Piedras Siseantes
Esta pequeña casa de baños de piedra en el barrio de Torre del Mar es uno de los edificios más antiguos de la zona. Construida al estilo chessentano, cuenta con piscinas climatizadas, salas de resonancia y hermosos mosaicos.
Las Piedras Siseantes ocupa un nicho especial en la política baldureña debido a su condición de lugar de reunión neutral, seguro y privado. Su propietaria desde hace mucho tiempo es una elfa lunar llamada Merilyn Allaryr, que se asegura de que los clientes entran en los baños llevando únicamente las finas togas que ella proporciona, quedándose con sus armas y demás pertenencias.
La reputación de Merilyn y de sus ayudantes altamente competentes es tan formidable que hasta las cofradías o negocios rivales enzarzados en las reuniones más tensas nunca violan la regla de la casa que prohíbe recurrir a la violencia.
El compromiso de este establecimiento con la discreción también lo convierte en el principal lugar de amancebamiento pagado en la Baja Ciudad. Muchos de los cortesanos más buscados se encuentran con sus clientes en las habitaciones privadas de la Piedras Siseantes, confiando en el silencio de Merilyn y en la reputación de la casa como centro de reuniones para desviar las sospechas de cónyuges celosos o fisgones chismosos.
A diferencia de Merilyn, el Sindicato de Juerguistas, una cofradía de profesionales de la noche que abarca toda la ciudad, no es reacio a vender los secretos obtenidos en la casa de baños, y quienes buscan comprar tal información solo tienen que insinuárselo al oído adecuado. Aunque esta dicotomía impide a Merilyn unirse oficialmente al Sindicato de Juerguistas, la cofradía utiliza el local como su sede de facto, alquilando regularmente su gran piscina central para celebrar reuniones.
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