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Sesión 38: Heridas que no sanan

Mientras Oz y Akordia descansan en el bosque aun, Naldaz sale preocupado del edificio para conversar con Esi y Wrenn. El príncipe comenta que Katlin descubrió los poemas de Yardis y le escribió uno de vuelta y teme que es el peor poema de la historia y que el mago se va a burlar de la reina rompiéndole el corazón. Mientras tanto, en el interior de la habitación real, Yardis se enfrenta a algo más preocupante que un mal poema.
El ser que posee a Katlin, entre sollozos asfixiados y muecas de dolor, se identifica como Z'ress, la difunta madre de la reina, y le pide al mago que siga sus apremiantes instrucciones para ayudar a Katlin. Suspicaz, el mago se proyecta dentro de la mente de la drow y descubre en shock decenas de visiones de cómo matarlo, además de una necesidad incontenible de tomar el orbe que visualiza dentro del bolso de Katlin. La criatura lo expulsa de su mente, aunque la breve intromisión ha sido suficiente para expandirse más por el cuerpo de la reina. El mago ordena a Katlin en el interior a escucharlo a través de un hechizo de comando, pero solo logra comunicarse con un pequeño atisbo de su mente, que llama desesperada a su hermano o Micarlin. Perdiendo la paciencia, la criatura amenaza a Yardis con quebrarle el cuello a Katlin si no colabora, y el mago, sin opción, le permite abrirse paso hasta el orbe.   Desde afuera, Wrenn y Esi advierten extrañados como montones de arañas empiezan a brotar de todos los rincones y avanzan al interior del edificio por puertas y ventanas, y al mencionárselo a Nadalz, el príncipe sale corriendo con urgencia de vuelta a la habitación. Alertados, Wrenn, Esi y luego Oz, montado en Amani, corren hacia los aposentos reales también.   Yardis se lanza sobre Katlin y sujeta su cuello como puede, mientras invoca a Micarlin dentro de la pieza. El viejo drow entiende inmediatamente qué está pasando y se apresura a buscar algo en el bolso de Katlin, mientras Yardis la contiene. Nadalz entra en la habitación y desesperado se une a Micarlin, sin embargo el mago es muy débil y la criatura se suelta. Wrenn entra justo en el momento preciso para ver a su amigo ser arrojado por una corrompida Katlin, y rápidamente entiende lo que debe hacer, sujetando el cuello de la reina con fuerza mientras la criatura intenta dislocárselo. Esi entra tras él y con urgencia lanza hechizos de curación que actuan sobre las varias llagas que se han abierto sobre la piel de Katlin, mientras Oz desciende de Amani y comienza a guiar la lectura desenfrenada del pergamino que Nadalz y Micarlin sujetan. La criatura se sacude bajo el hechizo que intenta contenerla, pero su poder aun se expande por el cuerpo de la reina.   Desesperado, Yardis inventa un haiku para Katlin, con la esperanza de ayudarla a recobrar el control sobre este ser y Wrenn, usando su detección arcana, logra ver como un pedacito ínfimo del alma de Katlin empieza a brillar levemente entre la enorme aura de maldad divina que la cubre. Desde atrás, Oz se da cuenta que Micarlin y Nadalz cometieron un error fatal en la lectura del pergamino y los detiene justo antes de empeorar la situación. Liderando el exorcismo desde el fondo, Oz conduce a los drow línea a línea, mientras el dragonborn lanza un hechizo desde su libro para desterrar al celestial. Lolth, ahora revelada, comienza a perder fuerzas y chillar mientras contorsiona violentamente y lastima el cuerpo de Katlin con el último control que le queda, pero Yardis la sostiene, a medida que le da un beso y le transfiere su propia energía vital.   La reina cae al piso, desmayada y el grupo siente como la pesadez se diluye en la habitación; sin embargo Wrenn aun puede detectar una pizca del aura maligna encerrada en el interior de Katlin.       Con la reina ahora durmiendo en la cama, mientras sus heridas son atendidas por Esi, Nadalz y Akordia, Micarlin le relata al grupo la historia que llevó a estos eventos.   Los drow han sido tradicionalmente una raza oscura y despreciable, proveniente del Underdark, con un fanatismo exacerbado hacia Lolth, la diosa araña del engaño. Su antigua capital, Menzoberrazan, estaba dividida en 8 casas que peleaban por el poder para alzarse como la casa gobernante, liderada por la suma sacerdotisa y reina de los drow. Era una sociedad violenta, injusta y clasista, hasta que la abuela de Katlin logra salirse de este ciclo y destruye Menzoberrazan, llevando a los drow a la superficie, a un valle oculto dentro de la montaña que mezcla las condiciones idóneas para la vida drow con la luz del exterior, donde funda Faesys.
