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Subtierra

Ph'nglui n'ghft mgep shugnah,
ah'legeth fhtagn, soth lw'nafh'drn,
hup ymg' fhtagnshoggg ng thy dread,
hupa r'luhhor ot nilgh'ri mgepogg,
kruziik's shuggog ah mgepzhro...
(Runas encontradas en la Subtierra, origen desconocido.)
 

El Vacío Bajo la Existencia

Cuando los Man'Iar surgieron e iniciaron su labor de crear los distintos planos, utilizaron el Gran Vacío como espacio para contener sus creaciones. Considerado ahora como el espacio entre los planos, es la máxima ausencia de existencia, un ambiente completamente inhabitable e incapaz de ser recorrido por cualquier ser que no sea un Man'Iar. Poca atención le ponían los dioses, sin embargo. El Gran Vacío no era más que eso: un espacio carente de cualquier interés o peligro para ellos. Utilizandolo como canvas para su divina labor, los Man'Iar darían nacimiento no sólo al plano terrenal, sino también a todos sus planos personales, creando vida donde no la había y moldeando a su imagen y visión el mismo universo.   Sin embargo, los diversos choques entre mundos debilitarían las barreras que separaban, no sólo a los planos entre sí, sino también a estos del Vacío. Los constantes intentos de los Maestros del Ocaso en extender sus dominios hacia Lov, la explosión de energías del Abismo que terraformaría el mundo y crearía al Monte Nix'Kruzaek, el sacrifico del aspecto del orden de Lady Zarathras, Kruziik de la Guerra y el Orden, dando nacimiento a los Nueve Infiernos y los constantes portales que se abrían en distintos lugares del mundo, como aquellos hacia el Sueño Verdeante en el Bosque de Norfielth y la entrada hacia el reino de los dragones, Akathia, sobre la Cordillera del Cielo desestabilizaron las barreras planares de Lov hasta que ocurrió algo completamente inesperado y sin precedentes: un pedazo del Vacío brotó bajo el plano terrenal.   Como un agujero negro de energías planares, el Vacío amenazaba con consumir todo. No sólo el plano terrenal, sino todos los planos conectados con este corrían el riesgo de ser devueltos hacia el Gran Vacío nuevamente. Los dioses debieron actuar con rapidez. En conjunto, Akatosh, Dios del Tiempo, Helia, Diosa de la Magia e Ikra, Diosa de los Elementos, encapsularon y encerraron este pedazo de Vacío en las profunidades de Lov. Bajo kilómetros y kilómetros, capas y capas de tierra y magia, los Kruziik limitaron el efecto del Vacío hacía los confines más subterráneos del continente. Sería la misma fuerza vital de la superficie la que alimentaría la membrana entre los terrenos iluminados por el sol y la absorbente oscuridad del Vacío. Nacería así la misteriosa Subtierra.  

El Mundo bajo Nuestro Mundo

Considerado un mundo aún más grande y misterioso que la superficie, la Subtierra consiste en decenas de de ecosistemas interrelacionados bajo tierra. Si bien gran parte de esta consiste en largos y oscuros túneles y cuevas de roca y granito, son cientos los ambientes y organismos que uno puedo encontrar en las profundidades del mundo. Sin embargo, toda la Subtierra comparte una característica en común: la falta de luz solar. Carente de toda luz proveniente de la superficie, la mayor parte de la Subtierra es bastante oscura, lo que tras el paso del tiempo ha generado que los seres vivos que allí habitan se adaptasen a las penumbras. Sin embargo, es posible aún así encontrar fuentes de luz alternativas, como hongos bioluminiscentes e iluminación mágica remanente de tiempos antiguos. Y es que este tipo de cosas no son raras de ver: si bien poco es lo que ha sido explorado de la Subtierra, se estima que no sólo es mucho más grande que la superficie, sino que guarda magias y misterios de épocas aún más antiguas.   Sin embargo, pocos son aquellos que se han adentrado hacia sus oscuros confines desde arriba. Algunas de las entradas conocidas se encuentran en Melfara y Rockhill, las ciudades mineras de la República de Galadel y la Alianza de Plata, respectivamente, cada una habiéndose adentrado demasiado profundo en sus excavaciones mineras. Existen rumores de que antiguas ruinas tras los bosques de Nimloth llevan hacia este recóndito mundo, que el conocido Lago Vórtice y su eterno remolino arrastran a aquellos atrapados por su corriente hacia ciudades acuáticas bajo su superficie, y que las Fauces del Mundo llaman a aquellos en búsqueda de aventura con promesas de tesoros y fortuna, únicamente para corromperlos con visiones de sombras y locura. Indudablemente, la Subtierra se ha vuelto un tema de fascinación para algunos, pero una fuente de pesadillas para otros.  

