Sesión 35: Como drows
Llega la mañana y siguiendo las instrucciones de Katlin, el grupo debe teleportarse al Valsharen con el objetivo de iniciar el misterioso proceso para personificar a drows.
La reina, Nadalz y las investigadoras los reciben en secreto, y estos últimos se arrodillan ante Yardis y lo abrazan profundamente conmovidos y agradecidos por su sacrificio en pos de Faesys.
Mientras la reina los guía al salón equipado para la transformación, la party increpa sobre el paradero de Modderna después de la ceremonia y Yuri les confiere que Katlin no ha querido tenerla cerca desde ese entonces. Yardis les pide que tengan especial cuidado en mantenerla vigilada ahora, y sus asistentes le dicen que ya están en ello.
Oz aprovecha de preguntar sobre la presencia de Akordia, y Nadalz le revela que está esperándolo en las piezas traseras y que puede escaparse rápidamente antes de que el proceso comience. Tras una fugaz y apasionada escapada, Oz vuelve con el grupo a medio vestir, cosa que no es un contratiempo pues todos deben desvestirse frente a sus monitores asignados de todas formas.
Katlin les explica que el proceso es una mezcla de magia y alquimia basado en estudios que ha llevado durante años sobre los changelings, información desconocida que despierta la curiosidad de Yardis, pero que la reina prefiere ignorarlo, limitándose sólo a explicarles que genes changelings les serán transferidos con el fin de lograr una transformación a drow indetectable por medios mágicos. Ella les explica que no sólo se verán como drows, sino que también adoptarán algunos aspectos psíquicos propios de la raza, y que cada monitor estará a cargo de guiarlos a través del proceso para llevar la transformación a buen fin.
Es así como se auto-asigna junto a Esi, mientras Nadalz monitorea a Yardis, Mundenn a Wrenn, Lundenn a Oz y una ruborizada Yuri a Harisa.
El proceso comienza con preguntas instrospectivas y casuales, tratando de que los personajes se visualicen a sí mismos de la forma más certera posible, primero físicamente y luego mentalmente. Oz Lander, acostumbrado a su entrenamiento Harper para mitigar la confusión tras cada disfraz, es el primero en completar la transformación con éxito, despertando cierta aprobación de la impávida Lundenn. El resto logra transformarse con algo de dificultades, Harisa y Yardis en particular complicados con la parte física del proceso, y Esi y Wrenn, con la psíquica, especialmente cuando el alma de Willum interfiere con el proceso del dragonborn. Con preguntas y ejercicios mentales certeros, cada monitor logra guíar a su paciente y finalmente toda la party se transforma éxitosamente.
Mientras esperan para ser dados de alta, cada integrante pasa un rato con su guía y las asistentes comparten en secreto los nombres de tomos de interés para Wrenn, Oz y Harisa, quien además es objetivo de los disimulados coqueteos de Yuri a través de su familiar con forma de ratón, psicopompas.
Yardis, por su parte, tiene una reconciliadora conversación con Nadalz, donde el príncipe le confiesa que Elektra se había enojado con él por no interferir en la ceremonia y que ahora él entiende cómo se siente estar del otro lado cuando se trata de sacrificar algo por un bien mayor, pero se rehusa a indagar en ello. Nadalz le ofrece a Yardis un pendiente que le recuerda de aquella instancia de su pasado y, retirando unos cabellos rubios de éste, le dice que con él podrá saber como se encuentra su ex; sin embargo Yardis le insiste que sea él quien la vigile en su nombre, cosa que el príncipe honorablemente se compromete a hacer.
Mientras, en el cubículo de Esi, la hechicera increpa a la reina una vez más sobre la información que tiene sobre su hermana y marido. Katlin le confiesa que ella había seguido comunicándose mentalmente con Zelena, y que en su última conversación había percibido a su amiga extremadamente inestable y emocional, y que, a diferencia de las veces anteriores, tras cortar ya no percibía la presencia de Zelena en ninguna dimensión, como si hubiese dejado de existir. La reina le confiesa a Esi que piensa que tanto ella como su marido habían muerto, sin embargo la hechicera, haciendo nuevamente gala de su fortaleza emocional, se niega a creerlo y caer en la desesperación hasta tener evidencias reales.
