaltaba era la que se encontraba en la entrada, un gran hombre sosteniendo un sahumerio con el símbolo del dios Lerman recibía a los visitantes que llegaban al pueblo, este mantenía su economía debido a que toda persona que deseaba llegar al puerto desde el este, debía casi por obligación pasar por este lugar.
El grupo no se detuvo en ninguno de los dos pueblos, entraban y salían directamente de estos sin preámbulo alguno.
Luego de salir de Iridal, el grupo se encontró por una larga llanura verde, en la cual los integrantes del anillo de defensas percibieron a un jinete que se acercaba rápidamente, entre más se acercaba, este iba tomando la apariencia de un centauro, y no estuvieron tan lejos de acertar a la criatura, pues en verdad la cosa que venía en dirección al grupo, era un gran lenauro, mitad hombre mitad león, solo Damalfit pudo identificar a esta bestia que además no venía sola, esta venia acompañada por nueve criaturas más, todas lenauros.
La respuesta de la caravana fue inmediata, apresuradamente el grupo acomodo los carros en una posición que les fuera beneficiosa en el combate, todos se pararon encima de los techos, teniendo así una mejor visibilidad del campo, aun no se sabía cuáles eran las intenciones de las criaturas, pero estas rápidamente se dieron a conocer cuando uno de ellos agito un bastón el cual desato una bola de fuego la cual damalfit contrarresto para el bien del grupo.
Inmediatamente el grupo se preparó para el ataque, lastimosamente la amenaza aún se encontraban fuera del rango de los arqueros, y el mago aunque tenía la posibilidad de atacar, espero la acción del arcanista enemigo con el fin de contrarrestar todo hechizo perjudicial.
Luego de un momento, la caravana estaba completamente rodeada, tres lenauros estaban ubicados a las espaldas del grupo, uno más en cada costado, tres al frente y tres más esperaron atrás.
El grupo al verse rodeado y con la gran cantidad de enemigos que tenían al frente, decidieron dar media vuelta y acabar con los tres enemigos que tenían a sus espaldas. El fuego concentrado de los arcos de los soldados, los hábiles movimientos de Arpad y los devastadores conjuros de Damalfit acabaron rápidamente con la amenaza, que no pudo llevar a cabo acción alguna.
Mientras Arpad, Alaska y Damalfit acababan con los enemigos del frente trasero, Helios y Ryoback hacían su mejor esfuerzo acabando con los lenauros que venían por los costados. Por suerte el resto de soldados y el trío de aventureros que habían terminado con los grandes felinos de la parte de atrás, acudieron a la ayuda de los dos espadachines aprovechando la ocultación que les proporcionaban los carros, pero lastimosamente esta no fue mucha, ya que un par de conjuros enemigos lograron alcanzar a una buena cantidad de soldados, que prontamente se refugiaron en la parte trasera de los carros.
Las hojas de las espadas que iban y venían rebanaban con facilidad los cuerpos de los felinos, que iban cayendo uno por uno gracias a las habilidades del grupo que velozmente se puso en ventaja reduciendo el grupo de 10 lenauros a tan solo 3 y estos cada vez retrocedían más, pero esto era inútil porque ni siquiera la misma gracia de un felino podía superar la gran velocidad de Arpad, que con gran velocidad emprendió la persecución de estas criaturas.
Arpad, Alaska, Ardurser, Damalfit, Helios y Ryoback se encuentran frente a frente a tres grandes lenauros ¿podrá nuestro grupo sacar provecho de esta situación? ¿O acaso los fuertes nativos se impondrán ante los invasores? Estas preguntas solo obtendrán sus respuestas cuando una hoja más del destino de nuestros aventureros sea revelada.
Fecha del informe
02 Aug 2015
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