Sesión 39: Los Anónimos
Oz tiene un flashback de cuando se volvió Harper. Myrt lo espera en el puente sin nombre y agrega, a la usanza harper, su nombre clave secreto a la canción de los harpers, haciendo hincapié en que, como parte de la organización, nadie será nunca reconocido.
Oz acepta que es la forma de hacer las cosas por un bien mayor y Myrt se lamenta y espera que esa se convierta también en la visión de Cela, que parece querer algo de reconocimiento personal.
En el presente, Cela está amordazado y bajo hechizos que no le permiten ver ni escuchar a sus espectadores. Elminster les dice que no ha respondido ninguna pregunta y les muestra que bajo el hechizo Zona de la verdad mantiene el más absoluto silencio. El viejo mago les muestra además como el cautivo parece tener un cóctel imposible de magia en su interior, y comenta a la party sobre el mazo de many things, un set de cartas mágicas que confieren a su usuario magias tan poderosas como peligrosas y antojadizas, del cual el sujeto parece tener una combinación ganadora.
Fuera del hechizo, entre balcuceos incoherentes del cautivo, Oz alcanza a reconocer un patrón en sus palabras y descifra un mensaje secreto: "Compañero Harper,di tu nombre verdadero en clave, tengo 20 horas para que lo digas o moriré, soy Sol." El mensaje descoloca al bardo y al grupo, quienes deciden hacer diferentes pruebas para lograr descifrar su verdadera identidad, pero entre las habilidades de Cela con las dagas y la nueva información del mazo, es imposible determinar qué es una trampa ni cuál es su objetivo. Elminster les informa que fue atrapado tratando de encontrar textos muy particulares de la biblioteca, los textos anónimos, retazos de obras incompletas o perdidas en el tiempo que nunca llegaron a la luz, y les entrega la pequeña lista que Cela llevaba en su bolsillo, pidiéndoles que los investiguen para entender mejor qué está pasando. Con Hidalgo, el halcón familiar de Elminster, como credencial para acceder a la totalidad de los textos sin problemas, la party se dirige de vuelta al centro de Candlekeep en la mitad de la noche, no sin antes pasar por sus objetivos personales pendientes. Oz y Yardis hacen una parada en la tienda del artificer, y confabulan para conseguir tanto el harpa mejorada como planos para hacer flechas especializadas que el artificer no les quería facilitar. Por otra parte, Esi y Wrenn se dirigen donde la tía Berta, quien escribe una carta para otorgárles una audiencia con Oraldo el herrero, dejando entrever algún amorío con éste. Mientras Esi se reune con el grupo que se dirige a la biblioteca, Wrenn se separa unos minutos para visitar a Oraldo. El tipo es ciego y a pesar de que no puede ver la falsa apariencia drow de Wrenn, lo recibe con desinteres. El dragonborn le pide ayuda y consejos para mejorar su espada, pero Oraldo lo bombardea con punzantes preguntas para determinar si vale su tiempo, a las que Wrenn, siendo Wrenn, responde de la manera más simple y directa posible. El herrero se divierte con la personalidad del dragonborn así que le pregunta más sobre ésta idea de matar dioses que el dragonborn habia arrojado descuidadamente al aire. Wrenn admite que no está seguro si puede matar a los dioses y salvar a Faerun o solo comprar tiempo para que su gente escape, pero como sea, necesita a Etherling mejorada para hacerlo. A base de magia pura, Oraldo inspecciona a Etherling y la reconoce como una espada femenina muy especial, accediendo a hacerle algunas mejoras que le tomarán 24 horas. Mientras se va, el dragonborn le pide un arma de reemplazo y Oraldo le facilita una que Wrenn distingue con sorpresa como la espada personal del herrero. En la biblioteca Esi, Yardis y Oz piden acceso a los misteriosos cajones con los textos anónimos y se los dividen para cubrir más terreno, además de aprovechar el pase libre de Hidalgo para pedir sus propios textos de interés que habían dejado