Maravillas de las Profundidades

Las maravillas de la Subtierra no se limitan únicamente a la imaginación de aquellos que osan explorarla, ni se componen únicamente de largos túneles y pasadizos sin fin. Cientos de ecosistemas vibrantes se han desarrollado a lo largo de su extensión, con un área rivalizando los territorios de Angrohma y Kreinvulqo combinados y una profundidad desconocida. Desde lagos subterráneos, iridiscentes ante la gran cantidad de vida en su interior hasta mares torrentosos cuyas turbias aguas se pierden en el oscuro horizonte. Desde cuevas cubiertas de fungi y vegetación que pareciera respirar con cada minuto que pasa hasta desiertos de arenisca negra, ásperos como si de polvo de acero se tratara. Desde enormes cúpulas de roca, con estalactitas tan grandes como los árboles de Qwir hasta túneles cubiertos de gemas gigantescas, cargadas de electricidad y energías mágicas. No hay límite ni razón en la Subtierra y sus distintos ambientes, todos entremezclándose entre sí y coexistiendo bajo el continente.   Sin embargo, las impresionates vistas que ofrece el Mundo bajo el Mundo no se reducen a bellezas naturales. Ciudades antiguas, algunas olvidadas por el tiempo y otras aún repletas de habitantes y vida pueden ser encontradas esporádicamente a lo largo de la Subtierra. Desde bastiones de los antiguos enanos, aquellos cuya maestranza de la tecnología y el acero pasaría a ser leyenda tras su repentina desaparación, hasta altas ciudadelas reminiscentes de la arquitectura élfica, invertidas desde el techo de las cuevas y colgando sobre enormes abismos. Sin embargo, las estructuras más extrañas son aquellas que rara vez son vistas por ojos mortales, incluyendo la de los habitantes subterráneos. Los pocos que han declarado haberlas visto hablan de imponentes obeliscos y templos cuyas formas parecían escapar de la lógica de la arquitectura mortal, de altares repletos de runas inentendibles que hacían arder los ojos de aquellos que intentaran leerlas, y de susurros y sombras rondando a lo largo de sus inexplicables composiciones. Los que han intentado volver no suelen lograrlo, como si la tierra misma hubiese escondido nuevamente estas aberrantes construcciones. La Subtierra es hogar de muchas visiones; algunas que ojos mortales no deberían ver.  

