Haunn El Caido

Co-Autor Drasher

Haunn es uno de los pocos espiritus conocidos que están relacionados con la muerte en el mundo de Moezu. No tiene una forma definida de manifestarse en el mundo mortal, la mas comun suele ser una amalgama de formas conectadas entre si por finas capas de hilos sangrientos. Suele manifestarse envuelto en una niebla siniestra que eriza la piel y aterroriza a cualquiera que vislumbre su silueta, la de unas figuras que acompañan siempre Haunn y que no paran de susurrar. Aquellos que lo han visto con sus propios ojos aseguran que si miras el suficiente tiempo a Haunn acabas distinguiendo formas de todas las razas de Moezu, elfos, orcos, enanos y humanos. Las leyendas alrededor de Haunn cuenta que las figuras que se manifiestan con él son las almas que ha tomado, uniéndose a su eterno servicio. Hay varias leyendas e historias que rodean la figura de Haunn, siendo una de las mas conocidas “La batalla del caído”. Segun se cuenta Haunn pudo ser en un tiempo un gran guerrero humano que nació siendo esclavo. Consumido por su sed de venganza hacia los elfos este se escapó de sus amos refugiandose en los bosques donde estos trataron de darle caza, sin exito. Haunn les daba caza a ellos y robaba sus armas, despellejando a sus victimas para atormentar al resto de sus perseguidores e incluso realizando asaltos para liberar a otros esclavos aun oprimidos bajo el yugo de los elfos. Finalmente fue un gran hechicero elfo el que acabó con Haunn y sus aliados, haciendoles arder a todos juntos hasta ser practicamente consumidos por las llamas. Se dice que mientras aun ardian los cuerpos, tornandose en una masa de carne y huesos quemados, se comenzó a oir unos susurros extraños y la forma ardiendo cobro vida, alzandose sobre los cuerpos se vislumbraban una serie de figuras conectadas entre si por hilos de sangre. Tras unos instantes solo hubo muerte y el hechicero elfo y los demas perseguidores jamas salieron del bosque. Los poderes de Haunn sobre la muerte son de sobra conocidos asi como su capacidad de adentrarse en las mentes para doblegar la voluntad de cualquier ser vivo, incluso poseyendo a la criatura para que ésta obedezca todas sus peticiones. Si bien no es algo frecuente, son varios los que se han vuelto locos ante la mera presencia del espiritu, otros simplemente han visto su mente quebrada y se han visto obligados a cometer actos, como asesinatos, sin ser conscientes de lo que estaban haciendo. Este espiritu no suele acceder a todas las peticiones de los seres vivos. Usualmente es necesaria una ofrenda inicial para atraer su atención, pero realizarla no garantiza que Haunn acuda a la llamada. Si responde, éste consumirá la ofrenda y a la añadirá a su larga colección de almas en agonía que le acompañan. Caprichoso, Haunn pedirá toda clase de ofrendas a cambio de cumplir el deseo de su invocador: desde minucias como su lealtad haciendo sacrificio de su propia sangre hasta con la propia vida del invocador tras realizar lo pactado. Si bien esto suele ser poco usual, se da en casos en los que el usuario que llama a Haunn está consumido por la venganza y quiera acabar con más de una vida. Por lo tanto la mayoria de las razas consideran a este espiritu maligno, caprichoso y peligroso. De hecho es bien sabido que se ha enfrentado en numerosas ocasiones a Naguk el Pastor de Almas perdidas por el derecho a llevarse almas. La historia, sin embargo, no contrasta con las primeras apariciones de Haunn. Fueron los propios enanos quienes ya mencionaban la existencia de una figura tenebrosa acompañada de otras varias y que dejaba una espesa niebla y un hedor nauseabundo por el lugar donde pasaba. Si bien ha tenido muchos nombres, fue a raíz de la historia de “La batalla del caído” cuando el nombre de “Haunn, el caído” le fue atribuido a este espiritu de manera popular en toda Moezu. Varios son los que veneran la figura de este maligno ser, pero son pocos los que realmente se atreven a pagar el precio que el caído pueda llegar a pedir. Se rumorea de la existencia de un culto alrededor de este denominado ‘Dedos de Haunn’. En la actualidad, es un culto cuyo acceso es difícil, principalmente porque se encuentra compuesto por altas figuras de la sociedad: desde nobles hasta mercaderes de alta fama.