La última aurora

Donde la existencia se ha consumado

En el corazón de la penumbra, cuando los ecos de los ancestros se ahoguen en el murmullo del tiempo, una sombra se deslizará entre los resquicios de la realidad. La aparición de una entidad de poder inconmensurable, su presencia arrancará el brillo de las estrellas y sellará los labios de los cantores planares. Ahí, la memoria se desvanecerá como una niebla efímera al amanecer.

Los moradores del mundo, antaño vibrantes, sentirán el peso del olvido envolver sus almas, sus recuerdos se desgranarán como hojas secas al viento. Las historias que una vez forjaron su identidad se diluirán en el vasto océano de la nada y dejarán tras de sí un vacío que devorará sus esencias.

En el ocaso del entendimiento, el frío se alzará con un propósito desconocido. Las tierras, cubiertas por un manto helado, comenzarán a latir con una vida oculta y primigenia. Desde las profundidades glaciares, emergerá una fuerza antigua y poderosa, susurros de fuego en el hielo eterno.

Seres que durmieron bajo el yugo del tiempo se erguirán.
Corazones incandescentes resplandeciendo en la penumbra del mundo.

En el crisol de la locura y el olvido, el firmamento se desgarrará y el susurro del vacío se convertirá en un grito ensordecedor. Las mentes, quebradas por el peso de lo inefable, se fundirán con sombras inquietantes. Las visiones de un futuro incierto se entrelazarán con los espectros del pasado, creando un tapiz de desesperación y desvarío. La realidad misma se desmoronará, y los confines del zeclón temblarán ante la llegada de una última verdad.

El final se anclará como un renacido a la vida, en una sinfonía de desintegración y silencio. La esencia de la existencia se disolverá en un abismo sin fondo, mientras los ecos de un tiempo que fue resuenan en los corredores vacíos de la eternidad. El ocaso de todas las cosas no llega con un cataclismo, sino con la sutil caricia de la nada que consume todo en su abrazo.

Se dirá en susurros que, en las horas más oscuras, aquellos que escuchan atentamente pueden percibir el suspiro del viento silente, portador de antiguos recuerdos y promesas de un pasado que se niega a ser olvidado. Aquellos que contemplarán las sombras del crepúsculo pueden vislumbrar destellos de lo que una vez fue, sintiendo el aliento de lo inmemorial en sus rostros, recordando que incluso en el umbral del fin, la esencia lucha por persistir en los recovecos ocultos del ser.

Mito antiquísimo sobre el fin de la existencia, atribuído a un inmortal hijo de Eiláatir en un ataque de locura.

Comentarios

Please Login in order to comment!
Aug 24, 2024 17:26

Borré el comentario que estaba escribiendo y ahora sólo recuerdo que me pareció curioso que con le mito venga la aclaración de que esas cosas las dijo en un ataque de locura, y que el mito me da la impresión de que las reacciones que describe son de gente que definitivamente no sabe que es el fin del mundo, lo cual tiene sentido porque a) la gente siempre asume que todo "parece, pero no es" el fin del mundo y b)cuando les dieron las señales, había mucho margen de que nada fuera literal y de todos modos asumen que sólo era un delirio jaja.

Aug 25, 2024 00:26

Gracias por leer Escritora!
Efectivamente la locura acá puede servir como fuente de inspiración o como la única forma de vislumbrar en una epifanía cómo será el fin del mundo. Y tal vez la misma mente de quien escribe sólo puede concretar mensajes crípticos que den lugar a múltiples interpretaciones.

Bienvenidos a | Welcome to Eiláar