Sesión 10: Celestiales y Demonios in Olvida la Tormenta | World Anvil
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Sesión 10: Celestiales y Demonios

El grupo se reune para inspeccionar el contenido de la pequeña caja de plomo, y para su sorpresa, se dan cuenta que en su interior hay un orbe luminoso exactamente igual al Orbe de Luz que rescataron del observatorio. Una carta de Katlin acompaña al artefacto, refiriéndose a la calidad de la copia y aclarando que ella se hará cargo de la filtración de información en Faesys.   Tras quemar el documento, e intentando dejar atrás las dudas sobre la veracidad del orbe que llevan, la party decide nombrar la misión Golden Eye, a sugerencia de Oz, y se prepara para repasar el confuso plan:
  1. Fingir que no tienen el Orbe y fueron enviados sólo a investigar sobre el bloqueo interplanar.
  2. Mientras fingen que secretamente tienen el Orbe de Luz verdadero y se lo llevan a un astrónomo experto que están intentando encontrar.
  3. Cuando en realidad no tienen el Orbe verdadero y sólo buscan atraer a astrónomos rivales, de otras dimensiones, a quienes buscan capturar para extraerles información.
Además de eso, determinan que lo mejor es llevar la cajita de plomo encima y rotársela entre los diferentes integrantes día a día, para prevenir ser presa fácil de un robo, siendo Yardis el primero en portarla en un improvisado pendiente.   Oz coquetea con Akordia involuntariamente mientras le enseña a navegar el Susurro Descuidado, pero las maniobras se tornan difíciles cuando su primer destino pone a prueba a la novata piloto.
Wer Itheikir, la ciudad escondida donde Wrenn había conocido a su maestra Ariah Luzaar y a Arken, se asenta sobre las antiguas ruinas de la ciudad magocrática Netheril que fue arrasada en tiempos lejanos por violentas magias que dejaron grandes escombros girando en el aire por la eternidad.
  Logrando esquivar las grandes rocas y ruinas que vuelan alrededor aun imbuidas de magia, la party logra divisar a lo lejos una inquietante visión: Dos ancianos aasimar a quien Wrenn reconoce como Alana y Rufus, están siendo acorralados por demoniacos escorpiones gigantes, mientras, más allá, un portal de fuego brilla entre los restos flotantes.   Wrenn y Amani junto con Esi y sus hechizos de levitación, salen volando en socorro de los ancianos, mientras que el resto continúa su trayecto hasta alcanzar el portal, donde descubren que un ser encapuchado está conectando las afueras de Wer Itheikir con el Avernus, desde donde cruzan hordas de demonios. Oz, Harisa y Yardis hacen lo posible por inmovilizar al incógnito, pero éste es más rápido y los esquiva apenas dejando que la tiefling alcance una pluma desde abajo de su disfraz. Revelando su identidad como uno de los 11 celestiales del Dios Atholas, el ángel se queja de la inconveniencia que significa la aparición de la party y emprende el vuelo fuera del lugar.   Oz y Harisa rápidamente intentan controlar la invasión de demonios, mientras Yardis se dispone a empezar el hechizo para cerrar el portal; pero a pesar de dificultar el paso de los demonios e inmovilizarlos, estos siguen y siguen apareciendo mientras el extenso rito se lleva a cabo.   Desde el otro lado, mientras Esi y Wrenn protegen a los ancianos de las mortíferas bestias, ellos alcanzan a ver a lo lejos como una amenaza mayor se acerca por el portal.
Wrenn contempla con preocupación como un Bone Devil, de los mismos demonios que asesinaron a su amigo Mhurren Gork'ar muchos años atrás, atraviesa el aro de fuego. El terror desencadena diversos recuerdos en la party:   Un joven Wrenn comparte con sus amigos Willum y Mhurren y conversan sobre el futuro después de la misión que los espera al día siguiente. Mhurren bromea instigando al dragonborn para que consiga una chica y deje de mirar a su novia Willlum, mientras que Wrenn, tímido aunque enfocado, se limita a contestar que él se convertirá en un cazador de demonios y celestiales.   Esi recuerda con dolor una conversación que tuvo con su padre poco después de descubrir que los celestiales y dioses no eran tan aliados a los humanos como ella creía. Ambos aun parecen decepcionados por esta nueva revelación, y discuten cómo esto afectará a la abuela Ilsa, quién aun no está lista para dejar ir las creencias que han pasado de generación en generación por los Castellblanc.   Yardis ve confirmadas sus sospechas, cuando una memoria invade su mente. Katlin y él investigaban sobre Bismark, mientras discutían sobre los acontecimientos ocurridos últimamente en Faerun, intuyendo desde entonces una alianza entre seres celestiales y demonios.   Mientras tanto, Oz se acuerda de aquel test para convertirse en Harper que no supo como contestar. Recuerda a un joven y aplicado Cela que le da las respuestas en patrones rítmicos, para luego ambos aprobar y ser nombrados Harper, los únicos de su generación, comenzando lo que sería su amistad y compañerismo por años.   Harisa, por su parte, rápidamente reconoce al demonio como un devorador de almas. Pyrex le había contado cómo esta criatura engullía otros niños y adolescentes, mientras él buscaba refugio en las memorias que habían forjado juntos en su niñez. Tras pensar en Keya y su hermano, Harisa comparte con el grupo la forma de resistir ser devorado: Protegerse con recuerdos felices.   En un esfuerzo por conseguir más información sobre los invasores, Yardis envía a Cabeza Hueca al portal, pero éste sólo logra percibir cómo dos Bone Devil más se acercan junto a la Aberración Sin Nombre antes de ser completamente pulverizado por el pasaje mágico.   Haciendo uso del anillo mágico que le regaló la reina drow, Wrenn concentra la atención de los ataques de los escorpiones salvando la vida de los aasimar, y Arken arroja una escalera desde el Susurro que sobrevuela la zona, poniéndolos finalmente a salvo. Acabando con la amenaza de los arácnidos demoniacos, Esi y Wrenn emprenden vuelo para ayudar a sus aliados contra el gigantesco demonio de hueso.   El equipo apenas logra sobreponerse a los violentos ataques de las huestes del Avernus y deben arriesgarse para mantener a Yardis a salvo mientras el lento ritual para cerrar el portal se completa, pero poco a poco van eliminando a las tropas y dañando al demonio gigante. Con un portento del futuro, el mago lanza un potente hechizo que reseca las últimas gotas de vida del demonio, pero en ese instante unos cánticos celestiales se oyen desde lo alto. El celestial de Atholas, flotando junto al Susurro Descuidado, devuelve a la vida una vez más a la enorme criatura de hueso.   Con el uso de una puerta dimensional, Oz Lander rápidamente aparece en la nave e interfiere con el ataque que el angel estaba a punto de desencadenar en los frágiles ancianos y Arken. Entrando en la mente de su enemigo, el bardo se convierte en su peor pesadilla, infundiéndole el terror más absoluto que obliga al ángel a huir de su presencia.   Finalmente, desde el cielo, rodeada de ruinas flotantes, Esi conjura un poderoso y devastador haz de energía, que esta vez logra desintegrar al último demonio de huesos, y el mago, por fin, cierra el portal al Avernus.   Mientras tanto, a bordo del Susurro Descuidado, un malherido Oz se desmaya agotado por el esfuerzo y Akordia lo sostiene, estampándole un apasionado beso.


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