Repugna a la alabanza

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El curioso rito de Repugna a la Alabanza, consciste en relizar un acción que uno considere completamente repugnante y "disfrutar", no literalmente sino en un sentido de intentar no evitar el disgusto que la situación nos produce, como tributo al Dios Goan, dios del asco y la repugnancia.

Ha sido imposible localizar el origen de este ritual ya que los primeras menciones de esos ritos vienen de civilizaciones que no tuvieron contacto hasta mucho más adelante. Es por eso que se cree que este ritual fue el resultado de prueba y error, o quizás haya sido el propio Goan quién nos lo pusiera en la cabeza para burlarse de nosotros.


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Muchos son los que creen que Goan es el auténtico dios del miedo, ya que es el disgusto lo que nos motiva a tenerle miedo a las cosas, a evitarlas. Entonces ¿cómo diablos podemos hacer un rito para enaltecerlo? Sencillo, no lo hacemos. La idea de este ritual es pagar de antemano para evitar tener que sentir repulsión en el momento en el peor momento. Ya sea hacia dejar de evitar un tema que estamos posponiendo, controlar nuestra opinión sobre algo que nos desagrada por el bien de otra persona, la idea es sentir una gran aborrecimiento hacia la situación que viviremos durante la ceremonia, que Goan se sentirá satisfechos con nosotros y no nos molestará durante una temporada.

Hay que aclarecer que en ningún registro se dice cuántos días de inmunidad recibimos, pero casi todos los ritos registrados han dicho que los resultados son más que asombrosos. Hay ceremonias registradas para evitar que algo malo suceda en festividades, tener que cumplir con obligaciones maritales, rendir exámenes, exponerse a grandes públicos... La lista es extensa. Otra cosa en común con los resultados es el deseo de no querer pasar por esa ceremonio otra vez.

En este rito las únicas que mandan son tus entrañas, si no quieres vomitar es que no lo estás haciendo bien. Desde tirarse a piscinas llenas de bichos, a sumergerse en estiercol, desnudarse en público... cada quién tiene su punto débil. ¿El mío? Entrañas humanas recién destripadas, no preguntéis por qué lo sé. Y quedaos tranquilos, yo jamás haría esta ceremonia otra vez...

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