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09. La tumba de Tonatiuh

General Summary

Tras ver la figura sumergirse en el agua, el grupo se apresuró a navegar por el algo, con el objetivo de llegar a la torre esmeralda.   Ignacio al timón encontró complicado moverse por el tranquilo lago, y tras algo más de una semana llegaron a una especie de isla. La cual parecía ser un antiguo asentamiento de hombres lagarto devastado por el tiempo y la herrumbre. Lo que creyeron que era un puerto abandonado, descubrieron, tras una breve inspección, que los barcos que quedaban habían sido inutilizados a propósito.     Tras moverse por la isla, divisaron una pared de tierra nada natural que surgía del centro y al escalarla, vieron que era la formación de un cráter, en cuyo interior había un bosque exuberante, con una niebla iridiscente y pequeños rayos continuos que golpeaban a la flora por doquier.     La noche previa a adentrarse en el bosque, mientras Frederic hacia guardia, unas figuras aladas surgieron de la selva y volaron hacia el campamento. Dejando muy malherida a Sascha. Ante la situación, Zlatgar , junto a Xorok y Frederic se adentraron en la selva, mientras el resto montaba un campamento y cuidaban de los heridos.     En su incursión en la selva, descubrieron individuos de la raza de Zlatgar , pero todos como en estado zombi, carcomidos por cristales que crecían en su cuerpo. También se percataron que los rayos que habían visto desde fuera, caían siempre golpeando a los cristales que crecían por doquier para evitar su aparición. Cuando encontraron una ruta segura por la selva hacia una pirámide en un claro, donde suponían que tenían que ir, pues la baliza surgía encima de ella, memorizaron el camino y fueron a buscar al resto del grupo.     Una vez reunidos se dividieron, Bona de Armagnac se quedó en el campamento cuidando de Sbith y Sylvana y el resto se adentraron en la jungla hasta el templo, donde consiguieron alcanzar la entrada sin ser detectados. Una vez ahí Zlatgar entró en el mismo donde, gracias al artefacto mina, abrió la puerta de la cámara sellada y ahí se encontró con el guardián milenario, que tras tocar la moneda que habían conseguido de los hombres bestia, se deshizo recordándole a Zlatgar que ahora era su cometido. En la sala un portal empezó a abrirse y el grupo se precipitó dentro justo cuando un Quetzal les atacaba. Con toda la vorágine entre la criatura y los guardias corrompidos por los cristales, Xorok se quedó controlando a la serpiente mientras Frederic e Ignacio derrotaban a los guardias del templo, así Zlatgar , Karin y Sascha entraron por el portal.     En el otro mundo, un orbe era férreamente sellado por restos Slaan, con Tonatiuh al mando. Zlatgar se sincronizó con él y recibió instrucciones de que debía hacer con sus compañeros y el significado de la moneda, mientras, el ente del orbe sellado, liberándose poco a poco entraba en las mentes de Karin y Sascha, escaneando por la información actual y conectando las mentes de ambas.     Tras unos instantes, en los que el orbe empezó a cobrar fuerza, Karin, Sascha y Zlatgar escaparon por el portal, mientras desangradores comenzaban a aparecer. En el último momento Sascha cerró el portal arrastrando a los desangradores y haciéndose amiga de la serpiente. Con el trabajo terminado y sin señales de ningún guardia se dispusieron a seguir la marcha. Pero el Gourmet estaba esperándoles a la salida. Y para poder escapar y darles tiempo, la Serpiente se quedó enfrentándose al Gourmet.     Salieron de la isla lo más rápido posible pero Ignacio no conseguía hacerse con el control de las embarcaciones. Pasados unos días sin conseguir alejarse demasiado de la costa, un ataque orbital golpeó la isla, provocando un tsunami que casi estuvo a punto de arrastrar al grupo, mas Sascha convocó una barrera de hielo para redirigir el agua y utilizarla para impulsarse dirección a los puestos de guardia.     El grupo aprovecho a descansar y tomarse la travesía con cierta calma, hasta que vieron los restos del puesto norte, lleno de cadáveres y restos de zombis, y se apresuraron rápidamente a Flecha Ielmae . Lo último que vieron antes de desembarcar fueron las columnas de fuego y humo de la ciudad.     No sabían que estaba pasando, pero sabían que la ciudad necesitaba su ayuda

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