Alfonso Vi refugiado en Toledo

Life, Relocation

Tras la batalla de Golpereja, Alfonso VI se exilia en Toledo al perder su reino acogido por el rey al-Ma'mun

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Alfonso VI refugiado en Toledo

En los primeros meses del 1072 se refugiaba en Toledo, fugitivo y destronado de su reino de León, el segundo de los hijos de Fernando el Magno, Alfonso, el de la mano horadada. Con él habían llegado Pedro Ansúrez y los hermanos de este, Gonzalo y Fernando. Al-Mamún les dio favorable acogida y hospitalidad en su palacio.   A finales del 1064, revestido de cilicio penitencial, en el suntuoso templo de San Isidoro, por él edificado como digno para la custodia de las reliquias del doctor hispalense, fallecía en León, Fernando I, el Magno.   Bajo su corona había reunido los territorios de Galicia, León y Castilla, había extendido las fronteras a costa de los reinos árabes y le pagaban parias los régulos de Zaragoza, Toledo, Badajoz y Sevilla. Pero, un año antes de su muerte, había hecho entre sus hijos Sancho, Alfonso y García, el tradicional reparto de sus reinos. En la distribución, a Sancho el primogénito, le había correspondido Castilla y las parias de Zaragoza; Alfonso, el segundo, heredaba el reino de León y las parias de Toledo; y finalmente García, el menor, obtuvo Galicia y las parias de Sevilla y Badajoz. Las infantas Elvira y Urraca heredaban el señorío sobre los monasterios de los tres territorios y las plazas de Toro y Zamora, respectivamente. El rey difunto fracasó en impedir las luchas fraticidas con esta medida, pues muy pronto los hermanos se lanzaron el uno contra el otro.   El gallego fue el primero en ser desposeído de la herencia, por Sancho, quien le hizo prisionero y le permitió marchar desterrado a Sevilla. Alfonso también había colaborado en la expropiación de García, pero pronto surgieron las rencillas entre los dos hermanos mayores y condujeron, a principios del 1072 a la batalla de Golpereja. En ella Alfonso, derrotado, fue desposeído y enviado al exilio -por mediación de Urraca-, a Toledo, y Sancho reunía bajo su mando, los mismos territorios que había tenido su padre.   Así es como llegó Alfonso a la corte de al-Mamún. En las crónicas no faltan episodios para rellenar la estancia toledana del destronado leonés y hablan de sus atrevidas cacerías en Brihuega, del siulado sueño del jardín real mientrs escuchaba la conversación de los consejeros del régulo que hablaban de la manera de apoderarse de Toledo, de los vaticinios sobre la posesión de ella por Alfonso y del juramento de paz que le hizo prometer al-Mamún.   Inesperadamente, el 7 de octubre en el cerco de Zamora era asesinado Sancho, quedando el reino para Alfonso, con lo que Alfonso partió apresuradamente no sin antes acordar con al-Mamún la renovación de sus pactos, obteniendo de este ayuda pecuniaria y bélica para asentarse en el trono.