Sesión 59: Negociaciones de medianoche

Wrenn usa su habilidad de rayos para soltarse de las cadenas, intentando planear el escape de la prisión, pero a la brevedad llega alguien nuevo a la celda.
Boregon Djokovic, el otro hijo del perro, llega con la oferta de dejarlos libres de los chorrocientos mil cargos que una ayudante les lee, a cambio de convencer a cierta gente de que se quede en Calimport para una segunda negociacion con él. Yrianna no había logrado concretar un acuerdo en la primera instancia.
Harisa y Oz quedan encargados de convencer a la comisión de Loudwater liderada por Fenner y Carminia, a Enki, y a Gron el aliado de Cela: Los elfos mandan a la mitad de sus fuerzas de vuelta, con la misión de informar sobre la falsa guerra al resto de la alianza, pero acceden a dejar a Fenner y un batallón para la segunda reunión. Enki acepta quedarse también, no sin antes averiguar la verdad sobre la muerte de su hermana y recriminarle fuertemente a Wrenn. Gron les dice que Cela acepta volver a negociar con Boregon los términos en que podrían seguir manteniendo la alianza y falsa guerra que mantenían. Oz aprovecha de comentar que quiere saber si podrían hacer una alianza, a lo que Gron indica que más tarde recibirán una respuesta.
En paralelo a esto, Rasho habla con Oz y Harisa y les dice que él puede ayudarles a lo que tengan planeado realizar en las catacumbas.
Wrenn, Esi y Yardis quedan libres y Boregon lleva al grupo completo a las oficinas del palacio, donde se encuentran con Joseph, como siempre drogado, e Yrianna, muy tensa y aparentemente embarazada. El viejo quiere algo de la party, pero se niega a decirles derechamente qué, así que cuando la party pide información sobre las catacumbas y la reina Josephine, nadie logra llegar a ningún acuerdo. El viejo parece tener miedo de Bismark, y luego comenta que está enfermo y que necesita que le entreguen al replicante o al menos le consigan una forma de que el replicante lo cure de la enfermedad transformándolo a otro cuerpo, pero la party niega tenerlo. Sin negociación y a punto de irse, un reloj suena y todos los presentes observan como un enorme batallón de diferentes maquinas estilo eberroniano rodean a Calimport desde el norte.