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Quaesitor Presidens

Máximo juez o fiscal de los asuntos legales de un Tribunal de la Orden de Hermes, habitualmente nombrado mediante elección en el quaesitor -sea de la casa Guernicus o no- más anciano del Tribunal, por el consejo de quaesitores de cada Tribunal.
A parte de las funciones protocolarias asignadas según la tradición de cada tribunal regional, su poder reside en la posibilidad de vetar las resoluciones de un tribunal si considera que ha habido abuso de poder o corrupción. El Quaesitor Presidente también establece todos los castigos por violar la ley que no acaban en una Marcha de Magi.
 

Elección

Después del cierre de la sesión del Tribunal, los Quaesitores locales se reúnen para designar mediante una votación quién será el siguiente Quaesitor Presidente. Ostentar el cargo de Quaesitor Presidente permite, además, tomar asiento en la cámara baja del Consejo de Magvillus. Para Quaesitores ambiciosos, esto puede ser un camino para el ascenso.
Cabe señalar que, de media, un Tribunal solo tiene de once a doce Quaesitores. La mitad de ellos será demasiado joven para el cargo, por lo que tal vez solo sean cinco los candidatos plausibles, y de estos quizás solo quieran el puesto dos o tres. No obstante, está mal visto el buscarlo con mucho interés. Los candidatos a Quaesitor Presidente tienen que ser persuadidos por sus pares para presentar su candidatura o para tratar de conservar el cargo. Para muchos Quaesitores esta reticencia es real, pues se trata de una posición con una gran presión y responsabilidad.
En cualquier caso, mantener el cargo durante más de tres periodos de Tribunal es visto como algo insalubre; a menos que no haya otros candidatos plausibles, serán muy pocos los que sean elegidos por cuarta vez. Al menos tienen que presentarse dos candidatos, incluso aunque uno de ellos sea un rival simbólico. Por lo tanto, habrá una considerable rotación en el cargo entre la mitad de los Quaesitores de mayor rango.

Consejeros y ayudantes

El Quaesitor Presidente se vale de dos consejeros. Si el Quaesitor Presidente es un magus Guernicus, uno de los consejeros no debe serlo. Toda decisión tomada por el Quaesitor Presidente se lleva a cabo previa consulta a los consejeros. No es de extrañar que se le ofrezca el puesto de consejero a un joven Quaesitor para que consiga experiencia. Aunque la palabra del Quaesitor Presidente sea la definitiva, es extremadamente raro que la opinión aunada de los dos consejeros sea ignorada.

