Cronista
Escribiendo mientras otros duermen, buscando tinta en lugar de comida, raspando vitelas para hacer palimpsestos en lugar de reparar sus ropajes. Son los cronistas que nos cuentan la vida tal como ocurrió en su momento, son por quienes conocemos el pasado y por quienes podemos maravillarnos de las guerras, las culturas, las criaturas y todo aquello que nos precedió. Es por ellos que avanzan los reinos y los pueblos se convierten en naciones, si la información es poder, el poder que tienen los cronistas esta plasmado en sus ajados pergaminos.
El cronista es un artesano de la palabra, usualmente escrita, encargado de documentar las cosas tal y como suceden, adornando sólo sus versos para que puedan ser entendidos por aquellos a quienes están destinados, pero buscando que sean fáciles de comprender igual por versados que iletrados que los escuchan o leen. La mayoría escriben sobre la historia, sirven a una institución o ejército, pero muchos pueden viajar por el mundo escribiendo de aquello que ven con el único deseo de ser leídos por los que le suceden.
Cualificaciones
Todo cronista debe saber escribir y leer antes de iniciar su aprendizaje del arte, no tiene que escribir muy bien, pero sus tareas iniciales serán básicamente la de escribir mucho y leer aún más. La sed por la verdad es una cualidad que todo cronista debería tener, o desarrollar, más allá de la necesidad de escribir por escribir, su objetivo debe ser el de ser fiel a los acontecimientos, incluso aunque estos sean explicados desde el punto de vista de alguien que los vivió, con la correspondiente subjetividad.
Algunos cronistas van más allá, e intentan explicar el por qué de las opiniones de algunos, pero reservan estas observaciones para un apartado especial en sus crónicas, dejando muy claro que son suyas.
Progresión del arte
Como en todo arte, los cronistas tienen una progresión, y en cada nivel pueden dotar a sus creaciones de tecnologías que bien pudieran parecer magia, aunque casi todos los artes requieren de un tutor, el arte del cronista es de los pocos en que puede avanzarse basado en los escritos de justamente otros cronistas.
Aficionado
Sirven como ayudantes de otros cronistas, en bibliotecas, fortalezas, abadías o en casas de nobles. Puede crear crónicas de acontecimientos, trabajar como cronista en un pueblo o ciudad y como amanuense escribiendo en forma de crónicas, más que sólo transcribiendo documentos, los escritos que realizan son originales ya sea porque simplemente no estaban escritos antes o estaban en un formato diferente a la crónica, como un diario militar.
Aprendiz
Aprende a usar una taquigrafía propia con la que puede escribir hasta 10 veces más rápido de lo normal, pero sólo él mismo puede entenderla. Este tipo de escritura se considera codificada, pero no cifrada, por lo que un estudio minucioso podría servir para leerla, sin embargo, comprender la taquigrafía de un cronista puede significar ciclos de estudio, incluso meses. Un aprendiz también puede cifrar sus escritos, luego de creados, haciendo más difícil su interpretación.
Experto
Aprende a realizar crónicas detalladas, que pueden ser usadas por arcanistas para conjuros que requieran la descripción de un lugar habiendo estado en él. La habilidad del artesano es tal, que con el mero escrito, un lector agudo puede hacerse una imagen mental tan detallada que engaña a la magia misma. Además, algunas de las crónicas creadas pueden imbuirse con zeclón para que puedan narrarse a sí mismas en el lenguaje en que están escritas.
Maestro
Un cronista de este nivel puede permitir que sus crónicas muestren elementos visuales sencillos, los cuales aparecen externos al escrito, tal como si de pequeñas visiones se tratase. Esto podría ayudar y reemplazar descripciones de lugares o personas, mismas que serían plasmadas en las visiones. Además, desarrolla la capacidad de que sus crónicas muestren de forma escrita y dinámica, un resumen de lo que contienen, ahorrando tiempo a sus lectores.
Erudito
El máximo nivel al que puede aspirar un cronista es el de erudito, en este punto sus crónicas normales pueden programarse para mostrar su información sólo al cronista o al tipo de criatura que éste defina al crearla, como si fuesen mensajes directos. Esto suele ser muy útil para enviar mensajes en el tiempo hacia criaturas específicas, o para enviar cartas a lugares lejanos con la certeza de que no serán leídas por ojos indiscretos.
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