Ya con sus formas drow establecidas, el grupo se junta de nuevo, fascinados por la apariencia diferente... Wrenn se ve como un extraordinariamente fornido drow con un pequeño prendedor como el de Willum en el cabello, Oz con sus elegantes rasgos élficos aún más acentuados, Yardis con sus habituales ojos negros ahora inusuales en un drow, Esi con una gracia que compite con la de la misma Katlin y finalmente Harisa... que se ve como la usual e inexpresiva Harisa! Pero sin el peso de los cuernos sobre su cabeza.
Antes de emprender su viaje a Candlekeep junto a Micarlin, como la guardia oficial de la reina, Yardis se acerca a Katlin para compartirle la información que habían conseguido de Percy:
La guerra va a pasar, ya sea contra el sur o entre los reinos del norte, y es muy posible que ésta empiece en el concilio. La reina a su vez le confiesa al mago que Sallomon le ha ofrecido matrimonio para aliar sus reinos y le pregunta que debería hacer. Confundido, Yardis le responde que no le gusta la idea y que aún no saben si todo esto es una artimaña del archimago, pero Katlin parece disconforme con la respuesta. Instándolo a responder más personalmente, mientras Esi y Harisa espían la conversación confundiéndolo aun más, el mago le dice, como amigo, que ya ha sacrificado mucho. Abatida por la respuesta, Katlin se retira rápidamente mientras las chicas regañan a Yardis por su falta de tino durante todo el viaje interespacial.
Candlekeep los recibe con un ambiente ajetreado y grandilocuente. La ciudad-fortaleza está llena de magos y de la más alta tecnología mágica en cada rincón.
Micarlin les informa que de ahora en adelante tendrán que ser muy cuidadosos con sus actos y palabras, porque están a punto de enfrentarse a gente con mucho poder y recursos.
Es así como la party se encuentra con su primer obstáculo: La mano derecha y antiguo rival del Gran archimago Sallomon, el aclamado popular para regir la ciudad, el viejo y sagaz archimago de segundo grado de ciclo lunar, Elminster.
Improvisando historias familiares y los mejores acentos drow que pueden imitar, la party logra burlar una y otra vez las trampas verbales que el viejo les tiende mientras los entrevista en la entrada de la ciudad. Con un Micarlin carcomido por los nervios, Harisa se hace pasar por la jefa de la guardia de Faesys y, haciendo uso de su marcial expresión y la información telepática que Yardis le traspasa sobre la cultura drow, logra conducirlos a todos al interior de Candlekeep.
Elminster les informa que serán recogidos en la noche para conocer y asegurar las recámaras de Faesys y que pueden usar el día para recorrer la ciudad. Parcialmente aliviados, la party se da cuenta que cada rincón está vigilado por magos encapuchados que sobrevuelan el terreno, además que todos los habitantes tienen cierto grado de entrenamiento para proteger o derechamente bloquear con magia, el acceso a sus pensamientos.
Tras una mirada curiosa de parte de la escolta élfica de Loudwater, el grupo decide usar su tiempo para hurguetear y sacar información en una de las tabernas locales, no sin antes mapear el terreno a través de Cabeza hueca, quien distingue que la torre principal está protegida mágicamente y sólo existe acceso a través de sus entradas oficiales.
Una vez en la taberna, la party logra oir algunos rumores del descontento de los habitantes contra Sallomon y contra la realización del concilio en la ciudad, pero toda indagación se pierde cuando son conducidos hasta su mesa, junto a la ruidosa y vulgar guardia de Tarcas.
Los bárbaros escupen y beben, mientras acosan a una asustada mesera e intentan llamar la atención de las mujeres de la comitiva drow, sin éxito.
La mesera que los atiende se nota incómoda y, aunque parece entrenada para no entregar mayor información sobre el reino, deja entrever que sus instrucciones comprenden satisfacer a las comitivas de los reinos en todos sus otros caprichos.
Tras tomar las ordenes de Harisa y Esi primero, y Wrenn y Oz después, a la usanza drow, la moza se marcha sin esperar más, apresurada por alejarse de las tropas de bárbaros.
Mientras esperan su orden y deciden qué hacer, Oz, con sus conocidas tácticas Harper, se acerca al cantinero con preguntas y monedas extras en su mano, pero éste no tiene interés en ninguna de las dos. Poco a poco, la party empieza a sentir la falta de preparación, cuando un factor más entra en escena:
Sir Pietro, luciendo su inmensa e impecable armadura, entra a la taberna en dirección de sus indeseables aliados humanos.
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