Las Bestias que no conocen el Sol

Los peligros de la Subtierra no se encuentran únicamente en sus inentendibles visiones, sino también en los monstruos que allí habitan. Cientos de bestias han aprovechado los diversos nutrientes encontrados en las profundidades del mundo para crecer, por lo que es posible encontrar aberraciones y criaturas desconocidas para aquellos que rondan la superficie. Cuevas cubiertas de cristalinas telarañas, cuyas enormes creadoras se vuelven invisibles antes de atacar con patas tan filosas como espadas, colonias de insectoides capaces de excavar a enormes velocidades antes de atrapar a sus presas con innumerables apéndices y arratrarlos al abismo, enormes topos acorazados cuyas armaduras resisten sin mella alguna los ataques más fuertes y colosales gusanos capaces de tragarse ciudades en sólo minutos son algunas de las monstruosidades que aquellos que se adentran sin recato suelen encontrar.   Sin embargo, no es posible ignorar las misteriosas presencias en las aguas de la Subtierra. Gigantescos monstruos acuáticos de largos cuellos y filosos dientes exploran en silencio los diversos lagos subterráneos, atentos a su próxima presa. Calamares del tamaño de barcos acechan a las pocas embarcaciones que osan navegar los enormes lagos que allí yacen, y más de algún explorador ha comentado haber visto leviatanes alzándose desde el agua, con tentáculos y garras del tamaño de edificios. Además, extrañas sirenas bestiales pueden visualizarse de vez en cuando, atrayendo con hermosos cánticos y prometedoras ilusiones a los aventureros de mente débil, únicamente para devorarlos junto a sus hermanas una vez a su alcance. Extraños seres viscosos pueden ser vistos de vez en cuando en las costas y túneles, hechos de una extraña y corroyente sustancia que pareciera consumir todo a su paso, y aladas aberraciones con chirridos capaces de destruir oidos y con la capacidad de generar ilusiones buscan constantemente su próximo alimento.   Mas no todas las criaturas son así de hostiles. La gran cantidad de energías mágicas, producto de los encantamientos de los dioses y la influencia de fuerzas antiguas, ha dado nacimiento a cientos de elementales de agua y tierra, los cuales pueden ser vistos recorriendo de manera pacífica los distintos rincones de la Subtierra. Además, en zonas de densa vegetación, herbívoros de gran tamaño avanzan de árbol en árbol buscando alimento, sus imponentes cuerpos contrastando con su tranquilo carácter. Lentos caracoles tan grandes como caballos y con conchas de brillantes colores sirven de compañia para luciérnagas de todos los colores existentes, e incluso el ocasional flumph puede ser visto flotando libremente por los largos túneles, inocentemente bailando ante el vaivén de las corrientes de aire.  

