Sesión 33: Separaciones

Con humo y alarmas en la distancia, el grupo se teletransporta de vuelta a Targos.
Kataifi los recibe, preocupada por el caos en las minas y cuestionándolos sobre su participación y tanto la party como Percy revelan los verdaderos planes de Dimaitro y Tarcas, ahora frustrados. Mientras la orca acude a informar a su reina, el grupo aprovecha de cruzar sus últimas palabras con el ex-caballero de Dimaitro.
El informante les comparte finalmente lo que sabe sobre los implantes de Bismark, especificando que hay 3 tipos: las arañas mecánicas que se apoderan de la cabeza de su huésped por completo, los mini implantes, ya mucho más sútiles, que se instalan en el cerebro de la víctima, y un tercer tipo que es imperceptible ante cualquier tipo de prueba, del cual no conoce mucho. Él les dice que Lady Marianne, una de las caballeros de confianza de Dimaitro, sabe más de estos, pero les asegura que incluso removiéndolos, siempre quedan secuelas. 
Ad Portas de huir y fingir su muerte, Percy rememora a su antiguo amigo Alistair, describiendo algunos de los crímenes de guerra que tenían que cometer. Conmovida por el arrepentimiento del hombre, Esi le revela que Alistair no murió y, en cambio, escapó, se casó con ella y tuvieron un hijo. Si bien lleno de secuelas y tics, Percy esboza una sonrisa justo antes de marcharse al saber la verdad de su viejo amigo; al mismo tiempo Kataifi vuelve con la decisión de la reina: Hilda de Targos los apoyará con el orbe, pero en cuanto a la guerra, sólo lo hará dependiendo de las posiciones de los otros reinos.


Los ánimos son funestos de vuelta en el Susurro, y las cosas se vuelven peor cuando Katlin aparece con un semblante sombrío. La reina le pide a Yardis que reuna al grupo y les da la terrible noticia: El juicio no sólo consistirá de su falsa muerte. Modderna ha convocado al ritual drow de purgación, donde el enjuiciado debe perder su mano por ladrón y ser ejecutado por su traición, a mano de sus amigos. 
La party se niega a seguir el plan y cuestionan la brutal ceremonia y a la reina, mientras ella, avergonzada, les responde que así es la cultura drow. Katlin está completamente perturbada por lo que tiene que pasar, y aunque una parte de ella quiere evitarlo, se muestra aliviada cuando la party acepta que es la única forma de satisfacer a la vengativa Modderna y a las matriarcas, y de salvar a Katlin y Elektra del escrutinio público y del peligro de muerte.
Katlin les comparte el doloroso plan, que sería supuestamente una idea entre ella y Akordia para descubrir a los espías Zhentarim, donde Elektra y el grupo deben caprturar a Yardis desprevenido, llevarlo ante las matriarcas en la isla de Elendar Ul-Ilindith, interrogarlo y torturarlo hasta que revele los nombres de los infiltrados y luego ejecutarlo y lanzarlo por un acantilado ante los ojos de todas.


El destino continuo es el nombre en drow de la isla paradisiaca a la que llegan para poner en marcha el plan.
Katlin se transforma en sombra rápidamente, mientras el grupo sube por unas escalinatas a la cima de donde brota una cascada. Elektra los espera ahí y pide unos minutos para hablar con Yardis antes de dar inicio a toda la farsa. La sátir se ve agotada y venida en menos, y le explica al mago que ella no tiene la fortaleza que Esi tiene de seguir esperando para siempre por él. Ella le confiesa que años atrás le había pedido ayuda a una hechicera para encapsular el amor que sentía por él y unirlo a los aritos de sol que siempre llevaba, y dándole una última oportunidad de dar un paso atrás sobre su decisión, le dice que si los aros se destruyen todo lo que siente desaparecerá. Con los aritos y la decisión en sus manos, Yardis refuerza su determinación y los arroja friamente por la cascada. Con pesar, Elektra lanza sus kunais y los destruye justo antes de ver como desaparecen en el agua. Su expresión es ahora fría y distante, y el mago observa con dolor como su ex-pareja lo guía hacia el lugar de la ceremonia de muerte.

El grupo atrapa a Yardis, aparece Akordia, las asistentes, Modderna y 6 enviadas por las matriarcas, quienes ven todo esto. Comienza la tortura e interrogatorio. En algunos momentos Katlin, su sombra, proteje de dolor a Yardis.

Matan a Yardis, arrojan su cuerpo la cáscada para que se disuelva (el lago de abajo tiene gelatinous cubes disueltos). Pero lo saca Micarlin.

El grupo espera que todos se vayan, luego corren y encuentran a Yardis, lo curan, y lo abrazan.