pendientes: Oz agrega a su listado el texto sobre la transferencia de alma y uno sobre el mazo de many things, y Yardis incluye en el suyo el texto sobre los Lich no muertos y un tomo sobre los yugolots. El trio entra de lleno en la investigacion y al rato descubren 3 textos que parecen resaltar entre el material inconcluso: La historia de Cyric y Mistra, la Filosofía de la Libertad Suprema y la Genealogía de los Grandes Archimagos Lunares. La Historia de Cyric y Mistra habla sobre el pasado de Cyric y la primera Mistra, quienes fueron seres humanos mortales convertidos en las divinidades del engaño y de la magia respectivamente, según escritos profanos. Ya siendo dioses, Cyric se enamoró de Mistra, pero no hay detalles del alcance de esa relación o sentimiento, más allás de que ella trató de compartir conocimiento con los mortales y los “dioses jefes” la eliminaron y reemplazaron secretamente con una nueva Mistra. Cyric prometió venganza y comenzó una cruzada en contra de los dioses, partiendo con hacerse del control de los Zhentarim (quienes eran guiados por otro dios), para utilizarlos a su favor. Pero ese control duro poco tiempo, y se entiende que los dioses lograron también asesinarlo, y dejarlo en el olvido como un antiguo dios pagano y ahora inexistente. Esi alcanza además a ojear un listado de los descendientes de Mistra, la original, donde destaca la familia Castleblanc entre otras. La Filosofía de la Libertad Suprema se describe como una creencia prohibida y antigua, creada por el mismísimo Cyric, y que básicamente se enmarcaba en la destrucción de toda idea de superioridad moral y de los constructos mentales del bien y mal que los dioses mantenían en la población para sus propios fines. La doctrina plantea que los seres con conciencia deben dejarse llevar por sus propios y más puros deseos, por sus reales sentimientos y pensamientos, expresando todo su ser de manera espontánea y natural, sin límites impuestos por dogmas religiosos. Más allá de buscar un fin caótico o de alentar que los seres actúen y se dejen llevar por el mal, esta filosofía busca quitarle todas las cadenas a los seres mortales, para que al fin puedan hacer lo que sus propias almas, sus propios pensamientos les dicen, la verdadera libertad, la libertad suprema. El texto resulta tan fascinante y revelador, que Yardis deja de lado sus búsquedas personales para completar la lectura y solo alcanza a confirmar que Calimport es un destino clave para indagar sobre no-muertos. Por último, la Genealogía de los Grandes Archimagos Lunares recopila información coloquial, rumores, canciones, entrevistas y diarios que hablan sobre el lado menos conocido de tres antiguos e importantes lideres de Candlekeep: Dalamar, un elfo que gobernó con mucha sabiduría hace unos 1200 años. Khelben Arunsu, un humano que gobernó hace 900 años con mucha autoridad y llevó al reino a nuevos niveles. Y Laeral Silverhand, un mago humano, inventor de grandes hechizos, como la polimorfia, quien destacó como uno de los más benévolos lideres de Candlekeep hace 400 años (antes del antecesor de Sallomon). El texto es extenso y tedioso, y a las altas horas de la noche Oz se agota cuando la información confirma lo que ya todos sospechan. Sallomon es un mago sin mayor talento, proveniente de una poderosa familia, quien desde pequeño recibía “ayuda divina” en los momentos más inesperados. Dando paso a su lectura sobre la transferencia de almas, Oz deja los archimagos en manos de Wrenn, que acaba de llegar. A estas alturas Esi se cae a pedazos, Oz cabecea malhumorado mientras descubre casi nada de sus textos personales más que la información que les dio Elminster es verdad, y Wrenn ojea a medio dormir el libro, cuando algo llama tanto su atención que decide despabilar al bardo:
Una ilustración del archimago Laeral Silverhand en su lecho de muerte se asemeja increíblemente al lich que creó las dagas negras.
