Naimisha
Naimisha es el nombre que recibe el bosque que protege la capital del Imperio Élfico en Eterios. Está ubicado en el centro del continente y muchos humanos piensan que los mismos Elfos lo plantaron, aunque según ellos, el bosque no es más que un regalo de Simja.
Ningún humano ha podido profundizar en el bosque sin evitar perderse y encontrarse de vuelta en el camino que escogieron para entrar. Antes del Pacto de los Conscientes, los humanos creían que el bosque no era más que un conjuro enrevesado que era demasiado complicado para poder romperlo. La realidad resultó ser más complicada. Mientras que muchas de las tecnologías que los Elfos han desarrollado están relacionadas con la alquimia y la simbiosis con lo natural, la realidad es que en este caso es más cuestión de fe.
Según ellos, el bosque tiene una conexión divina con la emperatriz, quien es escogida, según los elfos, por la mismísima Simja. Y es a través de la diosa del amor que la emperatriz es capaz de escoger a quién deja entrar y a quién no. Por cierto, ningún humano sabe tampoco qué aspecto tiene la emperatriz, ni siquiera después de la alianza nos han dado ni una mera descripción de ella.
Sin embargo, se dice que la emperatriz sí visitó a un humano en particular sin que este lo supiera. Esta no es más que una leyenda entre Elfos, pero en ella el ojo derecho de Simja sintió curiosidad por un humano, los eternos creen que fue uno de los primeros que existieron, y lo atrajo al bosque, hasta sus aposentos, donde le otorgó el don del habla y la magia.
No obstante, los eruditos humanos dudan mucho de la veracidad de dicha leyenda y lo tachan de propaganda religiosa creada durante la Guerra.
Ningún humano ha podido profundizar en el bosque sin evitar perderse y encontrarse de vuelta en el camino que escogieron para entrar. Antes del Pacto de los Conscientes, los humanos creían que el bosque no era más que un conjuro enrevesado que era demasiado complicado para poder romperlo. La realidad resultó ser más complicada. Mientras que muchas de las tecnologías que los Elfos han desarrollado están relacionadas con la alquimia y la simbiosis con lo natural, la realidad es que en este caso es más cuestión de fe.
Según ellos, el bosque tiene una conexión divina con la emperatriz, quien es escogida, según los elfos, por la mismísima Simja. Y es a través de la diosa del amor que la emperatriz es capaz de escoger a quién deja entrar y a quién no. Por cierto, ningún humano sabe tampoco qué aspecto tiene la emperatriz, ni siquiera después de la alianza nos han dado ni una mera descripción de ella.
Sin embargo, se dice que la emperatriz sí visitó a un humano en particular sin que este lo supiera. Esta no es más que una leyenda entre Elfos, pero en ella el ojo derecho de Simja sintió curiosidad por un humano, los eternos creen que fue uno de los primeros que existieron, y lo atrajo al bosque, hasta sus aposentos, donde le otorgó el don del habla y la magia.
No obstante, los eruditos humanos dudan mucho de la veracidad de dicha leyenda y lo tachan de propaganda religiosa creada durante la Guerra.
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