Sanguis Obscura

La mal llamada maldición de la paranoia que se hizo conocida hace una era por síntomas de los afectados, a quienes llamaban los sangrantes malditos, es en realidad una enfermedad de origen desconocido que afecta la naturaleza misma de quien la sufre, tal como los pobres que nacen con problemas mentales. Luego de consultar numerosos registros sobre las casas de Montino afectadas, pienso que tal vez el caos social de los sanos fue peor que los síntomas de los enfermos.

— Lárados, cronista y curandero de Bajo Kaiser
 

Atinados a llamar a esta enfermedad una maldición, los cronistas apasionados con la antigüedad solo tuvieron consenso en definirla como enfermedad de origen desconocido hace menos de 100 luxantes.

Un enfermo no sabe que lo está hasta que ve en su propia sangre derramada unas manchas negras cual tinta. Esta sangre se considera contaminada, por lo que el afectado se debe someter a sangrados periódicos, estos sangrados no curan al enfermo, pero ralentizan los efectos de la enfermedad, mientras se realizan tratamientos experimentales en busca de una cura.

Síntomas

Los primeros síntomas de la enfermedad son la apatía y la falta de interés, los enfermos dejan de encontrar pasión en lo que hacen y se sienten retraídos, la mayoría lo asociarán a un mal momento y no le darán importancia, incluso conociendo esto como un síntoma.

A los pocos ciclos, el enfermo podrá experimentar diferentes tipos de alucinaciones menores. Creerá que otros hablan de él a sus espaldas, le parecerá que quienes pasan frente a él lo hacen susurrando, sentirá miradas juzgadoras y pensará que la actitud de otros cambia con su presencia. Este síntoma hace que muchos de los afectados se sientan recelosos de sus seres cercanos, que los eviten y que justamente por esto no puedan ver el avance de la enfermedad.

Luego del primer síntoma, y antes del segundo mes de enfermedad, el afectado comenzará a escuchar voces internas que lo convencen de que otros están en su contra, verá cualquier acto cotidiano como una provocación, cualquier saludo, como una hipocresía y sentirá que los demás confabulan para matarlo. Sólo en este punto es posible ver las manchas en la sangre a simple vista, cosa que sólo hace que el enfermo se cubra de las miradas ajenas y desarrolle una psicosis paranoica en la que busca sobrevivir a los complots para acabar con su vida.

El resultado a partir de este punto varía según cada enfermo, mientras algunos prefieren huir de la sociedad y buscar cobijo en la naturaleza, otros se suicidan para acabar con las voces y el constante sentimiento de agobio, pero unos pocos, los más metódicos, comienzan a diseñar planes para acabar con otros, empezando con los más cercanos.

Consecuencias

La enfermedad fue considerada una terrible maldición enviada por los dioses, se creía que sólo afectaba a las familias que habían ofendido a un dios. El resultado en estas familias fue el rompimiento de lazos, el destierro de sus miembros, y en los peores casos, una masacre interna.

Los pueblos cercanos a donde se habían detectado enfermos sufrían de un miedo colectivo a recibir la maldición, familias enteras temían tener enfermos entre sus individuos, llegando incluso a afectarlos como si estuviesen enfermos.

 

Cronistas y curanderos enfocados en las enfermedades antiguas no han registrado casos en más de 500 luxantes, por lo que se considera una enfermdad extinta, y a pesar de los registros históricos nunca se encontró la vía de propagación de la enfermedad ni se tienen observaciones sobre cura alguna.

Tipo
Divine
Otros nombres
Paranoia sanguínea (maldición), sangrantes malditos
Regiones afectadas
Montino, en las actuales Región baja y Región interior
Época de registros
Aproximadamente 7500 CH de la Oscuridad Aparente (Finales de la época séptima)

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