La party va de vuelta donde Elminster y, tras cierta cautela inicial, finalmente decide revelarle sus sospechas sobre Cela tratando de cobrar venganza contra el lich, además de revelarle toda la información que habían conseguido hasta ese momento. Elminster queda tan impactado que les pide tiempo para procesar. Con la inquietante y problemática perspectiva de tener que enfrentarse no sólo a Sallomon, sino que a tres archimagos lich, la party se toma su, probablemente, último long rest en muchos días por venir.
Fuera del hechizo, entre balcuceos incoherentes del cautivo, Oz alcanza a reconocer un patrón en sus palabras y descifra un mensaje secreto: "Compañero Harper,di tu nombre verdadero en clave, tengo 20 horas para que lo digas o moriré, soy Sol." El mensaje descoloca al bardo y al grupo, quienes deciden hacer diferentes pruebas para lograr descifrar su verdadera identidad, pero entre las habilidades de Cela con las dagas y la nueva información del mazo, es imposible determinar qué es una trampa ni cuál es su objetivo. Elminster les informa que fue atrapado tratando de encontrar textos muy particulares de la biblioteca, los textos anónimos, retazos de obras incompletas o perdidas en el tiempo que nunca llegaron a la luz, y les entrega la pequeña lista que Cela llevaba en su bolsillo, pidiéndoles que los investiguen para entender mejor qué está pasando. Con Hidalgo, el halcón familiar de Elminster, como credencial para acceder a la totalidad de los textos sin problemas, la party se dirige de vuelta al centro de Candlekeep en la mitad de la noche, no sin antes pasar por sus objetivos personales pendientes. Oz y Yardis hacen una parada en la tienda del artificer, y confabulan para conseguir tanto el harpa mejorada como planos para hacer flechas especializadas que el artificer no les quería facilitar. Por otra parte, Esi y Wrenn se dirigen donde la tía Berta, quien escribe una carta para otorgárles una audiencia con Oraldo el herrero, dejando entrever algún amorío con éste. Mientras Esi se reune con el grupo que se dirige a la biblioteca, Wrenn se separa unos minutos para visitar a Oraldo. El tipo es ciego y a pesar de que no puede ver la falsa apariencia drow de Wrenn, lo recibe con desinteres. El dragonborn le pide ayuda y consejos para mejorar su espada, pero Oraldo lo bombardea con punzantes preguntas para determinar si vale su tiempo, a las que Wrenn, siendo Wrenn, responde de la manera más simple y directa posible. El herrero se divierte con la personalidad del dragonborn así que le pregunta más sobre ésta idea de matar dioses que el dragonborn habia arrojado descuidadamente al aire. Wrenn admite que no está seguro si puede matar a los dioses y salvar a Faerun o solo comprar tiempo para que su gente escape, pero como sea, necesita a Etherling mejorada para hacerlo. A base de magia pura, Oraldo inspecciona a Etherling y la reconoce como una espada femenina muy especial, accediendo a hacerle algunas mejoras que le tomarán 24 horas. Mientras se va, el dragonborn le pide un arma de reemplazo y Oraldo le facilita una que Wrenn distingue con sorpresa como la espada personal del herrero. En la biblioteca Esi, Yardis y Oz piden acceso a los misteriosos cajones con los textos anónimos y se los dividen para cubrir más terreno, además de aprovechar el pase libre de Hidalgo para pedir sus propios textos de interés que habían dejado pendientes: Oz agrega a su listado el texto sobre la transferencia de alma y uno sobre el mazo de many things, y Yardis incluye en el suyo el texto sobre los Lich no muertos y un tomo sobre los yugolots. El trio entra de lleno en la investigacion y al rato descubren 3 textos que parecen resaltar entre el material inconcluso: La historia de Cyric y Mistra, la Filosofía de la Libertad Suprema y la Genealogía de los Grandes Archimagos Lunares. La Historia de Cyric y Mistra habla sobre el pasado de Cyric y la primera Mistra, quienes fueron seres