Sin embargo esta revolución no sería olvidada por los drows de Underdark y una generación después, cuando la madre de Katlin, la reina Z'ress, lideraba y había porfin conseguido integrar al reino drow de Faesys a la alianza de los, ahora, 12 reinos del norte, un ataque terrorista acaba con su vida y la del rey, en venganza.   Viendo este vacío de poder, las casas matriarcales de Faesys empezaron a pelearse el puesto de gobernantes, aunque el resto de los reinos del norte, desconfiados del sistema de los drow, se negaron a tratar con este tipo de política, llevando finalmente a la única heredera mujer de Z'ress al poder: Katlin.   Siendo tan sólo una niña, Katlin tuvo que heredar el trono de Faesys, mientras que su única familia restante, el príncipe Nadalz, junto a su cuidador Micarlin, tuvo que viajar y educarse en los otros reinos, quienes querían mantener cierto control sobre los drow. Mientras Nadalz aprendía del mundo, compartía con gente de otros lados y encontraba el amor junto a Ivnajur en el reino élfico, Katlin permaneció sola en Faesys, estudiando y rápidamente convirtiéndose en una, solitaria aunque capaz, líder.   Micarlin recuerda con melancolía como entregó todos esos años a la protección y cuidado de los pequeños Katlin y Nadalz, dejando de lado incluso a su familia, hasta el punto que su mujer se divorció de él y abandonó a Jareth ,su hijo, quien terminó criándose en la milicia drow bajo el nombre de Jonah.   Tras volver de los años de desarrollo de Nadalz en el exterior, Micarlin cuenta cómo se había encontrado con una Katlin transformada en una joven reina, sola y sumida en la depresión bajo su estoicismo de soberana, y cómo, culpable, se le había ocurrido presentarle a su hijo, en un intento de reconectar con él y de encontrar compañía para ella.
Su idea no podía haber funcionado mejor, porque rápidamente aflora una gran amistad entre ellos, que pronto se convierte en amor, y Micarlin relata como se siente orgulloso de que su hijo haya alcanzado ese noble puesto de ser la persona que le trae tanta felicidad a su igualmente querida, Katlin.   Katlin rápidamente queda embarazada y nunca había estado tan feliz en su vida, considerando incluso dejar de liderar Faesys para dedicarse a ser madre. Pero Jonah tenía otros planes. En su rabia reprimida, el joven se había vuelto un fanático de Lolth y las viejas costumbres de los drow y había engañado a la reina para usarla con sus oscuros fines. Mediante magia negra, Jonah había engendrado en ella un avatar de Lolth y, a unos pocos meses de embarazo, estaba listo para traer a la criatura a la vida.   Micarlin relata cómo Nadalz descubrió el ritual y cómo, en un forcejeo de vida o muerte con Jonah, Micarlin tuvo que matar a su hijo para detener el nacimiento de Lolth y salvarle la vida a Katlin. Nadalz y Micarlin lograron contener al avatar de la diosa, pero un remanente sigue existiendo en el interior de Katlin y cada mes tiene que lidiar con su dolorosa posesión en secreto. Micarlin confiesa que el interés de Katlin en Sallomon y su biblioteca es para encontrar un hechizo que pueda curarla, antes de que el control de la criatura llegue a su fase final, donde la posesión será cada vez más seguida hasta ser inminente.   Desconcertados y preocupados con la nueva información, la party se marcha a la casa de los guardias, mientras dejan a Katlin descansar bajo el cuidado de sus drows de confianza.       El grupo recolecta un montón de comida desde la cocina y se atrinchera en una habitación cubierta con Private Sanctum, donde discuten de lo sucedido en una interacción a la que no se le puede hacer justicia en un resumen. Deciden que, más que nunca, necesitan aliarse con alguien que les permita encontrar la biblioteca secreta de Sallomon, deben hablar con Elminster.
