Hallazgo de los manuscritos de Duresca

Criminal Activity

Hallazgo casual en la alianza de Duresca de unos documentos incriminatorios para la Casa Guernicus.

---

Para entender estos hechos hay que volver unos años atrás. Después de que Briatiz de Moncharro de Diedne hubiera acabado con Baldiccione de Guernicus en el año 907, asaltó su sanctum (avalada por la ley hermética) y se llevó todas sus pertenencias a Duresca. Entre las posesiones del magus había centenares de escritos que la maga abandonó en un rincón, pues no tenían ningún valor hermético inmediato. De esta manera, no fue hasta el 920 cuando por fin comenzó a catalogar los manuscritos del sanctum del Guernicus, embarcándose en una tarea de años. Así, en el 937 encontró unos pergaminos con la correspondencia que Baldiccione había mantenido con el Fundador Guernicus y otros Quaesitores, entre los que destacaban Ranemiro y Fenicil. Aunque todas las epístolas tenían información de importancia, Briatiz se sorprendió al descubrir que una serie de ellas hablaban de forma clasificada del curso de acción que debía seguir la Casa: en primer lugar dominar la Orden y, luego, el mundo.
Briatiz no sabía bien qué hacer con los documentos, por lo que convocó en un concilio al Quaesitor presidente Ṭāmis al-Išbīlī al-Gernikī, a la jueza Zaynab ḅint Qatr al-Nadà al-Gernikiyya, al ductor de la alianza de Brigantia Al-Harqal al-Apromorī al-Flambī y a Arnau al-Merkerī, miembro de la Casa Mercer de Aedes Saturni. En la reunión, Ṭāmis pudo confirmar que las cartas de su maestro tenían su letra; sin embargo, el contenido resultaba demasiado desconcertante como para asumir su autenticidad, por lo que realizaron copias de los documentos y Ṭāmis solicitó un encuentro urgente en la cámara baja de Magvillus.
Los hechos posteriores, conocidos hoy día por todos los magi del Tribunal, fueron los siguientes:

1. Arnau al-Merkerī difundió la noticia de los manuscritos tanto en Iberia (a través de su red de Boinas Rojas) como en Europa (mediante las redes de comunicación de Harco).
2. Ṭāmis acudió a Magvillus, donde se le retiró el título de Quaesitor.
3. La cámara alta envió a cinco Guernicus a investigar losmanuscritos de Duresca con Alvarra de Guernicus a la cabeza.

Tres años después, en invierno del 940, los dos mayores defensores de la autenticidad de los manuscritos de Duresca, Briatiz de Diedne y Ṭāmis, perdieron la vida durante la batalla de Frías.
Los documentos serán declarados fraudulentos por la nueva Quaesitora presidente Maryam bint Tello al-Gernikiyya tras presetar las pruebas necesarias, procediendo así a su destrucción.