El veto quaesitorial

El Quaesitor Presidente tiene la última palabra sobre todas las cuestiones legales planteadas en el Tribunal. Si está convencido, y sus consejeros están de acuerdo, de que una decisión (de una propuesta o caso) entra claramente en conflicto directo con el Código o con cualquier otra sentencia de un Tribunal superior, puede vetarla. También puede vetar la sentencia de un proceso si de verdad cree que se está cometiendo un error judicial, aunque en estos casos, algunos Quaesitores Presidentes simplemente reparten amonestaciones.
El Tribunal puede apelar cualquier veto al Gran Tribunal y llevar dicha apelación como uno de sus tres asuntos. La resolución de los casos obliga a las partes a transcribir todos los testimonios para que el Gran Tribunal pueda considerarlos. Las partes pueden optar por defender sus argumentaciones legales personalmente o por escrito. Sin embargo, el Quaesitor Presidente está obligado a explicar su objeción en persona.
Al cierre del Tribunal, el Quaesitor Presidente llama a los magi que han sido echados de la sala por el Praeco. Después, pide una votación para validar el Tribunal, que se consigue con una mayoría de dos tercios. Si el Tribunal se ha desarrollado de forma poco apropiada, es decir, si el Praeco ha mostrado su apoyo de forma descarada, ha manipulado el orden del día o ha silenciado magi injustamente, puede ser declarado no válido. Si se invalida un Tribunal, todas sus sentencias quedan anuladas.
En la mayoría de las sagas esto no sucederá nunca. En particular, invalidar todo un Tribunal es síntoma de que el Tribunal se encuentra al borde de la anarquía.
Consideraciones sobre el veto
De los tres poderes de gobierno de la Orden, los Quaesitores son los que tienen menos capacidades para poder defender su posición de forma independiente. Como grupo, los Primi tienen su posición de autoridad bastante asegurada. A pesar de que varíe mucho entre las Casas, lo normal es que un magus tienda a seguir a su Primus, aunque no esté personalmente de acuerdo con su política (en mayor o menor medida). La autoridad de los Tribunales locales es inherentemente sólida, ya que casi todos están interesados en su mantenimiento. Sin embargo, la autoridad del Quaesitor depende de que la mayoría de los magi o Primi apoyen dicha autoridad.
El papel de Quaesitor suele conllevar la enemistad de magi poderosos. Dicho papel bien puede requerir la toma de decisiones que choquen con la mayoría (al menos en un Tribunal local). Por lo tanto, para mantener su poder, los Quaesitores tienen que conservar su autoridad moral. Es fundamental que los magi y los Primi valoren los servicios realizados por los Quaesitores. Tendrían que temer una Orden sin Quaesitores; no deberían confiar en nadie mejor para proteger la ley. Aunque puedan no estar de acuerdo con la observancia de las tradiciones, deberían respetar tanto a la persona como al oficio del Quaesitor que las cumple.
El veto solo se debe utilizar cuando un caso entra claramente en conflicto con el Código o con una sentencia pronunciada por un Tribunal superior. Lo que se entiende por un conflicto claro y sin ambigüedades tiene que ser evidente para todo magus razonable. Este es un juicio sencillo, y requiere una tirada de Int + Derecho Hermético de 6+ para poder ser determinado. Los detalles exactos de esta contradicción los tiene que determinar cada grupo (utiliza la sección sobre el Código dada anteriormente como base para estas argumentaciones). Aunque un grupo pueda considerar que una sentencia va en contra del Código, si no existe consenso absoluto sobre el asunto, lo más seguro es que no se tenga que utilizar el veto.
Abusar del derecho de veto es contraproducente. En la práctica, el veto no tiene por qué ser utilizado. Está ahí para impedir que la ley de la calle tome el control; los magi se darán cuenta de lo inútil que es llevar a cabo una acción claramente ilegal (aunque sea popular), y se darán por vencidos.
Como el Quaesitor Presidente habrá dado a conocer su opinión en la audiencia privada, tales casos no tendrían por qué seguir adelante. Si un caso polémico consigue una audiencia pública, el Quaesitor Presidente dejará su postura muy clara antes de que comience la votación. Forzar a un Quaesitor Presidente a utilizar su veto denota que la autoridad Quaesitorial ha fracasado en el Tribunal. Sin embargo, la ley está respaldada por la Orden en general. Al menos teóricamente, un Tribunal al margen de la ley puede ser metido en vereda por el resto de la Orden.
Cualquier uso de veto será revisado a fondo por el Consejo de Magvillus. Si no está de acuerdo con el veto, el Primus Guernicus lo revocará. Si hay algún indicio de que el Quaesitor Presidente abusa de su veto, lo más probable es que las consecuencias sean terribles: el consejo querrá hacer público el caso de su descarriado Quaesitor.
Suponiendo que el Consejo de Magvillus apoye el veto, todavía se puede apelar al Gran Tribunal. Si el asunto está relacionado con una sentencia del Gran Tribunal, este tiene la total libertad de invalidar el veto; esto genera una nueva sentencia del Gran Tribunal sobre ese asunto.
En el caso de las sentencias del Primer Tribunal, un consejo Conservador puede pedir a sus aliados que condenen el caso en otros Tribunales previos al Gran Tribunal. Con esto se aseguran de que la opinión pública sigue estando en su contra. Una derrota sólida en el Gran Tribunal servirá para avergonzar al Tribunal rebelde y desalentar nuevos desafíos. Sin embargo, si el caso tiene un gran apoyo popular dentro de la Orden, el consejo movilizará a sus aliados para intentar cambiar la opinión de la gran mayoría, y el Primus Guernicus presionará a los otros Primi para conseguir su apoyo.
Finalmente, si tanto los Primi como el populacho quieren contradecir una sentencia del Primer Tribunal (o incluso del propio Juramento), los Quaesitores no pueden impedirlo. En caso de que la derrota parezca probable, el Consejo de Magvillus tiene que decidir qué acción servirá mejor a la Orden; puede que mantenerse en contra por principios lo sea. A los Conservadores les quedará la esperanza de que la Orden entre en razón en el futuro, considerando entonces la sentencia como ilegal.
Sin embargo, bajo un Consejo de Magvillus Progresista, el Primus Guernicus nunca utilizará su veto, a menos que tenga sus razones, más allá de las tradiciones, para oponerse a una sentencia.
 

En el Gran Tribunal

En las reuniones del Gran Tribunal en Durenmar, el Primus Guernicus actúa como Quaesitor Praesidens. Sin embargo, para que pueda ejercer su veto, todos los Primi tienen que estar de acuerdo. De este modo, la Orden evita el abuso de poder.
El requisito de que todos los Primi tengan que estar de acuerdo asegura que la Casa Guernicus no pueda llegar al poder mediante la aplicación impropia del veto.
Tipo
Civic, Law
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