Habitantes de la Oscuridad

Es de esperar que un mundo tan variado como lo es la Subtierra sea también el hogar de diversas civilizaciones. Y efectivamente, son varias las razas mortales que han hecho de las profundidades del mundo su hogar. Los habitantes más comunes pertenecen a una subraza de elfos acostumbrada a las penumbras, los Shar'akai. Adeptos supervivientes y reticentes a interactuar con aquellos que no pertenecen a su raza, los Shar'akai han aprovechado al máximo la afinidad mágica de los elfos para manejar la roca y las sombras a su alrededor, construyendo magnificentes ciudades junto a cuerpos de agua que les brinden recursos que explotar. Sin embargo, su recluida naturaleza los ha convertido en seres con los cuales es dificil convivir, siendo muy apegados a sus tradiciones, desconfiados de los habitantes de la superficie y con un innato aire de superioridad.   La segunda raza más numerosa, y compitiendo con los Shar'akai por los dominios de la Subtierra, son los enanos profundos, los Dar'khanen. Despectivos con los elfos por su dependencia de la magia, los Dar'khanen han aprendido a dominar la tierra misma a través de la fuerza. A diferencia de los Shar'akai, quienes optan por imponentes ciudadelas invertidas, los enanos profundos construyen extensas ciudades y amurallados bastiones, optando por domar a la fauna nativa para el trabajo pesado. Más toscos y agresivos que los elfos pero más abiertos a interacturar con otros humanoides, adoran una buena pelea a puños en sus concurridas tabernas, donde han adoptado el consumo de alcohol a base de hongos fermentados. Si bien es dificil ganarse su confianza, un Dar'khanen puede ser un leal compañero en las oscuras profundidades.   Finalmente, la última civilización más ampliamente conocida es la de los insectoides Khauthr. Con patas capaces de escalar facilmente los rocosos muros y riscos, poderosos apéndices capaces de cavar incluso a través del constante granito e incluso membranosas alas para movilizarse con rapidez a través de los aires, los Khauthr son una de las razas más adaptables de Kreinvulqo. Viviendo en grandes colonias en torno a una Reina, responsable de dar a luz a nuevos miembros y de dar órdenes a sus vasallos, los Khauthr poseen un sexto sentido que sirve de "mente de colmena", permitiendo la comunicación telépata entre miembros de la misma colmena. De los tres, son los Khauthr los más hostiles contra miembros ajenos a su colonia, empleando su gran movilidad y fuerza y dominio sobre las energías de la vida y la muerte para defender su territorio con vehemencia.  
  La única ciudad multiracial conocida en la Subtierra es la acuática urbe de Borea'lis, el "Paraiso de Océano". Asentándose en uno de los lagos más grandes y profundos de la Subtierra, el Lago Originario, Borea'lis es comparable en tamaño a Stormshield, Rainhelm y Parma, con majestuosos palacios de colores adornados con corales y algas. En conjunto viven allí los tritones, humanoides de escamosa piel y cabellos de marinos colores, los hermosos pisceae con coloridas membranas y aletas y largas colas, los elegantes Sae'morian, elfos marinos de finas contexturas y agallas, y los hijos del agua, humanos que tocados por la esencia elemental del agua se vieron impulsados a vivir bajo lagos y océanos. Una vibrante metrópolis formada en el punto de reunión de distintas corrientes de agua se ha convertido en uno de los centros de comercio e intercambio de culturas más importantes de Lov, para aquellos que le conocen.   Sin embargo, existen otros seres sapientes dentro de las profundidades. Pequeñas tribus de ogros pueden observarse de vez en cuando, atacando a las caravanas de otras razas y cazando cualquier criatura que pudiera servir de alimento. Solitarios troles y gigantes de piedra rondan las cuevas más reconditas, evitando conflictos con las distintas criaturas de la Subtierra. Grandes conglomerados de goblins con ansias de violencia constantemente buscan la próxima oportunidad de saquear tesoros para sus rústicas villas, e incluso hay quien dice que existen tribus de orcos que han bajado a las profundidades del mundo para enfrentarse y medirse contra las muchas criaturas habitantes de la oscuridad. Además, diversas organizaciones coexisten dentro de los oscuros túneles y lagos bajo la superficie, interesados en aprovechar este único e inexplorado ecosistema. Sin embargo, todas las razas y criaturas de la Subtierra comparten algo en común: un profundamente arraigado respeto y terror hacia los seres más poderosos del Mundo bajo el Mundo y Señores de la Subtierra: los Dioses de las Profundidades.  

Los Dioses Nacidos del Vacío

Nadie sabe cuándo ni cómo llegaron, pero todos los habitantes de la Subtierra saben que, hace eones, incluso antes de los primeros registros de las razas mortales de las profundidades, colosales y poderosos seres dominaban distintos territorios de la Subtierra. Estas aberrantes monstruosidades con el poder de dioses eran capaces de moldear la realidad a su voluntad, de corromper la vida misma a su imagen, de distorsionar las mentes inteligentes con sus pensamientos y de llevar incluso a las voluntades más férreas a la locura. Hasta el día de hoy, su influencia se siente a lo largo del Mundo bajo el Mundo, sus inentendibles susurros resonando en las mentes de los mortales que se acercan a sus dominios y sus cientos de sirvientes acechando en la misteriosa oscuridad.   Actualmente, en esta Tercera Era del Mundo en que los mortales han tomado protagonismo, todas las culturas de la Subtierra se han visto afectado de una u otra manera por los denominados Señores de las Profundidades. Desde tribus completas de goblins cubiertas de bulbosos hongos que parecieran controlar sus cuerpos y mentes, violentos gusanos con tentáculos asediando los grandes asentamientos, aventureros espontáneamente caminando sin rumbo hasta perderse en los laberintos rocosos de las profundidades, monstruosos crustáceos que parecieran adentrarse en la mente de cualquiera con quien crucen, orbes con millares de ojos distorsionando la realidad con meros pensamientos y grandes civilizaciones de humanoides flotantes con tentáculos secuestrando mortales hacia sus extrañas ciudadelas, nadie está a salvo en los dominios de los Dioses de las Profundidades. Y toda la Subtierra es su dominio.
Tipo
Underground / Subterranean

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