humanos mortales convertidos en las divinidades del engaño y de la magia respectivamente, según escritos profanos. Ya siendo dioses, Cyric se enamoró de Mistra, pero no hay detalles del alcance de esa relación o sentimiento, más allás de que ella trató de compartir conocimiento con los mortales y los “dioses jefes” la eliminaron y reemplazaron secretamente con una nueva Mistra. Cyric prometió venganza y comenzó una cruzada en contra de los dioses, partiendo con hacerse del control de los Zhentarim (quienes eran guiados por otro dios), para utilizarlos a su favor. Pero ese control duro poco tiempo, y se entiende que los dioses lograron también asesinarlo, y dejarlo en el olvido como un antiguo dios pagano y ahora inexistente. Esi alcanza además a ojear un listado de los descendientes de Mistra, la original, donde destaca la familia Castleblanc entre otras. La Filosofía de la Libertad Suprema se describe como una creencia prohibida y antigua, creada por el mismísimo Cyric, y que básicamente se enmarcaba en la destrucción de toda idea de superioridad moral y de los constructos mentales del bien y mal que los dioses mantenían en la población para sus propios fines. La doctrina plantea que los seres con conciencia deben dejarse llevar por sus propios y más puros deseos, por sus reales sentimientos y pensamientos, expresando todo su ser de manera espontánea y natural, sin límites impuestos por dogmas religiosos. Más allá de buscar un fin caótico o de alentar que los seres actúen y se dejen llevar por el mal, esta filosofía busca quitarle todas las cadenas a los seres mortales, para que al fin puedan hacer lo que sus propias almas, sus propios pensamientos les dicen, la verdadera libertad, la libertad suprema. El texto resulta tan fascinante y revelador, que Yardis deja de lado sus búsquedas personales para completar la lectura y solo alcanza a confirmar que Calimport es un destino clave para indagar sobre no-muertos. Por último, la Genealogía de los Grandes Archimagos Lunares recopila información coloquial, rumores, canciones, entrevistas y diarios que hablan sobre el lado menos conocido de tres antiguos e importantes lideres de Candlekeep: Dalamar, un elfo que gobernó con mucha sabiduría hace unos 1200 años. Khelben Arunsu, un humano que gobernó hace 900 años con mucha autoridad y llevó al reino a nuevos niveles. Y Laeral Silverhand, un mago humano, inventor de grandes hechizos, como la polimorfia, quien destacó como uno de los más benévolos lideres de Candlekeep hace 400 años (antes del antecesor de Sallomon). El texto es extenso y tedioso, y a las altas horas de la noche Oz se agota cuando la información confirma lo que ya todos sospechan. Sallomon es un mago sin mayor talento, proveniente de una poderosa familia, quien desde pequeño recibía “ayuda divina” en los momentos más inesperados. Dando paso a su lectura sobre la transferencia de almas, Oz deja los archimagos en manos de Wrenn, que acaba de llegar. A estas alturas Esi se cae a pedazos, Oz cabecea malhumorado mientras descubre casi nada de sus textos personales más que la información que les dio Elminster es verdad, y Wrenn ojea a medio dormir el libro, cuando algo llama tanto su atención que decide despabilar al bardo:
Una ilustración del archimago Laeral Silverhand en su lecho de muerte se asemeja increíblemente al lich que creó las dagas negras.
La party va de vuelta donde Elminster y, tras cierta cautela inicial, finalmente decide revelarle sus sospechas sobre Cela tratando de cobrar venganza contra el lich, además de revelarle toda la información que habían conseguido hasta ese momento. Elminster queda tan impactado que les pide tiempo para procesar. Con la inquietante y problemática perspectiva de tener que enfrentarse no sólo a Sallomon, sino que a tres archimagos lich, la party se toma su, probablemente, último long rest en muchos días por venir.
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