Cuando van saliendo en dirección a los muelles, espían una conversación de los hombres de Tarcas donde se jactan sobre como van a deshonrar a la joven reina Hilda y aprovechan de advertirle a Kataifi y Oris.     Elminster monitorea los muelles cuando la party se le acerca en la mitad de la noche. Tras algunas preguntas sobre la conmoción que ocurrió en la habitación real de Faesys, que Esi logra desviar, el viejo entiende que el grupo de drows quiere hablar de asuntos importantes y los guía hacia sus aposentos. La party se sorprende y comenta sobre la austeridad del lugar en comparación con el resto de Candlekeep y Elminster, con su ego claramente herido aun parece tomarselo a mal al principo, pero luego les confiesa que no fue por elección propia, sino que todas las decoraciones habían sido retiradas por ordenes de alguien más; el plan de la incidiosa party comienza con pie derecho. Su habitación está alejada de los ojos y oidos de todos los magos de vigilancia, pero el grupo se percata con recelo de un prisionero amordazado y completamente cubierto en una celda, pero el viejo les asegura que no puede escucharlos.
  Cuidadosamente, la escolta drow da a entender a Elminster que siente preocupación por la alianza entre Katlin y Sallomon, y si bien el viejo cuestiona el juicio de la reina a través de los ojos de su guardia, poco a poco, a través de casos ficticios, comparaciones y metáforas, el grupo le da a entender que no es Katlin de quien sienten recelo, sino del archimago y sus habilidades. Sutilmente, el grupo explicita su sospecha sobre la victoria de Sallomon e insinua que si tuvieran la ayuda de un visitante secreto podría desvelarse la verdad sobre el duelo por el archimagado. Profieren, hipoteticamente, que Candlekeep debería estar bajo el liderazgo de alguien competente que hubiera ganado el duelo sin trampas, alguien que sí liberaría el conocimiento de la biblioteca al público y alguien que sí tenga la calidad moral para enfrentarse a los enemigos de Faerun. Elminster, con su propia cautela, les hace firmar con su nombre real y sangre un pergamino que les traerá la muerte si su reina no apoya su ascenso como archimago.
Con una ventana abierta, el grupo firma, revelando sus verdaderas identidades que parecen calzar con una de las opciones que el viejo mago había barajado en su mente. Conforme con su alianza, el viejo les responde sus preguntas sobre algunos de los secretos guardados en Candlekeep:   Sallomon tiene su dimesión privada donde esconde la verdadera biblioteca, ademas de la carcel donde tiene a Sallinger. La forma de acceder a esta es con un ritual llevado por 3 grupos, uno en cada una de las islas, que abre un portal. El misterioso telescopio que había encontrado Wrenn es propiedad de Sallomon, pero Elminster desconoce la forma de activarlo aun. Finalmente la reunión concluye y Elminster, en vista de su nueva asociación, decide mostrarles quien es el prisionero que había descubierto fisgoneando por ahí.
  Cubierto de cictrices viejas y más nuevas, con un rostro tan distinto como familiar para Oz, Cela los mira de vuelta.


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